ASCRI: los fondos internacionales de CR empiezan a mirar a España pero el inversor español está a años luz

Desde comienzos de 2011, los fondos de capital riesgo internacionales están volviendo a apostar por España, vigilando de cerca las potenciales operaciones en sectores como el financiero. “El sentimiento sobre el mercado ha mejorado significativamente porque estamos haciendo los deberes y eso se ha visto con el desmarque de los problemas de Portugal”, afirmó Maite Ballester, presidenta de ASCRI en el marco de la presentación en Madrid del informe “Impacto económico y social del Capital Riesgo en España. 2011”. La experta señaló que han empezado a ver el interés en España de fondos extranjeros, como Blackstone o los fondos de infraestructuras de Goldman Sachs y Morgan Stanley, lo que significa que el inversor foráneo está dando un voto de confianza al país.

 

 

Además, los bancos internacionales están perdiendo el miedo y prestando capital a las empresas de capital riesgo para hacer adquisiciones y en los últimos meses ha habido numerosos fondos nuevos que han ido surgiendo, si bien la experta advierte de que los shocks mundiales impactan a todos y que es difícil predecir la vuelta del apetito inversor. “El sector en España se ha reactivado desde el año pasado y la actividad ha vuelto tanto a los fondos españoles como a los europeos, ayudados por la banca, que han permitido el repunte de las operaciones para contribuir a la salida de la crisis y al crecimiento sostenible”, afirmó Malcolm Lloyd, socio responsable de Transacciones y Private Equity de PwC, uno de los patrocinadores del informe junto a CDTI, entidad que seguirá apoyando al capital riesgo con el futuro lanzamiento de INNVIERTE Economía Sostenible. El informe ha contado también con la colaboración de www.webcapitalriesgo.com.

Lo que sí se confirma es que los inversores españoles institucionales, como los fondos de pensiones, siguen estando a la cola de este mercado. “El gran reto es animar a estos inversores, que rechazan el activo no por aversión al riesgo -pues debe estar en cualquier cartera- sino por problemas de conocimiento y normativa”, comenta Ballester, asegurando que su sentimiento tiene menos que ver con la crisis y el ciclo de mercado que con el desconocimiento del activo en sí. De hecho, señala que frente al 10% en cartera que tienen los inversores internacionales, la proporción de capital riesgo en los portfolios españoles es mucho menor. “No hay conciencia del producto y desde ASCRI trabajamos para mejorarla”, comenta Ballester. ASCRI es la asociación del capital riesgo español, que cuenta con unos 150 socios y cumple ahora 25 años.

El informe “Impacto económico y social del Capital Riesgo en España. 2011”, el sexto de ASCRI que contempla el periodo 2005-2008, concluye que las empresas que reciben financiación de capital riesgo crecen más y mejor, son más sólidas y crean más empleo, lo que demuestra su capacidad de reforzar las posibilidades de las empresas para superar las etapas recesivas. El estudio, que incluye el primer año de crisis, permite comprobar que, mientras en las compañías no respaldadas se perciben claramente los efectos de ésta, en las empresas financiadas por capital riesgo se siguen encontrando crecimientos significativos en todas las fases de desarrollo de la empresa participada y en la mayoría de los sectores. Con todo, José Martín Pellón, de la Universidad Complutense de Madrid, reconoce que probablemente el próximo año las cifras, que ya incluirán 2009, serán peores, si bien habrá que valorarlas en términos relativos, es decir, frente a las empresas sin respaldo de capital riesgo.

Así, el estudio de este año demuestra que las compañías que han recibido financiación de capital riesgo en etapas iniciales en 2005 fueron capaces de crecer a ritmos de dos dígitos hasta 2008 (de entre el 8% y el 34%), mientras que las otras se estancaron o tuvieron crecimientos negativos en sus principales variables. Además, las compañías respaldadas aumentaron su plantilla en 7.771 empleos frente a los casi 1.000 que perdió el grupo de control, lo que supone una media de casi 10 personas entre 2005 y 2008. Asimismo, mostraron un aumento de la productividad, por cuanto los crecimientos en empleo y activos son inferiores al crecimiento en ventas y resultado brutos. Los expertos atribuyen esta mejora demostrada por el informe no sólo al dinero sino también y sobre todo a la labor de los gestores.

En segundo lugar, el capital expansión y la inversión de capital riesgo en empresas maduras muestran también el impacto positivo que tiene la actuación del capital riesgo sobre el empleo, las ventas y resultado bruto, y los activos (totales e inmateriales). Los crecimientos medios anuales de todas estas variables oscilan entre el 6% y el 12% en los tres primeros años en empresas invertidas en el año 2005, mientras que las compañías comparables no financiadas muestran crecimientos cero o negativo.

Ayuda para salir de la crisis

Por sectores, el de la industria manufacturera fue la categoría con más peso en las inversiones de 2005, representando un 31% de las empresas identificadas. En las empresas participadas el crecimiento medio anual en los tres primeros años fue del 7,5% en el empleo, 12,3% en ventas, 9,7% en resultado bruto y 10,3% en activos totales. La única excepción fue el impuesto de sociedades, que cayó un 1,1%. En cambio, las compañías no financiadas registraron caídas en todas las variables (-5,1% en el empleo, -4,2% en ventas, -5,3% en resultado bruto, -20,5% en impuesto sobre sociedades, -5,4% en activos totales y -24,2% en activos inmateriales), demostrando así con claridad que habían entrado en crisis. En los otros dos sectores con más peso en las inversiones de 2005, el de información y comunicación (24,6%) y el de otros servicios (17,5%), los resultados arrojan conclusiones similares, aunque algo menos drásticas.

Finalmente, el informe destaca el papel del capital riesgo público para el desarrollo del sector tecnológico (7,6% de las compañías), al invertir fundamentalmente en empresas en etapas muy incipientes y al “arrastrar” o impulsar la inversión privada, una vez que las compañías han superado los primeros años de vida.

“El capital riesgo lleva funcionando 25 años en España y no cabe duda de que está para quedarse. En este periodo, se han invertido cerca de 30.000 millones de euros en más de 5.800 empresas en España de todos los tamaños y sectores, de las cuales el 80% son pymes”, comenta Ballester, indicando que las entidades han crecido desde las 22 de 1986 hasta las más de 191 en 2010. La experta niega que el capital riesgo sea la panacea o “fórmula mágica” para salir de la crisis económica, pero los expertos coinciden en que debe formar parte de las medidas a adoptar en momentos de recesión para fortalecer las empresas, mejorar su competitividad y ayudar a la generación acelerada de empleo”, afirma.