Alternativas de probada consistencia para invertir en renta fija europea de corta duración

Alexis Renault y Bastian Gries (Oddo)
Foto cedida

Los fondos de renta fija europea de corta duración están teniendo una gran aceptación en el mercado español. Son productos que, según el Barómetro que cada mes elabora Funds People, atesoran un elevado patrimonio. El BGF Euro Short Duration Bond, el Carmignac Securité, el Candriam Bonds Euro Short Term, el AXA WF Euro Credit Short Duration o el Pictet Euro Short Mid Term son los productos de renta fija europea de corta duración más vendidos en España. Junto a estas estrategias blockbuster, existen otras menos conocidas que han conseguido destacar en los últimos años por sus buenos resultados, lo que les ha servido para ganarse la calificación de Consistentes Funds People. Una de ellas es el Oddo Compass Euro Credit Short Duration, producto lanzado por Oddo Meriten AM hace cinco años y que hoy se ha convertido en uno de los buques insignia de la gestora franco-alemana, con un volumen de activos bajo gestión que ya supera los 1.000 millones de euros.

Los números hablan muy bien de la estrategia. En los últimos tres años, el Oddo Compass Euro Credit Short Duration ha registrado una rentabilidad anualizada del 2,07%, frente al 0,63% de su categoría, lo que le ha situado en el primer decil a este periodo. Esto lo ha conseguido asumiendo una volatilidad del 1,5%. A cinco años, el retorno ofrecido por la estrategia ha sido del 3,17%, cuando la media de la categoría ha generado una rentabilidad media del 1,85%, siendo de igual forma primer cuartil, según datos de Morningstar. Según Alexis Renault y Bastian Gries, gestores de la estrategia, los factores importantes son la elección de la asignación entre los bonos high yield y con grado de inversión más adecuados a las condiciones del mercado y a través del análisis de cada compañía individual, incluyendo la supervisión continua. “Esto es esencial para identificar en una fase inicial cualquier mejora o deterioro en la solvencia de una compañía, que tiene una influencia directa en el rendimiento de la cartera”, señalan en declaraciones a Funds People.

Ambos lo describen como un producto adecuado para inversores que busquen escapar del actual entorno de tipos bajos. Invierten principalmente en deuda corporativa con un rating de B3/B o con un rating superior y vencimientos que, por norma general, están por debajo de los cuatro años. “Los tipos de interés persistentemente bajos que hemos visto en los últimos años son un reto cada vez mayor para el inversor. Cuando buscamos alternativas, puede merecer la pena considerar la estrategia de inversión en crédito de corta duración. Bajo esta estrategia, la cartera está invertida en deuda corporativa (tanto high yield como grado de inversión) con un vencimiento corto, buscando explotar los beneficios en términos de riesgo de impago, sensibilidad a los tipos de interés y volatilidad. Esta es la razón por la que no sólo los profesionales de la inversión consideran el crédito de corta duración como un segmento de inversión muy interesante”, afirman.

El objetivo que se han fijado Renault y Gries es proporcionar un alto nivel de ingresos y hacer crecer el capital invirtiendo principalmente en deuda corporativa denominada en euros con un rating al menos de B3 o B- y un vencimiento residual máximo de cuatro años. Un mínimo del 20% de los activos está invertido en high yield, principalmente de países con calificación de grado de inversión. “En el espacio del crédito, el riesgo de impago juega un papel particularmente importante –especialmente en lo que se refiere a los bonos high yield–, haciendo que algunos inversores incluso eviten invertir en estos títulos en su conjunto. Los factores clave aquí son el análisis en profundidad del crédito, la diversificación de la cartera y el llamado seasoning effect, esto es, el efecto del tiempo que ha pasado desde la emisión de un bono”, aseguran.

Tal y como explican, el seasoning effect se refiere al hecho probado estadísticamente de que los bonos high yield que llevan un tiempo en el mercado tienden a registrar menos impagos que los bonos recién emitidos con una madurez residual similar. De acuerdo con un estudio de la agencia de rating S&P, entre 1981 y 2010 la tasa de impago de los bonos high yield fue del 15,1% en los primeros cuatro años pero sólo del 7,5% entre el quinto y el octavo año. Es más probable por lo tanto que se dé un impago en un bono high yield joven que en uno más viejo. Dado que la estrategia de crédito de corta duración de Oddo Meriten AM invierte en vencimientos residuales cortos, alcanza exactamente esos bonos más viejos que muestran una probabilidad estadística de impago más baja.

A su entender, el riesgo de impago puede reducirse aún más con un análisis de crédito en profundidad. “Utilizando un proceso de evaluación sofisticado, cada emisor es analizado por su viabilidad y la sostenibilidad de su deuda. Debido a su análisis específico de las emisiones, los gestores de cartera de Oddo Meriten AM no han visto un solo impago en un bono de deuda corporativa en los últimos 16 años. Es más, el riesgo de impago y las pérdidas resultantes podrían reducirse adicionalmente a través de una amplia diversificación en distintos países, sectores y compañías”, revelan.

Un segundo aspecto importante para los inversores en cada decisión de inversión es la sensibilidad a los tipos de interés. “De nuevo, la estrategia de crédito de corta duración destaca positivamente gracias a las características específicas de la deuda corporativa. Junto con el ya mencionado vencimiento residual corto, el cupón relativamente alto proporciona una duración relativamente corta, haciendo una cartera más resistente a los cambios en los tipos de interés que las carteras de renta fija a largo plazo. El resultado también es una volatilidad más baja en comparación con la inversión tradicional en high yield o grado de inversión. Este beneficio es  particularmente destacable, ya que los tipos de interés no se mantendrán en sus niveles actuales. En un entorno como el actual, una cartera con una menor sensibilidad a los tipos de interés tendrá un mejor rendimiento”, concluyen.