Algunas gestoras internacionales mantienen limitaciones de entradas en sus monetarios en euros

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yopompeyo, Flickr Creative Commons

Casi dos meses después de que algunas gestoras internacionales decidieran limitar las suscripciones en varios de sus fondos monetarios en euros, y en un periodo cercano al vencimiento de la mayoría de las carteras, las entidades han decidido prorrogar esa decisión. Así, frente a la alternativa de volver a la normalidad y abrirlos totalmente, J.P. Morgan Asset Management, BNY Mellon, BlackRock o Goldman Sachs Asset Management están optando por mantener restricciones en los fondos que en su momento cerraron o limitaron, razón por la que también ofrecen alternativas a sus inversores.

La decisión, tomada después de que el pasado 5 de julio el BCE bajara los tipos hasta el 0,75% y dejara sin remuneración los depósitos de los bancos en la institución europea, pretende proteger a los partícipes del efecto dilución resultante de invertir las nuevas suscripciones en un entorno ahora menos rentable y es también una medida preventiva ante la dificultad de actuar en un mercado con poca profundidad, con cada vez menos oferta de alta calidad y una demanda menguada, explican.

Ante estas circunstancias, J.P. Morgan Asset Management mantiene limitaciones en los fondos JPM Euro Liquidity, JPM Euro Government Liquidity, JPM Euro Money Market, JPM Euro Liquid Market y JPM Series II, según confirman en la entidad. También en Goldman Sachs AM siguen con las mismas restricciones en sus fondos: GS Euro Government Liquid Reserves está temporalmente cerrado a nuevas entradas y el GS Euro Liquid Reserves limita las suscripciones a 25 millones de euros al día por cliente.

Por su parte, en BlacRock también siguen sin cambios frente al mes pasado, con suscripciones restringidas en el BlackRock Institutional Euro Government Liquidity, aunque tienen abierto el BlackRock ICS Institutional Euro, que no llegó a limitarlas. “Seguimos monitorizando la situación y evaluando las opciones más adecuadas para proteger los intereses de nuestros clientes", comentan desde la entidad.

También BNY Mellon, que limitó las aportaciones en el BNY Mellon Euro Liquidity tras la decisión del BCE, mantiene su postura. “Es una medida ante la inexistencia de profundidad en el mercado: no hay grandes oportunidades de inversión ni tampoco mucha demanda”, comenta Sasha Evers, director de la oficina de Madrid de la gestora, que hace mención al menor interés existente por ejemplo por parte de los inversores estadounidenses, tradicionales consumidores de este papel.

Evers explica que sus fondos monetarios, y entre ellos el mencionado, suelen tener una duración media inferior a los 60 días, pero indica que, aunque las carteras lleguen a vencimiento, no tienen planes de abrirlos. “Por ahora la apertura está descartada. Esa decisión está en función de que mejore la profundidad del mercado y suban los tipos, algo que no parece que ocurra en un futuro cercano”, afirma. De hecho, cree que una subida de tipos por parte del BCE sería una especie de "suicidio político", y augura la aplicación de medidas de política monetaria no ortodoxas.

Con respecto a la forma en que sus monetarios en euros renovarán su cartera, asegura que no cambiarán su política: seguirán invirtiendo en activos de alta calidad, normalmente AAA, como papel comercial y deuda pública. A 31 de julio, la cartera del BNY Mellon Euro Liquidity tenía un 38% en papel comercial, un 47% en depósitos, casi otro 9% en certificados de depósitos, y el resto en repos y algo de deuda corporativa. El mantenimiento de los depósitos se debe a esa escasa profundidad del mercado que dificulta encontrar alternativas.

También mantienen altas posiciones en este activo los fondos en euros de la gama InstiCash de BNP Paribas. Así, el BNP Paribas InstiCash EUR tenía el 43% de su cartera en certificados de depósitos a 31 de julio, aunque en el BNP Paribas InstiCash EUR Government ese porcentaje se limitaba al 8%.

Sacar partido a los instrumentos monetarios

Entre las gestoras que decidieron no recurrir al cierre de sus monetarios y siguen adelante con su oferta, como Amundi, Pictet AM o Groupama AM, han usado otras armas, como aumentar el plazo de sus inversiones en instrumentos monetarios o buscar otras fuentes adicionales de rentabilidad en alta calidad, por ejemplo en el norte de Europa. Una filosofía que ya les hizo estar fuera de los depósitos bancarios antes de la decisión del BCE. Tampoco en BNP Paribas IP han cerrado sus fondos monetarios en ningún momento, aunque en su caso no han alargado el plazo de las inversiones.

En el caso de Groupama AM, carecían de depósitos en el Groupama Enterprises y en el resto de sus fondos monetarios. “Además, como tenemos imperativos de liquidez a 24 horas, no podemos invertir nada a plazos”, explica Iván Díez, director de la gestora en España. Para dar rentabilidades más atractivas al inversor, su clave está en alargar el plazo de las inversiones.

En Pictet AM, que tiene todos sus fondos monetarios abiertos y sin depósitos, la clave ha sido centrarse en el universo de la Europa más core. Así, Pictet Sovereign Short-Term Money Market EUR, con un volumen de más de 2.000 millones de euros y gestionado por Philippe Billot, invierte un mínimo del 90% en letras del Tesoro y bonos a corto plazo de gobiernos o deuda garantizada por éstos, con máxima calificación AAA. En el contexto actual prefiere emisores que no estén amenazados por rebajas de calificación, como Australia, Alemania, Suecia o Suiza y plazos entre uno y tres meses. Las posiciones se han llegado a centrar en emisores soberanos y bancos del norte de Europa, grandes empresas y letras del tesoro. La gama de fondos monetarios tradicionales, Pictet Short Term Money Market en euros, dólares, francos suizos y yenes, carece además de exposición a deuda soberana de países periféricos de la eurozona.

Tampoco tiene depósitos el fondo Carmignac Cash Plus, fondo monetario dinámico que desarrolla principalmente su actividad en el sector de las obligaciones del Estado y las divisas, orientado a la búsqueda de una rentabilidad absoluta a través de una gestión activa y una filosofía basada en un análisis macroeconómico y un estudio cuantitativo de los factores de riesgo.