Alfa versus liquidez

La economía es la ciencia que estudia cómo los recursos escasos se emplean para la satisfacción de las necesidades de los seres humanos. Precisamente a causa de que los recursos de los que disponen los humanos son limitados, muy habitualmente, en economía se estudian lo que se conoce como trade-off, es decir, elecciones que deben hacer los individuos.

La economía es la ciencia que estudia cómo los recursos escasos se emplean para la satisfacción de las necesidades de los seres humanos. Precisamente a causa de que los recursos de los que disponen los humanos son limitados, muy habitualmente, en economía se estudian lo que se conoce como trade-off, es decir, elecciones que deben hacer los individuos.  

El recientemente fallecido economista Samuelson, explicaba en su Manual de economía, cómo un país, que sólo puede producir cañones o mantequilla, se enfrenta a la decisión de cuántas unidades de cada uno de esos bienes desea fabricar. Puede, lógicamente, dedicarse exclusivamente a la producción de cañones, puede también producir sólo mantequilla, o, finalmente, optar por producir una mezcla de ambos   En las finanzas, al igual que en la economía en general, continuamente se plantean decisiones donde hay que elegir. Por ejemplo, un gestor puede decidir comprar más renta variable a costa de reducir la renta fija, o adquirir más deuda privada disminuyendo su exposición a deuda pública.  

Otro ejemplo de trade-off es la elección entre alfa y la liquidez. Según la racionalidad económica y financiera, los activos más ilíquidos tiene mayor rentabilidad (tienen alfa sobre aquellos títulos líquidos), obteniendo lo que vulgarmente se conoce como “prima de iliquidez”. La rentabilidad de los fondos de capital riesgo, y en menor medida los hedge funds, se explica porque dichos vehículos se dedican a capturar dicha prima de iliquidez.   Desde hace algo más de un año, muchos inversores profesionales, prefieren liquidez a alfa. Las razones de dicha preferencia son varias, entre las que podemos citar algunas, como la mayor aversión a situaciones donde se produzca un desajuste entre la liquidez que ofrecen a sus clientes y la liquidez de los activos de las carteras (el conocido liquidity missmatch), una mayor aversión al riesgo, una mayor necesidad de activos con valoración frecuente, etc.

  A pesar de que algunos inversores piensan que “la liquidez es demasiado cara”, parece que en el futuro próximo los selectores profesionales van a continuar, en líneas generales, prefiriendo liquidez a alfa. Por esta razón, muchos de los gestores de productos de escasa liquidez, están adaptando sus productos para poder encontrar clientes que de otro modo no podrían tener.  

En los últimos meses algunos hedge funds han mejorado sus condiciones de liquidez, otros, en cambio, se han incorporado a las llamadas cuentas gestionadas donde los términos de liquidez son habitualmente mejores. Asimismo, desde hace ya muchos meses, algunos productos con alta iliquidez, han salido a cotizar en mercados secundarios bajo diferentes formas jurídicas.   Todas estas medidas, en mi opinión, pueden ser muy positivas, ya que aumentan el abanico de elección del inversor. No obstante, según la teoría clásica, no es posible capturar la prima de iliquidez invirtiendo en activos líquidos, de otro modo el mercado no sería eficiente. En este punto surge la pregunta del millón de euros. ¿Cómo muchos productos consiguen hacer líquido aquello que no lo es y además mantener el alfa? La respuesta es doble:  1. Asumiendo riesgos alternativos. Ejemplos de dichos riesgos es el citado liquidity missmatch o la mayor correlación con los mercados tradicionales y posible descuento sobre NAV en el caso productos cotizados en mercados secundarios   2. Creando híbridos entre liquidez y alfa, es decir, productos que renuncien a un poco de alfa a cambio de un poco más de liquidez (es como dejar de fabricar algunos cañones para dedicar esos recursos a producir algunas toneladas de mantequilla).   En economía se suele decir que no hay “free lunch”. Los inversores profesionales, que no deseen correr riesgos alternativos, deberán seguir eligiendo entre alfa y liquidez o entre una mezcla de ambas. De nuevo volvemos a la economía clásica para explicar las más complejas finanzas.