Alex Fusté analiza las nuevas reformas de Brasil que darán impulso a sus activos

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Davi de Castro, Flickr, Creative Commons

Hoy dan comienzo los trigésimo primeros Juegos Olímpicos, que este año tienen lugar en Río de Janeiro, Brasil. Más allá de su positiva o negativa contribución económica al país brasileño, la mayor economía de Sudamérica se enfrenta a nuevas reformas económicas y políticas derivadas de la suspensión de la presidenta Dilma Rousseff y del nombramiento como presidente interino de Michel Temer.

Alex Fusté, economista jefe de Andbank, analiza en su última nota de mercados algunas de estas reformas. El gran bloque de reformas tienen que ver con el aspecto económico y, dentro de éstas, una de las más importantes es la nueva presidencia del Banco Central Do Brasil, en manos de Ilan Goldfajn, “un hawkish declarado” según Fusté. A pesar de las dificultades económicas del país, el nuevo equipo de gobierno del banco dejó claras sus intenciones al votar unánimemente mantener los tipos en el 14,25%. “Sugiere un aumento en la credibilidad de la institución en su objetivo de fijar definitivamente el problema de la inflación. En nuestra opinión”, prevé el economista jefe de Andbank, “este enfoque ciertamente puede retrasar las ansiadas rebajas de tipos de interés, pero asegura que cuando éstas empiecen probablemente sean más profundas”. Además, añade, “es justo también notar que el nuevo Gobierno de Temer ha declarado la necesidad de respetar la total autonomía del banco central y sus decisiones de política económica”.

Otras reformas económicas de calado que están por venir en Brasil son la reforma sobre el sistema público de pensiones (con el establecimiento de edad mínima de jubilación, por ejemplo), las titulizaciones de activos netos en manos del Gobierno por unos 60.000 millones de dólares (más de 53.500 millones de euros) que “podrán suponer un alivio adicional para las cuentas públicas y garantizar el cumplimiento de los objetivos de déficit” o la renegociación de la deuda con los Estados regionales. Aunque este último punto supondrá un efecto negativo en las cuentas federales, esto ya está recogido en el objetivo de déficit de 2016 y, “en cambio, ofrece mayor soporte regional al Gobierno de Temer para desbloquear el Congreso y las reformas pendientes, además del desahogo para los gobiernos locales”, considera Fusté.

En el plano político, el economista jefe de Andbank destaca la puesta en agenda por parte de Temer y Aecio Neves (principal líder opositor) la reforma política de una ley que permita la reducción del número de partidos políticos. En la actualidad, hasta 35 partidos distintos conforman el espectro ideológico brasileño, lo que dificulta la configuración de gobierno y bloquea el Congreso. Así, esta reforma persigue denegar la representación política y los fondos públicos a aquellos partidos que no obtengan un mínimo de escaños.

Con este escenario bajo el brazo, desde Andbank esperan una recuperación gradual en los ritmos de actividad en la segunda mitad de 2016 y en 2017, así como una mejora en las métricas fiscales, lo que “obligará a las agencias de rating a revisar al alza el rating de Brasil”, augura su economista jefe. “Esto, a priori, debería seguir siendo supportive para los activos brasileños, que han venido haciendo rally durante todo el 2016”, señala.