Alastair Corden- Lloyd: “Las compañías en las que invertimos fabrican productos que necesitan a diario, aunque haya cambios en el entorno político”

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Foto cedida

El MS INVF Global Brands es uno de los fondos de Morgan Stanley IM más populares en España (está calificado como Blockbuster). Al mismo, tiempo es un fondo adecuado para inversores pacientes. Alastair Corden- Lloyd, especialista de producto, afirma que “el horizonte ideal para invertir en el Global Brands serían diez años”.

A cambio, el fondo pretende seguir generando interés compuesto para los clientes en el largo plazo. La estrategia ha generado un retorno anual del 13% en sus 20 años de vida (la versión UCITS fue lanzada en el 2000). Algunos de los valores en los que invierte han estado en la cartera desde el principio: “Nuestra estrategia tiene baja rotación de activos. Lo que buscamos son compañías que tengan poder de fijación de precios, unos activos intangibles poderosos, un alto retorno sobre el capital operacional, alta generación de flujos de caja y una buena asignación del capital. Buscamos que estas cinco características sean sostenibles a lo largo del tiempo”, detalla Corden- Lloyd.

Las oportunidades que encuentra el equipo gestor para esta estrategia de cartera concentrada – actualmente dispone de 28 valores- vienen dadas primordialmente por los cambios en las valoraciones. “Por tanto, las nuevas oportunidades no aparecen con frecuencia, a no ser que se produzca un gran ajuste en el mercado”, añade el gestor.

Desmontando la corrección del mercado

En octubre Bruno Paulson, otro gestor de Morgan Stanley, afirmaba en una presentación organizada por la firma en Madrid: “Todos los activos están caros y el mundo es un lugar difícil”. La perspectiva ha cambiado mucho desde entonces: “Hace un par de meses las valoraciones parecían bastante elevadas, pero ya no es tanto el caso actualmente, debido a la significativa rotación sectorial desde valores defensivos de calidad a valores con beta más alta y cíclicos. Ha sido una transferencia de manual, en la que el conjunto de sectores con beta más baja y calidad más alta – consumo básico, utilities, telecos, farmacéuticas- se han comportado peor que todos los sectores cíclicos”, declara Corden- Lloyd.

El gestor atribuye la corrección a dos motivos. El primero, a la materialización de un rally risk on basado en “la expectativa de que la curva de tipos esté al alza, notablemente los bonos del Tesoro estadounidense”. El segundo es la elección de Donald Trump como presidente de EE.UU. “Hubo un comportamiento incoherente en el mercado. La renta variable subió, basándose en las expectativas de que Hillary Clinton ganaría y en que un escenario de victoria sorpresa de Trump no se iba a producir. Sin embargo, se produjo el escenario descontado y el mercado subió igual”, comenta Corden- Lloyd. En su opinión, “el mercado puso en precio las partes buenas de las propuestas para la presidencia de Trump” (un trato impositivo más favorable, más estímulos fiscales, incremento del gasto en infraestructuras), y por eso “se ha ido mucho potencial a esos sectores cíclicos que se pueden beneficiar de la consecución de esos eventos”.

La visión de Morgan Stanley es que “el riesgo político en el mercado es elevado y  generalizado”. Dicho esto, Corden- Lloyd afirma: “Claramente nos encontramos ahora en una posición más cómoda en relación con los valores que tenemos y los que buscamos. Invertimos en empresas de alta calidad cuyos productos son adquiridos repetidamente. Son productos que necesitan en el día a día, aunque haya cambios en el entorno político”.

Debido a esta razón, la cartera no ha experimentado cambios durante la corrección, porque se considera que los fundamentales no se han alterado. “Si se produjera un periodo de aversión al riesgo total, la capacidad para amortiguar las caídas se realzaría, debido a que las valoraciones no están tan ajustadas”, indica Corden-Lloyd.

Posicionamiento del fondo

El gestor subraya que la construcción de la cartera es fruto de un riguroso y sistemático análisis fundamental. “Sólo buscamos las compañías de mayor calidad, y el set de oportunidades es pequeño”, indica. Aunque el punto de partida es un universo de más de 2.000 nombres, al aplicar los exigentes filtros del análisis el universo efectivo de compañías que podrían elegir para el Global Brands se reduce a unos 100 nombres. “Si buscamos compañías con alto retorno sobre el capital, márgenes altos, balances fuertes y bien gestionadas, no surgen con tanta frecuencia, y típicamente las que tienen muchos activos intangibles suponen una parte muy pequeña del mercado”, añade Corden- Lloyd.

La cartera presenta un sesgo hacia el consumo básico, “pero no todo el sector; queremos compañías que tengan marcas de referencia”, aclara. Este enfoque crítico se aplica al resto de asignaciones. Entre las compañías tecnológicas prefieren a los fabricantes de software que cuenten con plataformas con una gran base de usuarios y un uso repetido a lo largo del tiempo. “El software por naturaleza presenta un retorno muy elevado sobre el capital y activos intangibles, son negocios con márgenes altos”, explica el gestor. Dentro del consumo discrecional, la preferencia es por compañías de medios de comunicación: “Nos gustan las compañías que pueden producir el contenido que demandan sus audiencias”.

En cambio, el fondo ha evitado el sector financiero, materiales industriales y otras industrias pesadas, energía, telecos y utilities, porque “típicamente comparten un segmento de producto que está determinado por las materias primas que típicamente carecen de poder de fijación de precio y presentan dificultades para innovar” y además hacen un uso intensivo de su capital. Tampoco invierten en farmacéuticas, porque su horizonte de inversión – definido por el ciclo de patentes- es con frecuencia demasiado corto en comparación con el enfoque largoplacista del fondo (suelen mantener valores en cartera una media de cinco a diez años).