Agua: el precio sube anualmente más rápido que el petróleo y con menor volatilidad

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Foto cedida

El desarrollo de la cadena de valor del agua es esencial para la creación de riqueza y se ve promovida por la urbanización, con cada vez más población que precisa agua potable y saneamiento básico. Se requiere una elevada intensidad de capital y eficiencia energética. Hay que tener en cuenta que la red de agua es mayor que la suma de todas las calles construidas en cualquier país, en todo el mundo. En países desarrollados hay que actualizar la infraestructura -hasta el 8% del CO2 que produce Inglaterra es atribuible al transporte de agua- y en emergentes no existe. China, que se ha desarrollado de manera extremadamente acelerada, genera grandes oportunidades.

En este sentido, a diferencia de otros servicios públicos, las decisiones de infraestructuras relacionadas con agua son locales, a nivel municipal. Un caso extremo es Singapur, estado-ciudad, donde su misma existencia económica depende del suministro de Malasia y, sin discrepancia entre la decisión nacional y local, está desarrollando la tecnología de reciclaje.  En cualquier caso cada vez más gobiernos y reguladores facilitan la participación del sector privado. El 12% de la población mundial ya recibe agua potable y sanitaria de proveedores privados y la próxima década puede llegar al 21%. La solución en unos casos pasa por contratos de concesión de capital y/o gestión. En otro extremo, como en República Checa, Chile o Inglaterra los activos son del sector privado.

A ello se añade que, a diferencia de otras industrias, habría que inventar otro medio para los mismos servicios, pero no hay reemplazo, así que los activos relacionados no tienen riesgo de sustitución.  En concreto el componente puramente económico predomina en usos industriales, pues el agua es necesaria para fabricar y lo relevante es cuánto cuesta. Es evidente que hay exceso de demanda y las tarifas tienden a aumentar por encima de la inflación, para ajustarse a costes y con la normativa de calidad y medioambiente, que requiere inversiones y tecnología, el precio sube anualmente más rápido que el petróleo y con menor volatilidad.

Las más empresas más puras son pequeñas y medianas. Las industrias del agua suman 500.000 millones de dólares en ventas globalmente –el tamaño del sector farmacéutico es 700.000 millones-. En el mundo hay 300.000 empresas relacionadas y su representación en bolsa es de 850 empresas, de las que 300 tienen exposición significativa al tema, con una capitalización de 31.500 millones.