Además de España, Bélgica, Italia y Francia prohíben las posiciones cortas

Después de que anoche la CNMV comunicara que prohibía las posiciones cortas sobre entidades del sector financiero durante un periodo mínimo de dos semanas, otros países también lo han hecho. Se trata de Francia, Italia y Bélgica, que han prohibido de forma temporal las posiciones cortas o short-selling de valores financieros como respuesta a las fuertes caídas bursátiles sufridas por las bolsas del continente en los últimos días.

La prohibición  llega tras una semana en la que los bancos franceses han visto caer sus precios a niveles de la crisis crediticia. En un comunicado reciente, la ESMA (European Securities and Markets Authority) afirmaba que la volatilidad de los mercados había incrementado las preocupaciones de los reguladores. “Mientras las posiciones cortas pueden ser una estrategia válida de trading, si se usa en combinación con la extensión de rumores falsos de mercado puede resultar abusiva”, comentaba.

De ahí que varios reguladores nacionales hayan impuesto recientes prohibiciones, con el objetivo de “restringir los beneficios logrados de esa extensión de falsos rumores”. En el caso de los últimos días, sobre los bancos franceses ante la amenaza de rebajas en sus calificaciones crediticias.

Las prohibiciones, comenzadas por Grecia y Turquía a principios de semana, han sido secundadas por España, Francia, Italia y Bélgica. Sin embargo, el cuarteto ha fracasado a la hora de persuadir a Alemania y a otros países de apoyar la medida.

La prohibición ha suscitado críticas que sostienen que se restringe la liquidez y la posibilidad a las instituciones financieras de cubrir sus posiciones en las que actúan como contraparte posicionándose cortos. Incluso el FMI, cuando se prohibió el short-selling en 2008, afirmaba que la medida hizo relativamente poco para apoyar los precios de las acciones, mientras la restricción de liquidez disparó la volatilidad.

Y es que la medida es efectiva en el caso de hedge funds que toman posiciones cortas en acciones, pero no sirve para frenar las ventas de los fondos de inversión tradicionales, como las de los fondos de Old Mutual AM, que ha vendido sus posiciones en bonos de bancos europeos.