Actualización de la estrategia de inversión de Mirabaud: “vuelta al cole” con la cartera bien cargada de acciones

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jbto90, Flickr, Creative Commons

“La evolución que registraron los mercados financieros durante el verano ha llevado a replantear el riesgo de las carteras”. Lo afirman los expertos de Mirabaud en la actualización de su estrategia de inversión correspondiente al mes de septiembre. La cuestión es que, entre pico y valle, el Stoxx 600 cayó cerca de un 7% este verano, mientras que el S&P 500 retrocedió un 4%... sólo para tomar impulso, pues se ha visto que luego ha sido de superar la barrera de los 2.000 puntos por primera vez en la historia. “Así fue como el grado de exposición a los activos de riesgo terminó perturbando a más de un miembro del comité de inversión”, continúan en Mirabaud. Una vez superado el nerviosismo, la conclusión a la que han llegado es que “al nivel de los fundamentales, la renovada aversión al riesgo se explica por diferentes factores según la región”. 

“A uno y otro lado del Atlántico, los motivos incluso parecen ser antinómicos”, enfatizan los expertos, poniendo así el foco sobre las diferentes fases del ciclo que atraviesan EE.UU. y Europa: mientras que en el primero se ha consolidado el crecimiento, en el segundo se ha desmoronado. “Las perspectivas de aceleración de la actividad en EE.UU. justifican la exposición a las acciones. No obstante, el retorno del crecimiento hace temer un tono menos flexible por parte de las autoridades monetarias”, explican desde la firma suiza.

Sus expertos destacan en la revisión mensual de las estrategias que en EE.UU. está volviendo el temor a las buenas noticias. Recuerden: “Por un lado, debería ser motivo de regocijo para los inversores la aceleración de la actividad económica (…) Por otro lado, ante las buenas noticias, resurge la cuestión del endurecimiento de la política monetaria”. En el análisis se destaca que “si bien los ratios usuales de valoración muestran que los precios del mercado bursátil de EE.UU. no son interesantes, distan mucho de ser particularmente onerosos como a finales del milenio pasado”. Concluyen en este punto que “desde el comienzo del año, en resumidas cuentas se han incrementado los beneficios de las sociedades, y no es de actualidad el espectro de una burbuja especulativa, aunque más no sea al nivel de los principales índices bursátiles”. 

En Mirabaud hacen notar que, en cambio, el Viejo Continente tiene que lidiar con la caída del crecimiento y el efecto material de las sanciones aplicadas a Rusia. En concreto, consideran que el embargo decretado en Rusia de importación de productos alimenticios procedentes de Occidente va a tener un impacto sobre el sector primario, y éste sobre el crecimiento. A esto se debe añadir el impacto del derrumbamiento de Banco Espirito Santo, que provocó un efecto dominó de ventas de acciones bancarias. “si bien los temores de crisis bancaria generalizada nos parecen aquí infundados, la falta de crecimiento en la zona euro es poco favorable a las acciones”, resumen. Su conclusión en este punto es que “la exposición a las acciones europeas encuentra escaso sustento del lado de la economía real y las estadísticas recientes sobre este tema han preocupado los operadores. Pero con el deterioro de los agregados macroeconómicos, las acciones europeas resultarán apoyadas por la política monetaria”. Es decir, que el BCE proveerá con la puesta en marcha del QE a la europea. 

Resumen del posicionamiento de las carteras de Mirabaud

Dados estos escenarios, la decisión de los estrategas de Mirabaud es salomónica: han decidido sobreponderar tanto las acciones estadounidenses como las europeas, con el matiz de que consideran de que las primeras se mantendrán laterales a corto plazo (un periodo de 3 meses) y alcistas en el medio plazo (6 meses), mientras que en el caso europeo la tendencia es alcista tanto a corto como a medio plazo. Adicionalmente, sobreponderan renta variable emergente también con una evolución probable alcista a corto y medio plazo.

“Aunque no estamos a cubierto de la volatilidad a corto plazo, las acciones todavía figuran entre las inversiones más atractivas cuando se las evalúa en términos relativos respecto de las obligaciones”, justifican los expertos para tomar esta decisión, argumentando que numerosas referencias de deuda soberana de primera calidad han caído a mínimos. “Nuestro escenario no prevé que la economía mundial entre en recesión. Las acciones ¿podrían evolucionar de manera lateral? Es posible, pero con todo seguirían siendo más interesantes que las inversiones de renta fija en el caso de un pago de dividendos”, concluyen en este apartado.

Dentro del posicionamiento en renta fija, la reacción de Mirabaud ante las cifras negativas del crecimiento del PIB de la eurozona en el segundo trimestre ha pasado por reforzar su posición en renta fija corporativa, que ahora sobreponderan con una perspectiva de que se mantengan estables en el corto plazo y alcistas en el largo plazo. La explicación que aportan para justificar esta decisión toma como referencia tanto la protección procurada por esas inversiones en caso de que el crecimiento y la inflación declinen aún más, como el poder de diversificación respecto de las acciones. Además, consideran que ambas clases de activos deberían beneficiarse de una posible política de reflación por parte del BCE. En cambio, infraponderan la deuda soberana de alta calidad al vencimiento (creen que repuntarán los rendimientos) y se mantienen neutrales en la emergentes. En este último caso calculan que la evolución probable en el corto será lateral, pero podrían descender los rendimientos en el medio plazo. 

Finalmente, en materia de divisas, se ha optado por infraponderar el euro respecto al dólar y mantener posiciones neutrales en el par euro/franco suizo y en divisas emergentes, aunque sin especificar en cuáles.