Abogada del diablo

El pasado domingo fue 4 de julio. Un día en el que la Iglesia Católica realizó su primera canonización (993), en el que nació Alfredo Di Stefano (1926) y en el que la Wikipedia en español alcanzó su artículo número 250.000 (2007). Pero medio mundo lo suele asociar con el día en el que las trece colonias británicas en América firmaron su Declaración de Independencia (1776). Desde entonces, los estadounidenses lo celebran por todo lo alto.

En Taste of America, (c/ Serrano 149, Madrid)una tienda delicatessen especializada en productos de Estados Unidos, llevaban días vendiendo platos, vasos e incluso servilletas decorados con la bandera de barras y estrellas. También hay artículos especiales cuando se aproximan Halloween, las Navidades y el Día de Acción de Gracias, la fiesta más importante para muchos norteamericanos. Sus propietarios lo hacen por dos motivos: ayudar a los estadounidenses de Madrid que tienen 'morriña' y ampliar la oferta para los que, por ejemplo, quieren hacer una fiesta temática en casa.

Y es que, según los dueños del establecimiento, que está en la madrileña calle de Serrano y cuenta con una sucursal en Pozuelo de Alarcón, no sólo se acercan norteamericanos nostálgicos. Cada vez hay más curiosos buscando un buen preparado para 'brownie', una bolsa de blancos 'marshmallows', la auténtica salsa para esas costillas con las que uno se acaba chupando los dedos o un bote de 'Aunt Jemima', el sirope que debería acompañar a cualquier tortita que se precie. Los encargados atienden pacientemente, dan consejos y trucos para que todo salga perfecto cuando se prepare en casa y localizan productos ante vagas referencias como “ese refresco que beben en las películas”. Si es 'Dr. Pepper' o Coca-Cola de cereza o vainilla lo tienen, por cierto.

No me extraña que cada vez haya más aficionados a la gastronomía a los que les llama la atención este tipo de platos. En primer lugar, porque creo que, aunque sea a la velocidad de un caracol, la comida estadounidense se va quitando de encima la etiqueta de 'comida basura'. No será la más variada, ni la que cuente con platos que se enmarcan en una tradición centenaria... Tampoco, desde luego, es la más equilibrada. Pero, y aquí viene la segunda razón, cuando es de calidad y está hecha con cariño está buenísima. Como un buen brownie esponjoso. O hamburguesas como las que comentamos en este post. O las cookies con chocolate y nueces de macadamia crujientes y recién salidas del horno. Las de Taste of America, por cierto, están buenísimas.

Así que permítanme hacer de abogada del diablo por un momento y defender los buenos, aunque escasos, platos de Estados Unidos para disfrutar muy de vez en cuando. No se preocupen por el azúcar ni por las grasas. Un día es un día, ¿o no?