Aberdeen: “El final de Dilma Rousseff está cerca”

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La historia política reciente de Brasil acaba de experimentar otra vuelta de tuerca, al destituir el Tribunal Supremo a Eduardo Cunha, presidente de la Cámara de Diputados. Cunha ha sido uno de los principales instigadores del juicio político a la mandataria, al dar por buenos los argumentos esgrimidos por los diputados brasileños para iniciar el proceso de destitución de Dilma Rousseff (queda pendiente la votación en el Senado). El Tribunal ha procesado a Cunha por actos de corrupción y por intento de obstrucción a la justicia.

Para Edwin Gutiérrez, director de Deuda Soberana de Mercados Emergentes en Aberdeen, este acontecimiento no supone ningún punto de inflexión en el proceso de destitución a la presidenta: “El final de Dilma Rousseff está cerca. Pocas personas creen que se pueda evitar su destitución y el Senado seguramente vote a favor de su cese el próximo 11 de mayo”, afirma. De materializarse este escenario, Gutiérrez indica que “el vicepresidente Temer asumirá el control y seguramente ocupe el cargo de presidente durante el resto del mandato de Rousseff”.

Sobre el tipo de políticas que podría implementar Temer, el experto de Aberdeen afirma que el actual vicepresidente “cuenta con un plan reformista que el país necesita de forma desesperada”. “Entre las reformas más urgentes están las que atañen al mercado laboral y a la seguridad social. Sin lugar a dudas, un paso necesario pasaría por establecer la independencia del banco central para que pueda tomar decisiones en interés del país y opuestas a los políticos”, añade Gutiérrez.

Éste afirma que el escenario más probable es que Temer cuente con el apoyo de otros partidos políticos; por tanto, uno de los mayores riesgos en este escenario es que “otras formaciones no cooperen y bloqueen las reformas”, lo que podría suponer a ojos del director “el retorno de la vieja política de Brasil, caracterizada por el intercambio de favores y la retórica vacía”.

No obstante, la postura del experto es optimista, y afirma que hay varios motivos para serlo con estas declaraciones contundentes: “Hay  pocas personas podrían resultar peores para Brasil de lo que ha sido Rousseff. Esto hace que los principales partidos políticos estén interesados en cooperar con Temer, ya que de otra forma, se enfrentan al riesgo de que alguien de fuera gane las elecciones presidenciales de 2018”.