A la espera de Harry Potter

Una mezcla de eventos positivos y negativos se dan cita para configurar el actual panorama de inversión en los bonos de alto rendimiento denominados en dólares. Para comenzar mencionemos lo positivo, donde vale la pena destacar que la tasa de insolvencia de títulos de esta clase emitidos por firmas estadounidenses alcanzó el mínimo de 1,8% en enero de 2014, donde los especialistas esperan un ligero deterioro para finales de este año, para alcanzar un 2,2% tanto para eventos locales de EE.UU. como en el plano internacional.

Por otro lado, temores sobre el crecimiento desmedido de créditos no bancarios en China generados por un conjunto de instituciones conocidas como shadow banks podrían según, expertos internacionales, ser las primeras señales de los problemas causados por el excesivo endeudamiento interno de dicha economía, que ha financiado negocios viables pero también muchos otros proyectos de dudosa rentabilidad, en los sectores inmobiliario, de infraestructura y producción de energía (principalmente carbón).

El gran reto del gobierno chino es desapalancar su economía sin generar una brusca reducción en su tasa de crecimiento, y tratar de hacer la transición de un modelo de crecimiento basado en exportaciones y generación de infraestructura a otro donde el crecimiento venga dado por la atención de las necesidades de una creciente clase media nacional.

Dicho reto genera dos consecuencias no deseadas que crean problemas a muchos países emergentes, por un lado se espera una reducción en la demanda de materias primas lo que deprime las economías de los proveedores de China.