2019: reconsideramos la protección de las carteras

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Cedida por Lyxor AM

TRIBUNA de Guillaume Lasserre, CIO de Lyxor Asset Management. Comentario patrocinado por Lyxor AM.

2019 se presenta no exento de incertidumbres. Sin embargo, los gestores ya están acostumbrados a afrontar este tipo de situaciones que ya han ocurrido durante 2018. En realidad, el cambio real con respecto al año pasado no se debe tanto a la aparición de estas incertidumbres, sino más bien al comportamiento de los activos financieros, que difiere de lo que hemos visto en los últimos años.

El año 2019 estará marcado por la retirada de los bancos centrales mundiales, en términos de balances. Por primera vez se registrará una reducción del balance combinado de la Reserva Federal, el BCE, el Banco de Inglaterra y el Banco de Japón. Por otra parte, si bien se conoce el alcance de esta contracción de la liquidez, su impacto en la economía mundial y en los mercados financieros sigue siendo incierto.

Esta evolución requiere ajustes en la gestión de los activos. Resulta imperativo reconsiderar la protección de las carteras y seleccionar estilos de gestión muy adecuados. 

Estados Unidos: renovación de la confianza

Si bien es cierto que la economía estadounidense se ralentiza, esto ocurre de manera natural y no se debe a fuertes presiones inflacionarias ni a desequilibrios significativos.

No prevemos una recesión en los Estados Unidos, al menos no hasta 2021. Con un crecimiento interanual en torno al 3%, el país sigue beneficiándose de los efectos de las reformas fiscales y todavía se pueden apreciar señales positivas en la economía (creación de empleo, aumentos salariales sostenidos etc.).

En nuestra opinión, la fragilidad estaría más del lado de la inversión corporativa, que se ve afectada por las incertidumbres de la guerra comercial.

Las debilidades europeas

Si bien Europa no desempeña un papel protagonista en el conflicto comercial actual entre Estados Unidos y China, el riesgo para las exportaciones sobre ciertos sectores es real, lo que podría causar un efecto dominó.

Desde un punto de vista financiero, el riesgo principal proviene de la situación italiana sigue teniendo repercusiones a escala europea en momentos de tensión. Debido a un mecanismo de transmisión, el sector bancario, y luego los sectores de la economía que necesitan financiación, podrían verse afectados.

En definitiva, lo que caracteriza a Europa es la multiplicidad de riesgos políticos. Aunque consideramos probable que ocurra un Brexit blando, no podemos ignorar los efectos de un potencial brexit «duro», que podría sumir al Reino Unido en una recesión que inevitablemente afectaría a Europa.

Con todo ello, el crecimiento europeo parece ser más frágil que el de Estados Unidos.

Gestionar la falta de direccionalidad

En materia de asignación de activos, hay que tener en cuenta la falta de visibilidad sobre lo que ocurrirá en el futuro. Resulta cada vez más difícil confiar en una clara direccionalidad de los mercados.

Actualmente, mostramos una actitud neutral respecto de la renta variable. Si bien las perspectivas a 12 meses siguen siendo positivas, el mercado no demuestra optimismo. Estamos infraponderados en renta variable emergente y preferimos, en términos sectoriales, los valores defensivos.

Mantenemos posiciones infraponderadas en renta fija, debido en particular a futuras subidas de los tipos de interés de la Reserva Federal, y favorecemos las duraciones cortas.

Finalmente, con respecto al crédito, mantenemos posiciones defensivas en el segmento con calificación investment grade y optimistas en el segmento de bonos high yield. El fin de la expansión cuantitativa en la zona euro eliminará un factor de apoyo y los tipos de interés soberanos exhiben una trayectoria alcista. Por otra parte, los tipos de Estados Unidos, que se sitúan en el 3% en términos nominales, parecen atractivos. 

Sin una direccionalidad clara, mantener posiciones largas en el conjunto de una cartera diversificada se vuelve más arriesgado. De hecho, parece que el mercado de renta fija ya no desempeña plenamente su papel de amortiguador natural en caso de turbulencias. Hasta ahora, las carteras se han beneficiado de la falta de correlación entre la renta variable y la renta fija. Sin embargo, esta descorrelación tiende a disminuir, como lo demuestra la situación observada en octubre de 2018. La renta variable estadounidense cedió alrededor del 10%, mientras que el tipo de interés a 10 años no registró fluctuación alguna.

En 2019, la protección de los bonos por sí sola ya no debería ser suficiente para preservar las carteras, mientras existan acontecimientos importantes, que podrían perturbar la economía mundial y el comportamiento de los activos de riesgo.

Carteras que requieren protección

En Lyxor Asset Management, ya hemos comenzado a implementar protecciones específicas para nuestras carteras, antes de que ocurran posibles acontecimientos perturbadores. Esto también satisface una exigencia cada vez más común de nuestros clientes.

A estos efectos, hemos decidido comprar protección para nuestras carteras, por ejemplo, mediante opciones. La introducción de este nivel adicional de protección, que se aplicará a aquellos casos en que la descorrelación de activos ya no sea tan eficaz como en el pasado, nos permite seguir invirtiendo en activos de riesgo, tanto en renta variable como en el mercado crediticio. Esta estrategia se suma a la estrategia de arbitraje, que por sí sola ya no será del todo adecuada frente a todos los factores adversos que acechan en 2019. 

La elección de las estrategias marcará la diferencia

Si bien las opciones de protección se revelan necesarias, creemos que el contexto también exige que se favorezcan tipos muy específicos de gestión con el fin de generar rentabilidades adicionales.

La gestión alternativa constituye una fuente interesante de beneficios no correlacionados en la dirección de los mercados financieros. Creemos que las estrategias de hedge funds sin sesgos direccionales deberían funcionar bien en 2019. Entre las estrategias disponibles, hemos identificado tres que podrían aprovechar este mercado no direccional:

  • la estrategia de crédito long/short
  • la estrategia de arbitraje de fusiones, que se centra en las fusiones y adquisiciones
  • la estrategia de renta variable long/short con sesgo variable

Estas soluciones de asignación presentan la particularidad de ser menos sensibles al ciclo bursátil, es decir, de lograr una rentabilidad independiente del rumbo del mercado, tanto al alza como a la baja. Por lo tanto, nos permiten completar nuestra exposición a las principales clases de activos de riesgo para sacar partido de nuestro escenario macroeconómico, que sigue siendo optimista.

En resumen, preferimos, a partir de hoy, tener un seguro de protección real para nuestras carteras mediante opciones, y buscaremos la diversificación hacia primas de riesgo alternativas. Se trata de estrategias que complementan las técnicas de gestión tradicionales que ya utilizamos, como las técnicas de ponderación de riesgos en nuestros mandatos diversificados.

En el entorno que se avecina, parece necesario tener experiencia tanto en técnicas de gestión del riesgo financiero como en primas de riesgo alternativas. En estas dos áreas, Lyxor Asset Management ha demostrado su experiencia y capacidad para seleccionar las estrategias de seguros y las estrategias alternativas más pertinentes.