10 ETF que todo asesor debería conocer, pero que la mayoría desconoce

La industria ETF se ha expandido en los últimos años a un ritmo trepidante, y seguir la pista a todos los productos existentes, más de un millar y muchos de ellos relativamente nuevos, no es tarea fácil. Algunos ETF se dirigen a rincones muy específicos del universo de inversión, lo que les hace inútiles para inversores de largo plazo. Sin embargo, algunos de los ETF más recientes pueden ser considerados como piedras angulares de portfolios de largo plazo. Por eso, ETFdatabase propone una decena de productos que deberían estar en el radar de cualquier asesor, pero que resultan desconocidos para la mayoría. Algunos de ellos no son compras necesarias en el panorama actual y pueden ser inapropiados para determinados clientes, pero la exposición única que ofrecen no es fácil de encontrar en otros ETF, y pueden convertirse en valores añadidos del kit de herramientas de cualquier profesional. Éstos son los cinco primeros:

1. SPDR Barclays Aggregate Bond ETF (LAG). La mayoría de inversores que buscan exposición al mercado de bonos de EEUU gravitan alrededor o del iShares Barclays Aggregate Bond Fund (AGG) o del Vanguard’s Total Bond Market ETF (BND). Ambos replican el índice Barclays Capital U.S. Aggregate Bond, un benchmark que incluye bonos del Tesoro, deuda corporativa con grado de inversión y valores respaldados por hipotecas. LAG replica el mismo índice a un coste menor (0,1345%) que la mayoría de productos de iShares (0,24%) o incluso Vanguard (0,14%); cuenta con activos de 225 millones de dólares, el 1% de la suma de los dos ETF anteriores, lo que indica que muchos inversores podrían estar pagando más de lo que deberían por una porción de renta fija en sus carteras.

2. Schwab U.S. Broad Market ETF (SCHB). Hasta hace poco, era el ETF más barato del mercado, una distinción que ahora comparte con VOO, pero no ha suscitado el interés de asesores que buscan minimizar los gastos de sus clientes. El producto, que replica el índice Dow Jones U.S. Broad Stock Market, incluye 1.600 valores, lo que le convierte en una herramienta muy eficiente para ganar exposición a renta variable de EEUU de cualquier tamaño. Comparando los costes con los de otros competidores que replican el S&P 500, como el SPY, el S&P MidCap SPDR (como el MDY), el S&P SmallCap 600 o el Russell 3000 (como el IWV), las diferencias son significativas. Así, asumiendo que en todas las posiciones los ETF dan retornos del 10% al año durante tres décadas, la diferencia de crecimiento de 1 millón de dólares se sitúa por encima de 500.000 dólares. SCHB tiene activos de menos de 300 millones de dólares, lo que indica que muy pocos profesionales están aprovechando las opciones de ETF de bajo coste que existen. Y, como resultado, sus clientes pagan demasiado.

3. PowerShares Fundamental High Yield Corporate Bond Portfolio (PHB). Con los tipos de interés en niveles históricamente bajos y sin signos cercanos de subida, muchos asesores buscan fuentes alternativas que den rentabilidad a las carteras de sus clientes. Para muchos, esas fuentes han sido los ETF de bonos basura, algunos con retornos de doble dígito. Entre ellos, los más populares son JNK y HYG, mientras PHB se pasa por alto. Pero, mientras los dos primeros suponen más riesgos al exponerse a compañías con más problemas de deuda (pues las mayores asignaciones son para los mayores emisores), PHB está ligado a un índice que determina sus componentes en función de cuatro factores fundamentales: el valor en libros de sus activos, las ventas brutas, los dividendos y el cash flow, con sesgo entonces hacia firmas con más probabilidades de pagar su deuda. Por eso, el ETF puede situarse en el espectro intermedio de ETF de deuda.

4. IQ CPI Inflation Hedged ETF (CPI). Aunque la deflación está en mente de los analistas, la opinión de consenso es que las inyecciones masivas de capital utilizadas para evitar la recesión en los últimos años acabará derivando en presiones inflacionistas. Para combatir la subida de los precios, la mayoría de asesores usan ETF de bonos contra la inflación, como el popular TIP, pero conllevan riesgos, como el impacto de una subida de tipos. CPI ofrece una protección única contra la inflación, replicando el comportamiento de un índice que proporciona un retorno real sobre la ratio de inflación representada por el IPC. Y todo, a través de bonos “core” de corto plazo (a través de otros ETF) con valores satélite que se cambian según las condiciones macroeconómicas. Por eso es útil para clientes que quieran protegerse de la inflación, pero sin sufrir las potenciales caídas de los TIPS.

5. SPDR S&P Emerging Markets Small Cap ETF (EWX). Frustrados por la falta de crecimiento en el mundo desarrollado, muchos han empezado a aumentar sus posiciones en los mercados emergentes, la mayoría con los ETF EEM y VWO, que replican el MSCI Emerging Markets. Pero su sesgo hacia grandes firmas multinacionales y hacia los sectores energéticos y financieros les impide ofrecer exposición a los mercados locales. EWX ofrece exposición a pequeñas firmas de los mercados en desarrollo que pemiten un juego “más puro” de dichas economías e incluyen una composición sectorial más equilibrada, incluyendo áreas como bienes y servicios de consumo o tecnología muy poco representadas en los grandes. Una buena opción para asesores que quieran exponerse a los emergentes de forma equilibrada, complementando sus productos de grandes valores con este tipo de ETF.