¿Se volverá ecológica la expansión cuantitativa?

Verde
Artem Beliaikin, Unsplash

Artículo escrito por Scott Freedman, gestor de Newton, parte de BNY Mellon Investment Management

Este año esperamos que Christine Lagarde considere seriamente la posibilidad de pasar a una agenda más ecológica. Si el Banco Central Europeo (BCE) comienza a considerar nuevas oportunidades de inversión, se podría esperar que los inversores sigan su ejemplo.

Para aquellos que buscan ganar exposición a inversiones sostenibles, los bonos verdes ofrecen una oportunidad de inversión en el componente medioambiental de los mandatos que se rigen por criterios medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG, por sus siglas en inglés).

Las emisiones de bonos verdes registraron un fuerte aumento en 2019 y esperamos que este mercado continúe creciendo rápidamente en 2020. Anticipamos una mayor demanda tanto por parte de los inversores que deseen ganar exposición a la E de sus mandatos ESG como de quienes deseen contribuir a la transición hacia un mundo bajo en carbono. Teniendo en cuenta la creciente importancia que han adquirido las cuestiones relativas al cambio climático, el BCE podría llegar a comprometerse a adquirir más bonos verdes como parte de su paquete de medidas de estímulo.

De cara a 2020, prevemos que aumentará la cantidad de proyectos verdes que necesitarán financiación y que un creciente número de emisores reconocerán los beneficios, en términos de reputación, que les puede aportar la emisión de bonos verdes. En el segmento de la deuda soberana, algunos países lanzarán cada vez más bonos verdes y se espera que otros países accedan a este mercado por primera vez.

El gobierno alemán, por ejemplo, ha presentado un plan a diez años de 86.000 millones de euros para modernizar y ampliar su red ferroviaria, lo que incluye la electrificación de más rutas. El gobierno federal planea financiar 62.000 millones de euros y la compañía ferroviaria estatal cubrirá el resto. Es de esperar que gran parte de esta financiación sea en forma de obligaciones de deuda estándar (green proceeds) y podría dar lugar a los primeros bunds verdes. Además, puede que la emisión de bonos soberanos verdes anime a más empresas alemanas a hacer lo mismo.

Financiar la lucha contra el cambio climático no solo requiere financiación verde sino, también, voluntad para financiar a emisores y proyectos que contribuyan a la transición hacia una economía baja en carbono.