Qué se consigue adoptando una perspectiva global cuando se invierte en deuda corporativa (Parte II)

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Artem Beliaikin

Son muchas las razones por las que puede tener sentido la inversión en deuda corporativa desde una perspectiva global. En este artículo ya comentamos algunas de ellas pero hay muchas más. Reproducimos algunas de ellas en este artículo escrito por Peter Becker, especialista en inversión de Capital Group.

Divergencia de factores impulsores de rentabilidad

Las estrategias de inversión basadas en el propio mercado regional del inversor pueden no ser capaces de distribuir el riesgo de forma eficaz. Los posibles beneficios de diversificación que se derivan de añadir más mercados y emisores a una cartera pone de relieve las ventajas de una cartera global frente a las estrategias regionales. Sin embargo, los mercados regionales también presentan factores de riesgo únicos. EE.UU. y Europa, por ejemplo, siguen ciclos de crédito diferentes y muestran comportamientos distintos en todo momento. También es necesario tener en cuenta otros factores, como la aparición de riesgos no deseados a lo largo de un ciclo de mercado o el impacto negativo que pueden tener ciertos factores macroeconómicos de carácter exógeno

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Las tensiones comerciales entre China y EE.UU, el Brexit y el auge de los movimientos populistas han aumentado la incertidumbre política en todo el mundo, por lo que el riesgo geopolítico ha ido adquiriendo mayor importancia. Un enfoque global, que depende en menor medida de regímenes políticos concretos y de políticas regionales específicas, podría mitigar este riesgo y reducir el potencial de volatilidad que lleva asociado.

Los gestores activos tienen además la posibilidad de aprovechar las ineficiencias del mercado con la emisión en múltiples divisas. Así, una compañía puede emitir deuda en varias divisas, como el euro o el dólar, con perfiles similares de calificación crediticia y el mismo vencimiento, pero debido a la divergencia existente entre las dinámicas de los respectivos mercados, puede ocurrir que unos títulos ofrezcan un rendimiento superior a otros sin que aumente el riesgo de crédito. Una gestora que ofrezca cobertura global y cuente con un equipo integrado a escala mundial podría elegir las mejores inversiones en los distintos sectores, regiones y estructuras de capital aprovechando los distintos entornos de mercado.

Margen para un aumento del rendimiento y la rentabilidad acumulada

En un entorno de deuda con rendimiento negativo, la deuda corporativa global puede ofrecer una ventaja de rentabilidad, no solo en relación con la deuda soberana, sino también con respecto a estrategias regionales que presentan una mayor proporción de deuda con rendimiento negativo, como ocurre en Europa. Si lo ponemos en contexto, a finales de noviembre de 2019, con cobertura en euros, la deuda corporativa estadounidense registró un rendimiento del 0,64% frente al -0,36% y el 0,51% de los bonos alemanes a 10 años y la deuda corporativa europea respectivamente, lo que supone una ventaja de rentabilidad del 1,01% y del 0,14%.

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Por último, la deuda corporativa global puede ofrecer una valiosa fuente de diversificación, tanto en el marco de una cartera de renta fija como en relación con la renta variable, tal y como muestra el siguiente gráfico.

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La adopción de un enfoque global a la hora de invertir en deuda corporativa, en lugar de optar por un enfoque regional, no solo permite acceder a un universo de inversión más amplio, tanto en volumen como en términos geográficos y de diversidad sectorial, sino que además ofrece una divergencia de riesgo y rendimiento. Frente a las estrategias que se centran en el mercado regional del inversor, una estrategia global puede ofrecer ventajas de diversificación y potencial de rentabilidad sobre el índice, sin necesariamente traer consigo un mayor nivel de riesgo.