Las razones por las que en Alemania no gusta la política del BCE

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Hace apenas dos semanas, Mario Draghi, presidente del BCE, confirmaba al mercado lo que llevaba esperando desde hace tiempo: Sí, recortaba la tasa de facilidad del depósito hasta niveles del -0,50% y sí, iniciaba un nuevo programa de compra de deuda que iniciará a partir del 30 de octubre por valor de 20.000 millones de euros mensuales y que “mantendrá el tiempo que sea necesario”. La reacción del mercado fue la que se esperaba: caída de la rentabilidad de los bonos ante esta nueva inyección de liquidez del BCE y alza de las bolsas, incluyendo los bancos, a los que se lanzó un salvavidas en forma de tiering.

Los periódicos reflejaron ese optimismo de los inversores en sus titulares, pero con excepciones. La mayor, la protagonizada por el diario alemán Bild Zeitun que tachó a Draghi de “Drácula que quiere chuparnos nuestros ahorros”. No es la primera vez que el presidente del BCE y, sobre todo, sus medidas de estímulo de la economía, reciben críticas por parte de los medios alemanes y de sus ciudadanos. Pero ¿Por qué Draghi no gusta en Alemania y sí en el resto de Europa?

Hans-Jörg Naumer, director global de mercado de capitales de Allianz GI, lo explica en una sola frase que utiliza para resumir el impacto que las políticas acomodaticias de los últimos diez años han tenido en la economía. “Son el paraíso para los deudores y el infierno para los acreedores”. Es decir, los tipos bajos buscan fomentar el consumo y de hecho, lo que se persigue imponiendo tasas de depósitos negativas a los bancos es que éstos dejen de tener su dinero en los depósitos del BCE y lo muevan entre los ciudadanos dando créditos a tipos muy competitivos.

Pero eso no es algo que guste a los ciudadanos alemanes ya que históricamente ellos son más hormigas que cigarras y de ahí que la tasa de ahorro de los hogares alemanes esté en niveles del 17,2% frente al 6% de la tasa de ahorro en España, según Inverco con datos de Eurostat al cierre de 2017.

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 Además, Alemania es uno de los países más conservadores a la hora de invertir su ahorro financiero ya que destinan el 39,9% del mismo a los depósitos y efectivo y temen que sus bancos acaben por cobrarles dinero por este tipo de ahorro. “Los alemanes ven que les van a quitar el 20% de su poder adquisitivo por sus ahorros en activos seguros  y los suizos ya han empezado a cobrar por los depósitos y eso enfada a los alemanes, que ven que pueden cobrarle por sus depósitos porque en Suiza, su vecino ya lo hacen”, afirma , afirma Juan Ramón Caridad, director del máster MFIA de BME.

Eso también es un riesgo para los españoles, que cuentan con una tasa superior al 39% en depósitos, pero la diferencia con respecto a los alemanes es que en España hay otro tipo de inversión que pesa más en el ahorro en depósitos: el inmobiliario.

De hecho, según los datos del Observatorio del Ahorro e Inversión realizado por Bestinver y el IESE, el 80% de los hogares españoles cuenta con una primera vivienda y con una segunda, del 39%. Y mucho de ese ahorro inmobiliario va ligado a préstamos hipotecarios, los mismos que se han beneficiado de la caída de los tipos de interés y del Euribor. En Alemania, sin embargo, menos del 50% de la población tiene una vivienda en propiedad y muy pocas cuentan con hipotecas por lo que el impacto positivo de los tipos al 0% se reducen.

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Fuente: Eurostat

“Además, con tipos negativos los hipotecados refinancian y los que no lo tengan pueden decidir comprar casa como inversión. Eso implica una estimulación económica y supone obligar a la gente a salir del depósito para comprar casa, lo que implica una nuevo aumento de la recaudación de impuestos y de los precios de la vivienda”, apunta Caridad. De ahí que en los últimos meses se haya desatado el miedo a que se produzca una burbuja inmobiliaria en Alemania. De momento, la probabilidad de que esto suceda es del 90%, según un estudio publicado este verano por el  Instituto Alemán de Investigación Económica DIW