La transformación de la banca de inversión en España

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Artículo escrito por José María Revello de Toro y Cabello, Director del Máster de Corporate Finance y Banca de Inversión del IEB

En las siguientes líneas se pretende hacer una aproximación a la situación actual de la banca de inversión en España partiendo de lo más básico, como es definir que es banca de inversión y cuáles son sus características, hasta situarla en la actual coyuntura económica y en el estado del arte de la tecnología.

En banca se distinguen dos grandes áreas de negocio: la banca comercial, minorista o retail, y la banca mayorista. La primera es la más conocida y amplia, pues es la banca de particulares con múltiples oficinas y con dos segmentos de actividad; el de los clientes estándar que requieren los servicios más típicos, y otro llamado premium o banca privada con clientes de elevadas rentas que demandan productos más sofisticados, llegando incluso a las llamadas sicav.

La segunda área es la banca mayorista, con pocas sucursales y que a su vez se dividiría en el segmento de empresas, donde se gestiona el día a día de la financiación y de la tesorería de las sociedades, y un segmento superior donde se encuadran las grandes corporaciones que demandan servicios a la medida, tanto en la actividad de mercados de capitales (OPAS, OPVS, emisión de bonos, etc.), como en la actividad de las financiaciones estructuradas tipo project finance o en la actividad de fusiones y adquisiciones. La banca de inversión es entonces esa que atiende al segmento de las mayores empresas con los productos más especiales y hechos a la medida.

En el mundo occidental históricamente ha habido dos modelos bancarios: El modelo inglés de separación de los negocios de banca comercial y banca de inversiones, también seguido por los americanos con la ley Ley Glass-Steagall entre 1933 y 1999, y el modelo alemán de banca universal o banca mixta, es decir banca comercial y banca de inversión, realizadas por la misma entidad. La separación de actividades hizo brillar con luz propia a los grandes bancos de inversión americanos como Goldman Sachs o Morgan Stanley y a otros que con la crisis fueron absorbidos o desaparecieron, pero que también tienen una amplia estela (Merrill Lynch absorbido por el BoA, Lehman Brothers, …).

En España la banca de inversión se encuadra dentro del esquema de banca universal, de tal forma que los grandes bancos nacionales (Santander, BBVA, La Caixa) la realizan con importantes departamentos internos y buscan generar sinergias con sus clientes, los del Ibex 35 por ejemplo, o incluso pymes que se encuentran en proceso de crecimiento o de cambio de propiedad y necesitan servicios de asesoramiento en fusiones y adquisiciones. Podemos citar una excepción a este esquema, que es Alantra (antiguo N+1), banco emergente que realiza mayoritariamente banca de inversión. También trabajan en España en operaciones singulares nombres muy conocidos como Citi, JP Morgan o Goldman Sachs.

Son características de la banca de inversión las siguientes: prestigio sustentado en marca; mayor riesgo y dependencia del ciclo económico; mayor rentabilidad (comisiones elevadas); equipos reducidos, motivados (bonus) y bien formados.

Con frecuencia se hacen públicos ranking que ordenan las instituciones más activas en banca de inversión por el número de operaciones e importes, concretamente Dealogic confecciona las llamadas League Tables. En el primer semestre de 2019 se han ingresado poco más de 400 millones de euros en España, suponiendo una caída del 40% respecto al mismo periodo del año anterior, manifestando la dependencia de la coyuntura económica. Ocupan las primeras posiciones el Santander con 42 millones en comisiones, seguidos de Citi (40 millones) y JP Morgan (25 Millones). En las diez primeras posiciones hay ocho bancos extranjeros, los dos mencionados de Citi y JP Morgan y otros como Goldman Sachs y Morgan Stanley, que dice mucho de la importancia de tener una marca conocida y de prestigio para hacer este tipo de banca.

La adpatación tecnológica de la banca

En relación a la digitalización, la banca de inversión se distancia mucho de la banca minorista, que por las características de sus productos, más sencillos y comunes, admite su banalización y popularización a través de plataformas electrónicas. Mientras, el investment banking tiene productos más complejos y hechos a la medida de cada cliente. Pero hay una excepción en la digitalización, y que sí afecta positivamente. Éste es el caso de la tecnología blockchain. En 2018 Red Eléctrica (REE) firmó la primera financiación sindicada multidivisa realizada en el mundo con tecnología blockchain por importe de 150 millones de euros con tres bancos: BBVA, BNP y MUFG. Blockchain permite que los equipos negociadores de la empresa acreditada y de los bancos accedan a documentos de trabajo que son compartidos, y se hace con agilidad, transparencia, fiabilidad y trazabilidad.

Por último, y en consonancia también con la especialización del investment banking, sus profesionales necesitan una elevada formación financiera, que se adquiere con estudios específicos y también en el día a día del trabajo en equipos pequeños y con alta dedicación y compromiso. Afortunadamente en España tenemos excelentes profesionales y alguna que otra institución académica afamada por su claustro, su veteranía y por el éxito laboral de sus antiguos alumnos.