Así impacta la educación de niñas en el PIB de las economías emergentes

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La precaria situación de las niñas y las adolescentes en el mundo se ha visto agudizada por la crisis de la COVID-19. Si antes de la pandemia más de 130 millones de niñas y adolescentes en todo el mundo no iban a clase, según la UNESCO más de 11 millones de niñas no volverán nunca a la escuela después de esta crisis. Esta realidad se agudiza en los países emergentes donde la brecha de género es aún más preocupante. Sin embargo, una actuación contundente en este aspecto podría revertir de manera significativa en el crecimiento de las economías de los emergentes. Un estudio elaborado por Citi y la ONG Plan Internacional revela que invertir 1,30 euros por cada niña tendría un enorme impacto en el desarrollo económico general de los países. La inversión en la educación de las niñas podría incrementar un 10% el PIB de las economías emergentes.  Los beneficios económicos más importantes se materializarían después de 2030, gracias a los efectos acumulativos, y teniendo en cuenta el impacto que supone la educación de las niñas y adolescentes en las familias y las comunidades.

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Las adolescentes de todo el mundo, pero especialmente las que viven en países con economías en desarrollo, se enfrentan a grandes obstáculos a la hora de acceder y completar una educación de calidad, ser económicamente independientes, participar en el mercado laboral y tener una vida libre de violencia. El informe  ‘Una inversión holística en las niñas – Mejorar vidas, aprovechar el potencial, beneficiar a todos’ realiza una investigación detallada sobre las complejas barreras que enfrentan las adolescentes, así como un análisis de las intervenciones que se requieren para superarlas. Además, lleva a cabo un análisis económico sobre los posibles costes y beneficios económicos que se podrían obtener mediante un conjunto de intervenciones; y, finalmente, realiza una serie de recomendaciones en las que aboga por una colaboración de los diferentes sectores para hacer frente de manera efectiva a los obstáculos que están impidiendo el avance de las adolescentes.

Concha López, directora de Plan Internacional subraya que “lo más importante en la salida a esta crisis es que los planes de recuperación contemplen una inversión integral en las niñas, que no sólo se centre en la educación, sino que también aborden las diferentes barreras que impiden su desarrollo, desde el matrimonio infantil hasta la violencia y los embarazos adolescentes, lo que se traduciría en un aumento del PIB, un alto rendimiento de la inversión para los países y en un mundo más justo”.  A lo que Andrew Pitt, director global de Investigación de Citi añade que “acabar con los obstáculos a la educación y el desarrollo de las niñas puede ser la clave para alcanzar muchos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)".

En esta línea, el informe concluye que invertir en el desarrollo de las adolescentes tendrá repercusiones positivas más allá del ODS 5, de igualdad de género y, de hecho, es fundamental para lograr el desarrollo sostenible en todos los ámbitos. La importancia de la educación y el empoderamiento de las niñas está vinculado a varios objetivos de desarrollo sostenible, entre ellos la reducción de los conflictos (ODS 16), el acceso a agua potable y saneamiento (ODS 6) y la acción por el clima (ODS 13).

Las Naciones Unidas están fomentando las colaboraciones entre el sector privado, el sector público, las organizaciones no gubernamentales y las instituciones filantrópicas para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y esta investigación es un ejemplo de los beneficios que tienen este tipo de colaboraciones interdisciplinarias.