La forma de ahorrar de los españoles da miedo: tres grandes diferencias con respecto al resto de Europa

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El 31 de octubre no solo se celebra en EEUU, y  ahora también en España, el Día de Halloween. También tiene lugar desde 1924 el Día Mundial del Ahorro por lo que, al igual que sucedía a principios de mes con el Día de la Educación Financiera, son muchas las informaciones que se publican estos días sobre cómo y por qué ahorran los españoles. 

Una de esas publicaciones es el VI Barómetro del Ahorro que ha publicado Inverco, del que se pueden deducir varias cuestiones. La primera es que, independientemente de la generación a la que uno pertenece los depósitos siguen siendo la opción de ahorro en la que más inversores coinciden. No en vano, España, que este año ha batido un nuevo record con más de 900.000 millones de euros en depósitos y efectivo  es uno de los países europeos en el que este tipo de opciones seguras pero nada rentable lidera el ranking en lo que a ahorro financiero se refiere.

En concreto, según los datos que recoge Inverco en su último informe anual sobre IIC y Fondos de Pensiones correspondiente a 2018, en nuestro país los depósitos y cuentas corrientes suponen cerca del 40% de todo el ahorro financiero de las familias  y ese porcentaje solo es superado por países como Austria o Portugal.

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Este alto porcentaje responde principalmente a la que es la primera de las grandes diferencias que hay entre el ahorro en España y el que se puede ver en el resto de Europa: el excesivo perfil conservador del inversor. “En España se ahorra muy poco y además con un muy bajo perfil de riesgo y por eso el ahorro financiero no ha crecido tanto en nuestro país como en el resto de Europa, porque no se ha aprovechado de la subida que ha experimentado la renta variable”, afirma Josep Soler, consejero de EFPA Europa y delegado ejecutivo de EFPA España.

De hecho, ese exceso de conservadurismo a la hora de ahorrar no solo se ve en el alto peso de los depósitos y cuentas corrientes en el ahorro financiero si no también en el bajo peso que supone el ahorro financiero en términos de PIB. Supone el 181% del Producto Interior Bruto, frente a la media europea del 230%.

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No obstante, este bajo impacto del ahorro financiero en el PIB no quiere decir que en España no se ahorre tanto como en el resto de Europa sino que no se ahorra tanto utilizando los vehículos financieros como se hace con los activos inmobiliarios. Y esa es otra de las grandes diferencias que hay entre el ahorro en España y el que se produce en el resto de Europa. “Como dato comparativo, en los países del entorno europeo de norte de Europa los ciudadanos destinan el 85% aproximadamente de su ahorro a inversiones mobiliarias y el 15% a inmobiliarias (principalmente a través de alquiler), mientras que en España es a la inversa”, explica Jesús Pérez, profesor del IEB. 

 

Captura_de_pantalla_2019-10-29_a_las_9Y un ejemplo del excesivo peso que los activos inmobiliarios tienen en la renta de los hogares se ve en este gráfico del Banco de España que muestra cómo se ahorra cuatro veces más en ladrillo que en activos financieros. Al fin y al cabo hay que tener en cuenta que en España 8 de cada 10 españoles tienen una vivienda en propiedad y el 40%, además, una segunda vivienda, según la última Encuesta Financiera de las Familias.

Además, son pocos los españoles que acuden a los activos inmobiliarios como vía de ahorro pensando en su jubilación. De hecho, la tercera gran diferencia con respecto a Europa es que la jubilación no es el principal motivo de ahorro ya que, según el Barómetro de Inverco, solo los baby boomers y la generación silenciosa ponen la jubilación en el número 1 de la lista de motivos por los que ahorran. No es de extrañar, por tanto, que según el Informe Naranja que presentó ayer mismo ING, apenas el 18% de los jóvenes de entre 25 y 37 años ha empezado a tomar medidas para su jubilación.

“El ciudadano español entiende que ya está ahorrando para su jubilación a través de sus aportaciones y las que realiza la empresa por él de forma mensual a través de las cotizaciones a la Seguridad Social, y espera de ella que cuando se jubile le pague la pensión, como lo hizo con sus padres y sus abuelos. En tal caso, lo que pueda ahorrar no lo invierte pensando en su jubilación, si no como inversión, y especialmente en inmuebles”, apunta Pérez.

Y de hecho, según subraya Soler “en la mayor parte de Europa el 70% de los ciudadanos suele considerarse como responsable de la jubilación mientras que en España solo el 40% se considera a sí mismo responsable de su pensión del futuro ya que la mayoría cree que es el Estado el responsable de la misma”. De ahí que mientras los fondos de pensiones supongan el 56% del PIB de media en Europa, en España esa cifra sea de apenas el 9,5%, según los datos de la OCDE.

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