La estrategia barbell gana protagonismo en las carteras ¿en qué consiste?

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marl-clevenger (Unsplash)

Hubo un tiempo en el que los gestores de carteras solo tenían que preocuparse por elegir que parte de sus carteras destinarían a la renta variable y qué parte a la renta fija ya que disfrutaban de un mundo de correlaciones inversas que funcionaban de forma muy simple: si caía la renta variable, subía la renta fija, y viceversa. Pero ese mundo ya no existe. Se evaporó hace diez años después de que los bancos centrales sacaran su artillería monetaria en forma de políticas de estímulo con el fin de paliar los efectos que en la economía podía tener la crisis financiera desatada por las hipotecas subprime.

Hoy el mundo está mucho más correlacionado que entonces, tanto a nivel regional como a nivel de activos, los riesgos han crecido, los fundamentales cada vez importan menos y los mercados se mueven al son del útimo tuit de Trump o de las decisiones que adoptan los bancos centrales. De ahí que cada vez sean más los gestores que optan por aplicar en la selección de sus carteras lo que se conoce como estrategia barbell pero ¿En qué consiste esa estrategia?

Según explican desde el blog de educación financiera de Self Bank “se trata de dividir la cartera de inversión en dos partes: una, con un riesgo muy reducido, sin volatilidad, y la otra, con un nivel de riesgo elevado, aunque siempre dentro de cierta ponderación, sin arriesgar en exceso. De esta manera, la parte de la cartera arriesgada permitiría obtener unos buenos beneficios en el caso de que se produjese algún cisne negro. Por su parte, la parte conservadora serviría para mantenerse y sacar un pequeño rendimiento mientras tanto, y compensar el riesgo de la otra. Por consiguiente, bajo la estrategia Barbell no se invertiría nada en la zona de riesgo medio”.

Por ejemplo, cada vez son más los profesionales de fondos arriesgados que combinan la parte que destinan de su cartera a la renta variable con la inversión en liquidez, dejando de lado la inversión en la renta fija, aunque donde más se está aplicando esta estrategia de inversión es en las carteras de renta fija. “Una posible estrategia Barbell podría consistir en comprar un conjunto de bonos de alto rendimiento junto con algunos títulos de deuda pública para ofrecer un cierto grado de protección si se invierte el ciclo crediticio”, apunta Nick Watson, gestor del equipo multiactivo de Janus Henderson. Por su parte, Chris Iggo, responsable de renta fija de Axa IM, considera que “en un mundo con rentabilidades negativas tanto en los plazos cortos como en los medios, una estrategia Barbell que combina la inversión en high yield en plazos cortos con otra en bonos seguros a largo es una opción muy atractiva”. 

De hecho, desde Alliance Berstein han comparado el rendimiento de una cartera Barbell con varias tradicionales en los últimos diez años. “Una cartera compuesta por un 65% de bonos del Tesoro de Estados Unidos y un 35% de bonos globales de alto rendimiento, ha tenido caídas significativamente menores que una asignación de alto rendimiento solo en las últimas dos décadas. Hasta el 31 de mayo, los inversores con barra habrían recibido casi el 80% del rendimiento (en términos de yield to worst) que ofrecían los bonos de alto rendimiento con reducciones considerablemente menores”, apuntan.

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