El gráfico del Banco de España que hace peligrar la reforma estructural de las pensiones

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El Banco de España ha publicado su informe anual correspondiente al año 2018  en el que revisa  tanto la evolución de la economía como sus principales fragilidades y una de esas últimas vuelve a ser la sostenibilidad del sistema de pensiones, al menos tal y como está estructurado hoy en día.

El informe, que comienza señalando las causas de la robustez que ha demostrado tener la economía española en un contexto de desaceleración económica global, analiza también los restos que aún tenemos pendientes los españoles para seguir en esa senda de crecimiento. Algunos de esos retos son, según consta en la presentación de Óscar Arce, director general de Economía y Estadística del Banco de España, el alto nivel de desempleo, la desigualdad que hay en la sociedad agravada por el desempleo, el alto nivel de deuda pública y de recurso a la financiación, el bajo crecimiento de la productividad o la situación financiera del sector bancario.

Pero si ha habido un capítulo del informe que más se ha repetido en las noticias en las últimas horas ha sido el que versa sobre los efectos que un envejecimiento de la población puede tener en la sociedad y, por ende en el sistema de pensiones. Según calcula el organismo la ratio de población mayor de 65 años sobre población en edad de trabajar se duplicará en 2050 y aunque, como explicábamos en este artículo de Funds Academia  este envejecimiento no solo es un problema de España, sí gana importancia para nuestro país debido a que a diferencia de otros, aquí el sistema de pensiones es casi al 100% un sistema eminentemente público. De hecho, según apunta Inverco con datos de la OCDE , la tasa de sustitución pública y privada en España no solo es de las más altas del mundo (82%) sino que además está al 100% sostenida por el sistema público.

El envejecimiento del electorado

De ahí que el Banco de España haya alertado de la necesidad de acometer una reforma estructural del sistema que se complica con cada celebración de elección. “La edad media de la población española y la del votante mediano seguirán aumentando.  Y, de mantenerse constantes los comportamientos de participación electoral por grupos de edad observados en el pasado (mayor participación de la población de edad avanzada que de la población juvenil), podría aumentar el apoyo social a políticas financiadas mediante transferencias de renta hacia la población de mayor edad, en contra de otras que reduzcan el peso de la carga de la deuda sobre generaciones futuras, que ya se encuentra en niveles elevados actualmente”, afirma el organismo en este informe.

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