De qué depende que los planes de pensiones paneuropeos triunfen o no en un país como España

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rodsot, Flickr, Creative Commons

Los planes de pensiones paneuropeos están hoy más cerca que hace apenas una semana de convertirse en realidad ya que el pasado 4 de abril el Parlamento Europeo aprobó la creación de un modelo paneuropeo de planes de pensiones (PEPP) que permita a los inversores ahorrar para su pensión independientemente del país europeo donde se encuentre en cada momento y que podrán ofrecer tanto bancos y aseguradoras como gestoras de fondos . Es decir, el beneficiario podrá mantener este tipo de plan de pensiones independientemente del país donde desarrolle su trabajo.

Además, los futuros inversores de este tipo de productos podrán cambiar de promotor una vez pasados cinco años y los promotores de planes , que podrán ser bancos y aseguradoras pero también gestoras de activos, podrán vender este tipo de productos en todos los Estados Miembros, lo que  traerá consigo un aumento de la competencia y, previsiblemente un nuevo ajuste de las comisiones.  De ahí la alegría del vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovski, quien en redes sociales afirmó que éste es "Un importante primer paso hacia un mercado paneuropeo de productos personales de pensiones”.

Otra cosa es que ese primer paso se convierta en realidad más pronto que tarde ya que como explica Miguel Ángel Menéndez, director de Mercer en España, “como sucede con toda normativa europea, necesita una trasposición, lo que nos lleva a pensar que a corto plazo no estará lista”. De hecho, desde Bankinter calculan que desde el visto bueno del parlamento Europeo “las entidades financieras tardarán unos dos años en comercializar planes con etiquetas PEPP”.

A vueltas con la fiscalidad y la competencia

Sin embargo, aunque la Comisión Europea es optimista ya que prevé que con los activos en planes de tripliquen hasta los 2,1 billones de euros para el año 20130, el éxito o el fracaso de este producto que irá destinado a fomentar ese ahorro jubilación que tanto escasea en Europa pese al fuerte grado de envejecimiento de la población al que se enfrenta el continente dependerá de las normas que marquen la estructura del mismo.

Por ejemplo, habrá que esperar al menos un año para saber cual es el resultado de las medidas técnicas de Nivel II que serán las que decidan las características de los productos en cuanto a costes, transparencia o nivel de riesgo entre otras y sobre todo está también por ver qué tratamiento fiscal se aplicará a estos productos.

 A este respecto, caben dos posibilidades. La primera es que los Planes de Pensiones Paneuropeos reciban el mismo trato fiscal que los nacionales, lo que en el caso de España les dejaría con ventajas fiscales en las aportaciones, y la otra posibilidad es que se establezca un tratamiento fiscal favorable común para este tipo de productos en los países de la Unión Europea unificando así el criterio para todos los países miembros. Desde Mercer defienden la primera opción como la que más posibilidades ofrece. “Lo que se ha pedido es que tenga una fiscalidad ventajosa. Es complicado que los miembros de la unión se pongan de acuerdo en una fiscalidad común así que lo previsible es en España los planes europeos tengan la misma fiscalidad que los individuales”, apunta Menéndez. Por no mencionar las dudas que hay en cuanto a cómo se podrán rescatar ya que en cada país europeo se aplica una diferente liquidez en los planes de pensiones.

Tampoco está claro qué tipo de promotores ofrecerán estos productos en un mercado como el español que en el negocio de pensiones está polarizado entre bancos y aseguradoras. Ahora, a esas entidades financieras se les pueden presentar grandes competidores ya que los promotores de PEPP también pueden ser bancos de inversión o gestoras de fondos tanto nacionales como extranjeras. Otra historia es que haya alguna que se opte por entrar a competir por el negocio de planes de pensiones teniendo en cuenta que bancos y aseguradoras don sus grandes clientes en España, y, sobre todo, que convenzan al ahorrador español. “Nuestra cultura financiera es muy pequeña y al español le sigue dando miedo invertir su dinero en entidades no españolas. De hecho, los planes paneuropeos ya existen y en realidad tampoco ha sido tanto éxito. La verdad es que al menos en España les veo poco futuro”, afirma Juan Luis Alonso, abogado de Mercer.