La expansión del coronavirus ha supuesto en confinamiento obligado en una gran parte de países, lo que ha llevado a una reducción drástica del consumo, y por ende del PIB, y a un aumento del ahorro. Tanto que según las previsiones de Euler Hermes y Allianz Research, la tasa de ahorro de los hogares europeos podría aumentar en este segundo trimestre del año hasta niveles del 36% de media, el 10% del PIB.
En dicho informe se especifica también cómo esa cifra es mayor en aquellos países más expuestos a un reunte en la tasa de desempleo y a una mayor caída de su economía- no hay que olvidar que la OCDE ha situado a España como el país en el que más caerá la economía por los efectos del coronavirus- para concluir que en España esa tasa de ahorro podría seguir siendo alta incluso con tiempos de desescalada y concluir en niveles del 20% a finales de año. Una cifra muy superior al 7,4% de tasa de ahorro con la que cerró España en 2019, según los datos del INE.
La escalada de aumento del ahorro se ha producido también en un momento en el que el confinamiento y el deterioro de la situación económica y laboral ha obligado a muchos a consumir buena parte o incluso la totalidad de sus ahorros para hacer frente a esta nueva crisis. De hecho, según un estudio internacional de la Universidad Oberta de Cataluña (UOC) el 36% de los españoles consumieron sus ahorros solo durante un mes de confinamiento. Además, el 92 % de los españoles teme una depresión económica, el 63 % espera que el año 2021 sea peor que el 2020 y, también, un 63 % tiene miedo de que haya restricciones permanentes de derechos y libertades. El estudio no solo ha encuestado a ciudadanos españoles sino también a británicos e italianos. En Reino Unido, el 22% afirma haber consumido sus ahorros durante el confinamiento y en Italia la cifra asciende al 37% de los encuestados.
"Individualmente, el miedo está asociado al estrés y socava nuestra facultad de razonamiento, lo que nos puede llevar a cometer más errores", advierte cofundador de Open Evidence y profesor de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC. “El confinamiento pone en riesgo la salud mental, reduce la capacidad para tomar decisiones racionales y crea un clima desalentador de expectativas pesimistas y temores generalizados”, añade. Por eso, el investigador considera que debería reiniciarse el tejido social y reducir la incertidumbre para evitar elecciones y comportamientos equivocados. “Los gobiernos deben restaurar la confianza y la esperanza de la sociedad”, afirma.