Claves para asegurar la jubilación con un plan de inversión a largo plazo

Escaleras
Marc Moana aka Marc Blieux, Flickr, Creative Commons

Artículo escrito por Mario González-Pérez y Álvaro Fernández Arrieta, directores de desarrollo de negocio de Capital Group en Iberia

El éxito en muchos ámbitos de la vida y profesionales es cuestión de saber dónde enfocar la atención. Un futbolista sabe cómo obviar todos los estímulos a su alrededor para decidir en décimas de segundo si debe chutar o pasarla, qué dirección debe darle al balón y qué fuerza debe imprimir al esférico. Por supuesto, puede equivocarse y fallar. Es como la inversión en mercados; se trata de escoger bien y confiar en un buen gestor financiero que conozca nuestros objetivos y sea capaz de orientarnos.

Vivimos en un mundo cortoplacista en el que parece que todo es para siempre, aunque dure un pestañeo, de esta manera el miedo a perder hace plantearse a una gran mayoría si no será mejor guardar los ahorros en un cajón y mantenerlos a buen recaudo e improductivos. La buena noticia es que el dinero puede multiplicarse y proporcionarnos una jubilación dorada o al menos mucho más despreocupada si empezamos a prepararla con tiempo. 25-30 años pueden dar mucho de sí.

La esperanza de vida sigue creciendo y los sistemas de pensiones no son todo los sostenibles que nos gustaría, por lo que la inversión, no solo en planes de pensiones, puede ser un complemento que haga más sencilla la subsistencia que garantice tener cubiertas sin estrecheces las necesidades de comida, transporte y medicinas.

Al llegar a la jubilación los ingresos suelen ser menores y surgen ciertos gastos extra a los que puede ser difícil hacer frente. Lo ideal es plantearse esto con suficiente tiempo como para diseñar una estrategia de inversión que nos garantice dinero extra. Para ello, es necesario estar dispuesto a entrar en una carrera de fondo con una inversión regular que puede pasar por épocas alcistas y otras de recesión económica.

Por ejemplo, puede ser que un ahorrador se sacrifique en conseguir todos los meses 1.000 dólares de ahorro durante 40 años en previsión a su jubilación. Al jubilarse dispondría de 1.600 dólares durante 25 años. En cambio, un inversor que destinase la cuarta parte que el ahorrador, 250 dólares a invertir podría lograr en 40 años un 8% de beneficio adicional y llegar a disponer durante su retiro de 2.929 dólares para los siguientes 25 años. A la vista de este ejemplo, está claro que una buena cartera de inversiones puede ser muy rentable a largo plazo.

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Es importante no caer en el comportamiento de manada ante un ambiente económico poco favorable ya que podemos sentir el impulso de tomar malas decisiones para nuestra inversión. Lo principal es confiar en los profesionales que son capaces de detectar movimientos del mercado antes, incluso, de que se produzcan. El momento en que los mercados estén bajos será fundamental detectar oportunidades y tendencias que a futuro puedan ser rentables, aprovechando que el precio de las inversiones es menor. Sin embargo, hay que tener siempre presente que si se quiere lograr beneficios habrá que soportar momentos de recesión en incluso podría haber pérdidas

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Las proyecciones de jubilación asumen un rendimiento anual promedio del 8% mensual compuesto y una tasa de retiro anual de 4% después de la fecha de vencimiento del período de acumulación indicado. Se trata de vistas puntuales y, como tales, no se trata de tener en cuenta cualquier crecimiento o pérdida durante la jubilación. Sin inversión el crecimiento/pérdida durante la jubilación, la tasa de retiro anual del 4% se reduciría.

Además, es necesario comprender que puede ser que las tendencias varíen, de manera que lo que sirve para obtener mayor rendimiento en un momento dado no sirva a futuro. Por ello, confiar en un gestor puede evitarnos muchos dolores de cabeza.