Uno de cada cinco fondos de renta variable europea se disfraza de gestión activa

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Fernando Coello Vicente, Flickr, Creative Commons

Este año se cumplirá una década desde que Cremers y Petajisto pusieran sobre la mesa su famoso –y controvertido– concepto de ‘active share’, definido como el porcentaje de la cartera de un fondo que difiere de su índice de referencia. Se trata de un parámetro que indica el grado de gestión activa atribuible al equipo gestor y que por lo tanto resulta importante a la hora de justificar las comisiones que aplica el fondo, lo que explica su popularidad entre los inversores.

Considerando el 0% como indicativo de una cartera que replica totalmente su índice de referencia y el 100% como una cartera que no coincide en absoluto, el límite de la gestión activa suele situarse en el 60%. Dicho de otro modo, es muy difícil que un fondo consiga batir al índice después de comisiones si cuenta con menos de un 40% de posiciones diferentes a la referencia. Por eso, diversos reguladores europeos –incluida ESMA– han empezado a tomar medidas contra aquellos fondos que se comercializan como de gestión activa cuando en realidad se comportan casi como un fondo índice, lo que se conoce como ‘closet tracking’ o gestión pasiva encubierta.

No obstante, parece que los inversores van un paso por delante de los reguladores ya que, según detalla Morningstar en su informe Active Share in European Equity Funds, “los fondos con un active share más elevado han recibido muchos más flujos en los últimos años que los productos menos activos”. Y es que los datos de Morningstar no solo confirman que, en general, los fondos más activos se comportan relativamente mejor sino que, además, la presión de los productos de gestión pasiva, que cobran comisiones muy inferiores, ha obligado a los fondos activos a tener que justificar realmente el valor que aportan con mejores resultados.

Uno de cada cinco

El estudio, que examina una muestra de 456 fondos de renta variable europea domiciliados en Europa pertenecientes a tres categorías de gran capitalización –Europe Large-Cap Value Equity, Europe Large-Cap Blend Equity y Europe Large-Cap Growth Equity–, concluye que uno de cada cinco fondos de acciones europeas cuenta con un active share inferior al 60%, por lo que puede considerarse closet trackers.

Según determina el análisis, en el periodo de junio de 2012 a marzo de 2015, el active share medio del conjunto de fondos analizados rozó el 70% y la mediana, el 72%. “Sin embargo, las diferencias son muy grandes: algunos fondos tienen un active share tan bajo como el 20%, mientras que otros no tienen casi nada en común con su índice de referencia y tienen un active share por encima del 90%”, señalan los autores del informe.

 

Las diferencias son también significativas a nivel geográfico. Por ejemplo, “de entre los fondos de la muestra domiciliados en Italia, el 66% de los activos están en productos que han mantenido un active share inferior al 60% en los últimos tres años. En Suiza, la mitad de los fondos activos parecen replicar el índice, aunque la proporción es menos significativa en términos ponderados por activos”, explica el informe.