Un Rato de Sarao

Kamil Molendys, Unsplash

Nuevo post del blog de María Folqué y Montserrat Formoso de Funds People.

A veces se baja la guardia y pasan cosas singulares. Esta semana por ejemplo, a una amnistía se le llamó amnistía. Aunque se debería llamar amnistía pero ojo. A lo que se avecina en mayo en Grecia no sabemos cómo llamarlo. Para unos está cantado que es “impago”. La banda anglosajona va más lejos con “Grexit” y el BCE esta semana ha hecho lo que ha podido para dejarlo en “reestructuración” al levantar los límites de la ELA a los bancos helenos. Las palabras, ya se sabe, tan flexibles, tan ambivalentes, tan abiertas a la interpretación. Y frente a eso, las cifras, que algunas pueden ser la “repera patatera”. Por ejemplo, las del calendario de infarto de Grecia en mayo. A saber, se deben 746 millones de euros al FMI y vencen 2.800 millones en letras, y luego los gastos corrientes. La cosa se complica y la emoción aumenta como la TIR del bono heleno que ha pasado esta semana entre el 26% y el 30%.

El caso es que el gobierno de Tsipras se ha puesto a buscar pasta en todas partes, ya sea en el sistema bancario, las pensiones, las organizaciones públicas o el reducido grupo de ayuntamientos solventes, cuyos alcaldes ayer no estaban precisamente contentos. Lo siguiente puede ser un registro masivo de colchones. Con la marcha atrás para lo que sea, porque de momento el único nombre seguro del futuro es incertidumbre, los mercados se preguntan si están preparados. Lo que sí que podemos decirles es que pase lo que pase, alguien dirá que es una oportunidad.  Como sigamos así, la cosa va a degenerar en un libro de autoayuda financiera. Nosotros nos quedamos más con el mensaje del mayordomo de Batman “si nos caemos nos levantamos”. Y añadimos, “lo que no sabemos es cuándo”.

Porque al final somos personas normales, al menos a ojos de los vecinos. Así describen a Navinder Sarao, el operador de bolsa que desde su casa de Hounslow, un barrio humilde del Oeste de Londres, provocó el flash crash de aquel 6 de mayo de 2010. Vivía al lado de sus padres y conducía un coche destartalado, informa la prensa. ¡Qué espanto!, en los tiempos que corren semejante modestia. Puede que el fallo fue fuera ser descortés con los EE.UU. cuando “sugirió”, a través de un mail a su bróker, que el Chicago Mercantile Exchange (CME) le “besara el culo”. Cómo se las traen los americanos.

Sarao será extraditado a EE.UU. cuyas autoridades le suponen un beneficio de 879.000 dólares derivado de aquel desplome bursátil de cinco minutos. A partir de ahí, siguió operando hasta amasar unos 40 millones de dólares desviados a una sociedad domiciliada en la isla de Nevis, paraíso fiscal del Caribe y destino climatológicamente más apetecible. Su operativa se desarrollaba mediante un algoritmo informático que metía órdenes de venta que nunca llegaban a ejecutarse pero que desencadenaban operaciones de otros agentes que hacían corregir el mercado, y así, con órdenes de compra ya verdaderas aprovechaba unos precios más favorables para entrar. Spoofing, que dicen los anglosajones, manipulación del mercado a través del mercado de futuros, pesimismo infligido, sentimiento manipulado. Y todo desde una hoja de Excel.

Lo que ahora sigue son las teorías conspiratorias y que si ha sido la actuación de Sarao la única causa del desplome momentáneo teniendo en cuenta que su algoritmo fue retirado minutos antes del desplome. Y si fuera así, nos chupamos el dedo y preguntamos cómo es posible que un único agente manipule de esa forma las bolsas. Avance tecnológico, modelos matemáticos y operadores de alta frecuencia, que a golpe de click han convertido la mano invisible de los mercados en un simple dedo rápido. Se va perdiendo romanticismo, incluso en el saqueo.

En fin señores, que termina abril y toca retomar el adagio del sell in may, ¿sell in may? Y eso en medio de las dudas de si el bull market empezará a fatigarse. Que los múltiplos están históricamente altos, que si el dólar está fuerte, que si el crecimiento mundial se desacelera… Algún Sarao quedará que anime el ambiente y cree, ya saben, oportunidades.

Preparados para las municipales

 

Buena semana