Un nuevo enfoque de la inversión en renta variable mundial

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Foto cedida

La rápida y continua expansión económica de los países anteriormente catalogados como «subdesarrollados» representa el factor transformacional más importante de nuestro tiempo. En Goldman Sachs, creemos que 8 de los 10 mayores contribuidores al crecimiento mundial en la presente década serán mercados de crecimiento que podrían aportar alrededor de 16 billones de dólares al PIB mundial, lo cual equivale al menos al triple de la contribución potencial combinada de Estados Unidos y Europa. Desde nuestro punto de vista, la mejora de las condiciones económicas en los mercados de crecimiento y en los emergentes ayudará a impulsar su peso en el PIB mundial desde el actual 37% hasta un 59% en 2030.

A pesar de su potencial de crecimiento a largo plazo, actualmente la renta variable de los mercados de crecimiento y de los emergentes tiene una presencia de tan solo un 6%3 en las carteras de los inversores institucionales de los mercados desarrollados. ¿Por qué los inversores no asignan más activos a este conjunto de oportunidades? El miedo a lo desconocido y la falta de información son factores que contribuyen a este hecho, aunque el uso de índices basados en la capitalización bursátil también supone un lastre para la inversión en los mercados de crecimiento.

Actualmente, muchos de los índices que utilizan los inversores para acceder a los mercados bursátiles se diseñan utilizando una metodología basada en la capitalización bursátil. A pesar de que los flujos de activos hacia los índices de capitalización bursátil han aumentado durante los últimos años, creemos que cuentan con graves inconvenientes. Estos índices tienden a sobreponderar lo sobrevalorado y a infraponderar lo infravalorado, exponiendo así a los inversores a burbujas temáticas. Hemos asistido a ejemplos de estas tumultuosas burbujas, como Japón en la década de 1980 en el MSCI World Index o los valores tecnológicos en el índice S&P 500 en la década de 1990.

Además, estos índices pueden ir a la zaga de grandes tendencias económicas: los mercados de crecimiento y los emergentes representan el 37% del PIB mundial, pero sólo un 13%4 de la capitalización bursátil mundial. Asimismo, desde la década de 1980, estos mercados han pasado de representar un 1% de la capitalización bursátil mundial a un 13%5. Creemos que este potencial de inversión seguirá creciendo.

Para garantizar que los inversores entienden estas oportunidades de inversión, así como las dinámicas de riesgo y rentabilidad, convendría estudiar una nueva forma de índice de referencia que tenga en cuenta el PIB para determinar las ponderaciones de los países. Esta fórmula proporcionaría una mayor ponderación a los mercados de crecimiento y a los emergentes y aportaría a los inversores una exposición más adecuada al crecimiento transformacional que se da en estos países.

Nosotros abogamos por un índice de referencia que permita una mayor participación en el mercado mundial de renta variable, a través de una metodología combinada basada en reglas. Esto implica clasificar las acciones por su Beta realizada a cinco años para eliminar las de más riesgo y ponderar las restantes según su valor intrínseco, en lugar de la capitalización bursátil. A pesar de que el clima económico actual ha provocado que los inversores huyan del riesgo, un enfoque más innovador y meditado de la construcción de carteras de renta variable podría ayudar a generar mayores rentabilidades, con menos riesgo, que un índice de capitalización bursátil tradicional. Usando esta metodología, la cuota de los mercados de crecimiento y de los emergentes en un nuevo índice de referencia estaría actualmente en torno a un 20%.

Las recompensas potenciales para los inversores pueden ser considerables. Unas expectativas de crecimiento constantes son un factor importante para los inversores a la hora de definir asignaciones de activos. Nuestras previsiones de desarrollo para los países de crecimiento y los emergentes están alimentadas por el incremento de sus poblaciones, su fuerte consumo interno y el aumento de su productividad. Estos factores refuerzan especialmente las perspectivas de crecimiento continuo, con un PIB que se prevé que siga creciendo a un ritmo más rápido que el de los países desarrollados.

Como inversores, siempre tenemos la necesidad de adelantarnos a las nuevas tendencias y oportunidades, aunque, desde nuestro punto de vista, el diseño actual de los índices de referencia podría estar impidiendo a muchos actores del mercado materializar las rentabilidades potenciales. En un contexto en el que los países de crecimiento siguen impulsando la economía mundial, se impone un cambio en nuestro enfoque de la inversión en renta variable y crear índices de referencia que reflejen de forma más exacta este mundo que evoluciona a gran velocidad.