Un nuevo desafío para el crédito corporativo latinoamericano

A solo tres años de la crisis de Lehman, vivimos otro episodio de fuerte incertidumbre, con la posible entrada en recesión sincronizada de Europa y EEUU, y el tan penoso como inevitable default en Grecia. El mercado de crédito corporativo latinoamericano salió del episodio del 2008 en general fortalecido, con algunas bajas previsibles (como la quiebra de los frigoríficos Arantes o Independencia en Brasil, las industriales Vitro o Corporación Durango en México, o el rápido deterioro crediticio en Cemex) y otras bajas insospechadas (como las quiebras asociadas a productos derivados en Controladora Comercial Mexicana, Gruma o Sadia en Brasil).

Desde 2009, el mercado de crédito ha resurgido con fuerza. En los tres años siguientes a la crisis, se han emitido 172.000 millones de dólares en papel corporativo latinoamericano denominado en dólares. Esta oferta ha encontrado una demanda creciente no solo por parte de los mandatos regionales específicos sino por parte de otros inversores globales, que rápidamente vieron el valor de muchas compañías que pagaban diferenciales más altos que los créditos norteamericanos, aún contando con ratios crediticios más favorables.

En este panorama más sombrío para la economía mundial, América Latina mostrará un crecimiento para 2011 entre 1,5% y 2% superior al del mundo desarrollado. ¿Qué sectores se verán más afectados por este nuevo panorama internacional? Si la confianza del consumidor local no se resiente, las compañías orientadas al mercado interno se beneficiarán de la contención de las presiones inflacionistas en Brasil, Perú o Chile. El sector exportador contará con divisas menos apreciadas que compensarán parcialmente la debilidad de los precios de las commodities. Los bancos latinoamericanos, -con la excepción de Brasil que está viendo un ligero empeoramiento en la calidad de sus activos- tienen por delante muchos años de moderada expansión, en sociedades infrabancarizadas, sin tener que recurrir a productos tóxicos ni fondeo en el mercado de capitales.

Así, a pesar del empeoramiento de las condiciones internacionales, las tasas de defaults en Latinoamérica no deberían subir sustancialmente. El ratio de upgrades/ downgrades ha sido muy favorable en la región para los últimos años y los emisores han refinanciado mucho de su deuda de corto plazo. Los ratios de solvencia, con niveles medios de apalancamiento inferiores a 3x EBITDA, la liquidez en más de 4 veces la deuda de corto plazo y la cobertura media de intereses superior a 6 veces, convierte a las empresas de Latam en altamente atractivas. El dinero huye de las recesiones globales hacia los sitios donde puede todavía encontrar dinámicas de crecimiento. Usted, ¿no haría lo mismo?

Tribuna publicada en Funds Americas