Tres razones para quedarse en Europa

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Imagen cedida

El resultado de las elecciones griegas y su apuesta por la permanencia dentro del euro ha sido acogido por todos como una noticia positiva. Sin embargo, no cabe duda de que queda mucho por hacer y la incertidumbre persiste. Del mismo modo, el anuncio de un paquete de ayudas para el sector financiero español procedente de Europa, que muchos esperaban como un bálsamo que calmara los mercados y tranquilizara la prima de riesgo, tampoco ha demostrado hasta ahora tener tal efecto estabilizador. En definitiva, la situación en el viejo continente sigue siendo complicada y para muestra de ello los vaivenes bursátiles a los que estamos asistiendo día tras día.

Sin embargo, y sin negar la gravedad de la situación, creemos que Europa finalmente será capaz de encontrar una solución para sus problemas. Es evidente que la volatilidad permanecerá con nosotros durante un tiempo, pero de cara a un futuro a largo plazo, mantenemos una actitud positiva y este es el primer motivo que nos lleva a apostar por Europa. El camino no será de ningún modo fácil ni sencillo, pero al final, el resultado será satisfactorio.

Si ésta es la situación a nivel macroeconómico, a nivel micro, el de las empresas, la realidad es bien distinta y a día de hoy mucho más alentadora. Las compañías europeas han realizado grandes esfuerzos desde los inicios de la crisis en 2008, han acometido importantes reformas y se han desapalancado para llegar a esta mitad de 2012 en una excelente forma. Muchas de ellas cuentas con balances saneados e incluso disfrutan de elevadas cantidades de tesorería. 

Además, el lugar de cotización de una compañía ha quedado relegado a un segundo lugar de tal manera que el elemento fundamental se ha convertido en la región donde ésta genera sus ventas. En este sentido, es posible encontrar numerosos casos de compañías que cotizadas en algunos de los principales parqués europeos, están generando grande parte de sus ventas más allá de las fronteras continentales y, principalmente en los mercados emergentes. Éste es el caso de la española Amadeus que en la actualidad genera cerca del 40% de su volumen fuera de Europa especialmente en Asia y Oriente Medio.  Por tanto, ésta es nuestra segunda razón, la existencia de sólidas compañías que gracias a su exposición internacional y a las reestructuraciones puestas en práctica durante estos años hoy constituyen atractivas oportunidades.

Por último, una vez analizado el ambiente general y la salud de las organizaciones, resta por hablar de las valoraciones y es aquí donde aparece el tercer motivo. Las tribulaciones de las bolsas europeas castigadas por una volatilidad incesante y, en gran medida, por las decisiones políticas, ha provocado la huida de los inversores que se han refugiado o bien en productos considerados más seguros, en cuanto a clase de activo, o que si han permanecido en esta clase, la renta variable, han migrado hacia otros continentes. ¿El resultado? Se ha generado una situación de valoraciones muy bajas en la que hay compañías que cotizan con unos importantes descuentos lo que las convierte en interesantes ideas para inversión.

En definitiva, visión positiva macro a largo plazo, existencia de buenas compañías, y valoraciones convincentes, tres sólidas razones para volver a buscar oportunidades en las bolsas europeas.