Tres consecuencias del bajo crecimiento sobre las carteras de inversión

Koesterich
Foto cedida

El consenso parece ser cada vez más amplio: el crecimiento global será escaso el año que viene. De hecho, la OECD optó recientemente por recortar sus previsiones de crecimiento por segunda vez en tres meses, hasta el 3,3% frente al 3,6% anterior. Russ Koesterich, estratega jefe de BlackRock, indica que gran parte del problema es debido a que los mercados emergentes están perdiendo el ritmo de crecimiento que mantuvieron a lo largo de la última década, empezando por China, sobre la que muchos dudan que pueda cumplir con su objetivo de crecer al 7% este año. 

Si al menor crecimiento se le suma la fortaleza continuada del dólar, comenta Koesterich, esto se traduce en una cascada de revisiones bajistas por parte de los analistas. Apoyándose en datos de Bloomberg, el estratega indica que las previsiones sobre los beneficios del S&P 500 para 2016 ya han caído un 2% en las últimas cinco semanas. “De seguir subiendo el dólar y/o continuar siendo escaso el crecimiento, puede que caigan más lejos”, observa el experto. 

A esto hay que añadir la expectativa de más fuego cuantitativo por parte de los bancos centrales, para combatir al bajo crecimiento. “Incluso antes de que la Reserva Federal suba tipos, los estímulos de los bancos centrales de Europa, Japón y China pueden poner más presión alcista sobre el dólar, dando como resultado un endurecimiento monetario de facto. En cambio, un dólar fuerte ayuda a mantener frenada la inflación”, observa. 

En base a todos estos factores, Koesterich considera que los inversores necesitan tener tres factores en mente para construir sus carteras de cara al próximo ejercicio. En primer lugar, deben saber que un crecimiento global más lento y la ausencia de inflación pondrán más presión sobre las materias primas cíclicas, “particularmente aquellas más expuestas al crecimiento global, como los metales industriales y el petróleo”. 

En segundo lugar, los inversores deben tener en cuenta que la búsqueda de rentabilidad les puede llevar a pagar por activos que ya están sobrevalorados. Koesterich pone como ejemplo a las utilities recogidas en el índice Dow Jones US Utilites, que recientemente consiguió volver a entrar en terreno positivo en el año. “Aunque el sector sigue estando caro, en un mundo de tipos bajos, los inversores están más dispuestos a pagar una prima por compañías con dividendos relativamente seguros”, concluye el estratega.

Esta búsqueda de rentabilidad no será exclusiva a la renta variable. “Aunque yo no buscaría apuestas clásicas como utilities o consumo básico, otras partes del universo de rentabilidad parecen más interesantes”, observa Koesterich. Pone como ejemplo a las participaciones preferentes recogidas en el índice S&P U.S. Preferred Stock. “Parecen razonablemente valoradas y ofrecen una oportunidad para buscar rentabilidad”. La conclusión general del representante de BlackRock es que “mientras que el crecimiento siga siendo escaso, creo que es probable que la rentabilidad siga siendo una mercancía valiosa”.