Todo lo que necesita saber sobre las clases de acciones con cobertura de divisa

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lilife2012, Flickr, Creative Commons

En su esfuerzo por contribuir a la educación financiera y ayudar a asesores financieros, Goldman Sachs AM ha lanzado recientemente una nueva página web con contenidos sobre mercado y nociones avanzadas de inversión. Una de las publicaciones explica de forma detallada el uso de distintas clases de acciones de un fondo con distintas coberturas de moneda, pensadas esencialmente para aquellos inversores que quieren adquirir exposición a activos denominados en monedas extranjeras, sin el riesgo de divisa asociado. Un ejemplo típico que ha funcionado muy bien los últimos tres años ha sido invertir en fondos de renta variable nipona denominados originalmente en yenes con la divisa cubierta a euros; otro reciente que aporta la firma es invertir en la clase denominada en euros del GS US Equity Portfolio, denominado a su vez en dólares, y beneficiarse así de la apreciación del capital y del efecto divisa.  

¿Cómo funciona el proceso de cobertura?

Para efectuar las coberturas, las gestoras se sirven de contratos de divisas a plazo, que les permiten cubrir la exposición a la moneda en la que está denominada a la cartera respecto a la moneda de la clase de acciones pertinente. Desde Goldman Sachs AM aportan un resumen en cinco pasos de cómo se efectúa una cobertura. En primer lugar, se convierten las suscripciones en una clase de acciones cubierta a la moneda base de la cartera a un tipo de cambio al contado. Después, se emplean los contratos de divisas a plazo para cubrir las exposiciones a la moneda de la cartera respecto a la moneda de la clase de acciones. Las ganancias o las pérdidas sobre los contratos de divisas a plazo se acumulan como parte del cálculo del valor liquidativo (NAV) de la clase de acciones. Generalmente, los contratos de divisas se renuevan mensualmente, aunque la frecuencia puede variar. Se ha de tener en cuenta finalmente que las ganancias o las pérdidas asociadas con la operación de cobertura se materializan con cada fecha de renovación. 

“Los accionistas deberían tener presente que, en línea con las prácticas del mercado, los contratos de divisas a plazo normalmente no están garantizados y, por tanto, esto introduce riesgo de contraparte y el potencial de pérdidas si una parte con la que opera la cartera incumple sus obligaciones”, recuerdan desde la firma.

¿Cómo se comportará una clase de acciones cubierta respecto a la clase en moneda base?

En este caso, la gestora ofrece explicaciones sobre su modus operandi: “Cuando Goldman Sachs AM ofrece clases de acciones con cobertura de moneda que tratan de cubrir las exposiciones a las monedas de la cartera respecto a la moneda de la clase de acciones pertinente, se espera que estas tengan una rentabilidad más correlacionada con el rendimiento de la clase de acciones equivalente en moneda base”.

No obstante, puntualizan que el comportamiento no va a ser exactamente igual por cuatro razones: el diferencial del tipo de interés, los costes de operación, las diferencias temporales y el propio proceso de cobertura. La primera de ellas es el factor más relevante a la hora de explicar las diferencias de rentabilidad; se trata concretamente de la diferencia – que puede tener efectos positivos o negativos- en los tipos de interés vigentes entre la moneda base y la moneda de la clase de acciones pertinente. 

En segundo lugar, desde la firma indica que los costes derivados de la operación para hacer la cobertura también repercuten sobre la clase de acciones cubierta; a mayor frecuencia de renovación de contratos, los costes serán más elevados. “Aunque normalmente suelen son relativamente bajos, pueden afectar negativamente a la rentabilidad de la clase de acciones”, matizan.  El rendimiento de la clase de acciones también puede verse afectado por las diferencias entre el momento de ajustar la cobertura y el punto de valoración de la cartera.

En lo referente al proceso de cobertura, desde la gestora indican que, aunque generalmente la cobertura es del 100%, puede suceder que “a fin de evitar costes de operación de ajustes menores, la cobertura no sea siempre del 100% y, por tanto, puede no ser perfecta”.

Aspectos a tener en cuenta

Los expertos de Goldman Sachs AM detallan los aspectos clave que se deben tener en cuenta a la hora de elegir una clase de acción un otra. En primer lugar, recuerdan que “en la práctica, el proceso de cobertura de una clase de acciones no es perfecto y solo trata de reducir, no de eliminar, el efecto de las fluctuaciones del tipo de cambio entre las exposiciones a la moneda de la cartera y la moneda de la clase de acciones pertinente”. Por tanto, insisten, “no existe garantía de que la cobertura de moneda será totalmente satisfactoria y la clase de acciones con cobertura de moneda puede mantener cierto nivel de exposición a la moneda”.

Otro factor importante es que la volatilidad de la clase de acciones subyacente puede magnificar el alcance de una cobertura imperfecta, distorsionando la rentabilidad. ¿Cómo? Los expertos señalan que las fluctuaciones en la clase de acciones subyacente pueden provocar a su vez que la clase de acciones cubiertas tenga una cobertura excesiva o insuficiente, lo que a su vez puede afectar a las expectativas de rentabilidad.

Desde la gestora recuerdan para terminar que “aunque se espera que sea relativamente bajo, el proceso de cobertura de una clase de acciones conlleva unos costes de transacción asociados que podrían tener un efecto negativo sobre la rentabilidad de la clase de acciones”.