The Bubble (la burbuja)

¿Quién no ha practicado alguna vez con su teléfono móvil el adictivo juego de explotar burbujas? o ¿quién no ha pasado un buen rato con esos plásticos envoltorios con múltiples burbujas de aire que producen un pequeño chasquido al ser presionadas con fuerza? Me remonto a nuestra infancia, para recordar esos pequeños artilugios que hacían pompas de jabón que inflabas hasta que de repente: ¡Bang! explotaban en el aire salpicando sus restos en el entorno.

Reconozcámoslo: nos gustan las burbujas y nos gusta que exploten.

En economía también nos gustan las burbujas. De hecho no sabemos estar sin ellas. Diría que no podemos vivir sin ellas – ya hasta me rechina conjugar el verbo poder por la usurpación del lenguaje que han hecho los neocomunistas -. Cuando estallan, sin solución de continuidad, hinchamos otra. Hay que vivir en una burbuja continua.

El profesor Jean Paul Rodrigue ha plasmado perfectamente la anatomía de una burbuja típica en el siguiente gráfico:

"Stages of a bubble" by Jean-Paul Rodrigue. Licensed under Attribution via Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Stages_of_a_bubble.png#mediaviewer/File:Stages_of_a_bubble.png
Vemos claramente diferenciadas las 4 fases que la componen:
  • Fase de sigilo : El dinero es racional, entran los primeros inversores con perspectivas de medio/largo plazo
  • Fase de conciencia: Entran los institucionales que por fundamentales ven valor. Algunos, incluso desinvierten al final de esta etapa, creando una sensación de precio “barato” en el subyacente.
  • Fase de manía: Llega la irracionalidad. El subyacente se hace popular. Llega a los medios. Podríamos decir, que entran los pecados capitales:  codicia, avaricia, el engaño… Entra el gran público y entonces: “tonto el último”.
  • Fase de desahogo: Brutal caída, incredulidad en un principio, con un intento de vuelta que acaba por atrapar a los que no habían entrado en la subida inicial. A continuación: negación, miedo, capitulación…ruina. Para, finalmente, volver a la normalidad o lo que matemáticamente se conoce como “regresión a la media”.

Todos tenemos en mente alguna de estas secuencias y hasta me atrevería afirmar que hemos incurrido en alguna de ellas. Pero déjenme que les muestre una recientemente acaecida:

Fuente : Mabia.es

Fuente : Mabia.es

Gracias a la gran labor que realizan el equipo de Mabia.es, contamos con un índice de cotización del MAB. Sólo tenemos la escala de 1 año, de ahí que la fase inicial y la fase final queden un poco desdibujada del modelo, aunque con el tiempo será un ejemplo de libro.

Las empresas que cotizan en el MAB son empresas en expansión. Requieren su periodo de madurez y de consolidación de su modelo de negocio. La cotización ha de reflejar esta evolución y, a lo sumo, descontar algo las expectativas, pero nunca ha de obligar al equipo directivo a justificar unas cotizaciones no acordes al valor de la compañía. Eso, lo único que puede acarrear, es el  peligro del maquillaje para justificar unos multiplicadores injustificables.

Les pongo algún ejemplo de como las redes reflejan las etapas típicas de una burbuja.

Esto se decía apenas 3 días antes del estallido del escándalo Gowex (por respeto a los protagonistas, victimas de la estafa, he borrado su identificación):

Tweet pre Gowex

Una clara muestra de la fase de manía. Ahora vean las primeras reacciones a la fuerte caída:

Tweets Gowex

 

Incredulidad. No puede ser. Es la gallina de los huevos de oro y alguien se la quiere cargar…  

Y por último, en la fase de desahogo, aparecen todo tipo de comentarios en contra del mercado, de sus compañías…

Tweet post Gowez

 

Trasladen esta secuencia al mundo inmobiliario y verán que la historia fue la misma. Cubrió perfectamente todas las etapas descritas. O cuando surgió el mundo de las punto.com. ¿Eran empresas disruptivas que justificasen los multiplicadores? Pues la mayoría no, pero esa ingente cantidad de dinero sirvió para crear unos cimientos del mundo tecnológico del cual hoy disfrutamos sobradamente. Volviendo el mercado actualmente a lo que podríamos considerar una media razonable de crecimiento sostenido.

El final de una burbuja es el comienzo de la siguiente. Es ley de vida. Cuando dentro de unos años se analice la época que estamos viviendo, veremos que salimos de una burbuja de deuda privada con una burbuja de deuda pública, y a esta le sucederá la próxima que aún está todo por escribir.

Disfruten del día.