Tendencias actuales en renta variable emergente y repaso a su comportamiento estival

Manuel_Martin_Vicente
Manuel Martin Vicente, flickr, Creative Commons

En un verano que ha sido más tranquilo de lo esperado, entre los activos que han registrado un comportamiento más favorable figuran los emergentes, que han consolidado en el periodo estival las ganancias que llevan registrando desde principios de año.

Mark Tinker, responsable de renta variable asiática de AXA Investment Managers, aporta razones para explicar por qué las acciones emergentes han seguido beneficiándose de la asignación de activos durante el tercer trimestre del año. En primer lugar, hace notar que “los flujos hacia renta variable emergente continúan disparados”. Aporta datos del Institute of International Finance Portfolio Flows, según los cuales los flujos de inversores no residentes hacia fondos emergentes alcanzaron los 24.800 millones de dólares en julio, después de alcanzar 16.700 millones en junio. “Esto es en parte debido a una recuperación del sentimiento económico –los flujos empezaron a repuntar en febrero y marzo al sosegarse el gran pánico en torno a China-, pero también parece que los mercados emergentes se han beneficiado del voto al Brexit en la forma de “activos no europeos””, explica Tinker. En este sentido, el responsable constata que los flujos se están dividendo cada vez más en bloques definidos: en vez de emergentes versus desarrollados, los inversores buscan por ejemplo exposición a EE.UU., Europa, Asia y emergentes.

Tinker ha identificado asimismo una nueva dinámica: el coste de la cobertura de divisas, especialmente para la renta fija. “Un ejemplo de esto es que las aseguradoras japonesas ya no pueden generar un retorno positivo sobre los treasuries debido al coste de cubrir el yen, que es superior a la rentabilidad disponible”. Para el experto, un efecto colateral de esta situación puede ser la decisión de los inversores de “mantener sus ahorros en la región, en bonos asiáticos o emergentes, o incluso como algunos están sugiriendo, moviéndose hacia activos denominados en dólares con rentabilidades superiores, como la renta variable de Hong Kong, que gracias al tipo fijo del yuan contra el dólar son efectivamente son de las acciones más seguras en dólares y de mayor rentabilidad de los alrededores”.

A estas tesis, desde BlackRock el estratega global de inversiones Richard Turnill agrega que “la renta variable emergente se beneficia del entorno de tipos bajos por mucho tiempo”, porque la previsión de que se perpetúe la política de tipos bajos “reduce el riesgo de una subida abrupta del dólar, expande el margen para recortar tipos en países emergentes (ya ha habido 25 recortes este año) y vuelve a los activos emergentes de alto rendimiento relativamente atractivos”.

Turnill sí coincide en que los inversores emprendieron el regreso hacia la clase de activo en febrero, y que desde entonces “parece que su apetito por el riesgo se ha ampliado”, dado que, observa el experto, “incluso la renta variable china offshore – que ha ido retrasada este año- ha empezado a recuperarse a pesar de los débiles datos económicos de China en julio”.

Según datos de EPFR Global que aporta Turnill, los ETF y fondos de renta variable emergente han atraído flujos de entrada de 26.000 millones de dólares desde febrero, lo que ha contribuido a contrarrestar un poco los 150.000 millones que se habían ido previamente de la clase de activo desde 2013. “Los inversores asiáticos ya están rotando hacia renta variable, porque los tipos de bonos locales han caído hacia nuevos mínimos bajo la estampida de una horda ambrienta de rentabilidad”, añade.

El estratega observa que la renta variable emergente cotiza con un 24% de descuento frente a los mercados desarrollados, según su PER adelantado. “Creemos que podrían mejorar más los fundamentales, al centrarse las empresas emergentes en el control de gasto y a ponerse objetivos de beneficios sobre las ganancias de cuota de mercado”. La preferencia de BlackRock es por las acciones de países que “muestren mejoría económica o que tengan catalizadores claros de reformas, incluyendo a India y los países de la region ASEAN”.

Qué esperar para el cuarto trimestre

Keith Wade, Azad Zangana y Craig Botham, economistas de Schroders, comentan que “las trayectorias de crecimiento interno se han desarrollado largamente como esperábamos, aunque la inflación haya lanzado más sorpresas. Es cierto que China lo hizo mejor de lo que habíamos previsto en el primer semester del año, pero nos parece que es el resultado de estímulos insostenibles, y que parece que está ya en camino una desaceleración”.

El trío de expertos señala que la tasa de inflación, más elevada de lo esperado, ha frenado sus previsiones sobre ciclos de recortes de tipos en Rusia y Brasil, aunque aún esperan ver acción monetaria este año. “También parece que India se va a comprometer con los estímulos”, afirman, en referencia a la sustitución de Raghuram Rajan por Urgit Patel al frente de la Reserva del Banco de India.

“En general, esperamos un crecimiento más fuerte de cara a 2017, a pesar de la desaceleración vista en China. Mucho de esto viene de una recuperación desde la recesión en Rusia y Brasil, aunque India también continúa su firme marcha al alza, al recuperarse el crecimiento de la concesión de crédito y el momento favorable a las reformas ayuda a alentar la inversión”, resumen.

Los expertos detallan sobre China, que la contribución de los distintos sectores al PIB revela a los expertos una contradicción respecto a los planes del gigante asiático, dado que se ha acelerado la actividad de los sectores primarios y secundarios (“la vieja China”), mientras que el terciario se ralentizó marginalmente. “Esto sugiere que el crecimiento y la estabilidad han superado de momento la necesidad de reformar la economía”, afirman Wade, Zangana y Botham.  Los tres añaden un matiz: “El año pasado por estas fechas vimos una contribución desproporcionada del sector servicios, gracias al boom bursátil, por lo que era inevitable ver algo de revancha”.

Al observar igualmente el deterioro de datos macro procedentes de sectores como la inversión en propiedades inmobiliarias y, en general, la contracción de la inversión en el sector privado (que aporta un 60% al total), los economistas declaran que “podría ser un momento raro para desechar nuestro escenario de hard landing chino”, aunque aclaran que esta previsión es sólo a seis meses vista. “En el corto plazo, el estado tiene recursos suficientes para contener cualquier brote en la economía o el sistema financiero, donde abundan los riesgos”, concluyen.