¿Será la renta variable india la gran beneficiada de la crisis china?

Prashant_Khemka
Foto cedida

En las últimas semanas, las bolsas chinas han sufrido fuertes caídas que se han traducido una pérdida de valor cercana al 30%. Curiosamente, se trata del mismo porcentaje que se anotó el año pasado el mercado indio, impulsado por las esperanzas reformistas depositadas sobre el primer ministro Narenda Modi, que en mayo cumplió un año al frente del Ejecutivo.

Pese a que la bolsa india se debilitó en los primeros meses de 2015, Prashant Khemka, director de inversiones en renta variable de mercados emergentes en Goldman Sachs Aseet Management (GSAM), cree que las perspectivas de la clase de activo siguen siendo muy prometedoras. “La corrección que vivieron las acciones indias a principios de año se explican, en parte, por la incertidumbre sobre si los inversores extranjeros estarían sujetos al impuesto mínimo alternativo (MAT, por sus siglas en inglés)”, un asunto que, como explica el experto, ha quedado finalmente zanjado: “El ministro de Finanzas indio ha confirmado que las inversiones realizadas a través de países protegidos por convenios, como Mauricio y Singapur, quedan exentas del MAT”.

Khemka también atribuye parte de la debilidad al buen comportamiento del mercado en 2014 y a unos resultados corporativos algo decepcionantes en el primer trimestre. No obstante, “la tesis fundamental de inversión en renta variable india sigue siendo sólida. La reciente aprobación parlamentaria de importantes leyes y la hoja de ruta diseñada por la Administración de Modi dan nuevo impulso al ciclo de inversión y reafirma nuestras perspectivas positivas para las acciones indias”.

Entre los sectores más prometedores, Khemkha identifica “aquellos que más se beneficiarán de la recuperación de la economía del país, como el sector industrial, el del cemento, el financiero y el consumo discrecional”, aunque también ve oportunidades interesantes “en sectores orientados a la exportación, como servicios informáticos y salud”. El sector de infraestructuras es otro de los que presentan mejores perspectivas gracias a los importantes proyectos de desarrollo emprendidos por el gobierno, “que se ha propuesto incrementar el gasto de capital y la inversión” y por los menores costes de las materias primas, “que contribuirán a la ampliación de márgenes y de beneficios”.

El gestor del GS India Equity, que el año pasado logró generar una rentabilidad del 65% (la segunda más alta entre todos los fondos registrados en el mercado español), cree que el consenso infravalora el potencial alcista de la renta variable india. “Esperamos que los márgenes reviertan a sus medias históricas y que el crecimiento de los beneficios se acelere hasta aproximadamente el 20%, frente al crecimiento inferior al 10% registrado en los últimos tres años y a una media histórica cercana al 15%”, señala.

En cuanto a las valoraciones, Khemka opina que podrían resultar atractivas si efectivamente nos encontramos al principio de un ciclo de crecimiento de beneficios. “Pero, incluso si los múltiplos se mantienen donde están –la bolsa india cotiza a un PER de 16,5 veces, casi en línea con su media histórica de 15,5 veces– el mercado podría generar robustas rentabilidades gracias a los beneficios”.

Riesgos para la economía india

Pese a las buenas perspectivas, el equipo de GSAM también es consciente de las amenazas. Hiren Dasani, responsable de análisis en renta variable india en la casa estadounidense, reconoce que el principal riesgo es el de la decepción: “Las expectativas para la India son muy altas, sobre todo en lo que respecta a la agenda reformista del gobierno, por lo que los inversores podrían interpretar como un riesgo cualquier señal de ralentización de las reformas o el debilitamiento de la posición del gobierno”. El repunte de la inflación o de los precios del petróleo también podría poner en peligro el crecimiento del país. Por último, “aunque la economía india está menos orientada a la exportación, no sería inmune a una fuerte desaceleración mundial o a un aumento de las tensiones políticas en otros mercados emergentes, que podrían traducirse en una mayor volatilidad de las acciones indias”, concluye.