Señales que ayudan a saber qué fondos se comportarán mejor en el futuro y otras que se malinterpretan

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Ashitakka, Flickr, Creative Commons

Actualmente, en Europa se comercializan aproximadamente 32.000 fondos de inversión. Para tratar de poner orden en esta amplísima oferta y ayudar al inversor a la hora de seleccionar el producto con el que quedarse, distintas firmas de análisis hacen una ardua labor de análisis y valoración de los fondos. Existen herramientas de todo tipo que hablan sobre la calidad de los distintos productos. Probablemente, la más conocida por los inversores tanto particulares como profesionales es el rating de estrellas Morningstar, una calificación cuantitativa basada en cálculos de rentabilidad y riesgo pasados en el que no interviene ningún factor subjetivo o cualitativo en el proceso de valoración del fondo. El poder y la influencia que ejercen estos ratings en los flujos hacia fondos es pública y notoria. Cuantas más estrellas Morningstar tiene un producto, más probabilidades tendrá de que le entre dinero y a viceversa.

Esto viene sucediendo año tras año. En 2016 los fondos con cuatro y cinco estrellas Morningstar experimentaron entradas netas de dinero, mientras que los productos con una, dos o tres estrellas registraron salidas. Los primeros captaron en total casi 350.000 millones de dólares, en tanto que de los segundos se fueron 381.000 millones. Analizando el porcentaje total de activos que representan los fondos con mayor calificación frente a los de una, dos y tres estrellas se observa que los primeros atesoran 13,6 billones de dólares (el 44% del total), frente a los prácticamente 8 billones del segundo grupo (26%). Es decir: a la hora de comprar un fondo, los inversores prefieren cada vez más apostar por estrategias cuyos gestores hayan realizado en el pasado una buena gestión. Sin embargo, deben tener muy presente que esto no es ninguna garantía de cara al futuro.

Las estrellas Morningstar pueden servir como una primera guía para comparar fondos dentro de una misma categoría, pero no es un indicador de buen comportamiento futuro. De hecho, este rating no es un buen predictor de la rentabilidad futura. “Elegir un fondo cinco estrellas no garantiza que el producto se vaya a comportar mejor que la media de su categoría en el futuro”, reconoce Fernando Luque. El editor financiero de Morningstar pone un ejemplo gráfico en el que analiza cuál ha sido el comportamiento de los fondos de renta variable de la eurozona que se distribuyen en Europa, clasificándolos en función del rating a 5 años que tenían a cierre de abril de 2012. Los resultados podrían sorprender a muchos: los fondos que en aquella fecha tenían cinco estrellas fueron los que obtuvieron los peores resultados.

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¿Significa eso que los ratings de estrellas no tengan ningún valor? Luque explica que no. “En primer lugar, sirve para analizar el resultado obtenido por un determinado gestor a lo largo de los últimos meses y años. Y, en segundo término, también es una herramienta que ayuda a identificar fondos que han tenido un comportamiento muy por debajo del resto de sus competidores en el pasado. El hecho de que un fondo obtenga sistemáticamente el rating más bajo a lo largo de los años puede ser sintomático de algún problema, por ejemplo, una mala gestión o unas comisiones excesivamente altas”, revela. Dicho esto, lo más importante que tiene que tener en cuenta el inversor es que comprar un fondo cinco estrellas no es garantía de nada. Si lo que quiere es buscar señales que permitan analizar de forma prospectiva su comportamiento frente a sus competidores debería apoyarse en otra serie de señales, como por ejemplo los Analyst Rating de Morningstar.

En este caso, se trata de un rating en gran parte cualitativo. “Un fondo lo hará bien en el futuro no sólo si ha demostrado que en el pasado ha podido batir a sus rivales, sino que también dependerá de la consistencia en el proceso de inversión, de la estabilidad del equipo gestor, de lo mucho o poco que está alineada la entidad gestora con los intereses de sus partícipes, o de los gastos totales que cobra a los inversores, por citar algunos de los factores que toma en cuenta el equipo de análisis de fondos de Morningstar al atribuir sus medallas (Gold, Bronze, Silver, Neutral o Negative) a los fondos analizados”, indica Luque.

Pero… ¿este análisis cualitativo ha producido resultados satisfactorios para los inversores a la hora de anticipar el comportamiento de los productos? De los casi 2.000 fondos analizados repartidos en función del rating cualitativo, la firma de análisis ha calculado el alfa medio anualizado frente a sus competidores en periodos de 5 años, entre marzo de 2002 y marzo de 2017. Los resultados son concluyentes: fondos con rating positivo (y especialmente aquellos que consiguen un “Gold”) obtienen mejores resultados que fondos con un rating “Negative” o “Neutral”.

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