Se prevé un crash...¿debo vender mis acciones?

Kamil Molendys, Unsplash

Se prevé un crash,…¿debo vender mis acciones?

Miguel de Juan Fernández- A bordo del ARGOS 21 Febrero 2014

Desde hace tiempo, algunos de los mejores inversores vienen advirtiendo y posicionando sus carteras para lo que prevén un fuerte desplome de las bolsas, en concreto, la bolsa americana que se encuentra en niveles de máximos históricos y en unos ratios que históricamente han conllevado unos movimientos a la baja importantes. Dentro de estos ratios tenemos el PER de Shiller que ajusta los valores a los diez años anteriores, los niveles de beneficios sobre PIB y otros. En cualquiera de estos extremos la conclusión final parece ser que nos espera un recorte importante- del orden de un 40%- hasta los niveles promedios históricos.

Pero como comentaba a los argonautas en la última Carta del Argos, los mercados cuando se mueven no van hasta donde se les espera, sino que terminan pasándose dos pueblos, al alza o a la baja, con lo cual en nuestro caso el desplome podría ser incluso mayor. ¿Es posible algo así? Claro ¿Es probable? Ni idea, …o al menos yo no la tengo. ¿Debería vender mis acciones o cubrirme? Quizás….

Una buena decisión de inversión no debería ser aquella que sale bien, porque en muchas ocasiones- sino en todas- el resultado de nuestras decisiones depende de muchas más variables de las que podemos controlar o conocer de antemano. Como dicen los anglosajones, estaríamos hablando de unintended consequences. Citando a Benjamin Graham, el Decano de Wall Street y padre fundador del enfoque value a la hora de invertir, “Uno no tiene razón porque los demás se la den; uno tiene razón porque sus datos y razonamiento sean correctos”.

Hace años, trabajando aún en una entidad de banca privada, compré con algunos clientes acciones de Repsol YPF y al mes habían subido cerca de un 30%; uno de ellos me decía: “¡qué buena decisión haberla comprado!”,…mi respuesta fue que la decisión no había sido correcta porque hubiera subido la acción en un plazo tan corto, sino porque la habíamos comprado barata.

¿Son ahora correctos los datos y razonamientos de quienes predicen un crash o un fuerte recorte en los mercados? (Por cierto, aunque básicamente se refieren a la bolsa americana, es difícil pensar una situación en la que los inversores USA estén asumiendo desplomes y ello no afecte al resto del mundo). Personalmente creo que sí son correctos,…de la misma manera que son correctos los que opinan que lo peor ya ha pasado, que estamos en el camino de subir y subir,…el problema no es si esos datos- en uno u otro sentido- existen, sino si realmente nos aportan algo a la hora de invertir. Veamos alguna situación.

En 1969 Warren Buffett decidió cerrar el partnership porque no quería participar en un mercado en el que le parecía que estaba caro. A aquellos inversores que no siguieron con él en Berkshire Hathaway, les recomendó tres alternativas: Walter Schloss, David Gottesman y Bill Ruane. De hecho, Bill Ruane fundó precisamente su fondo Sequoya Fund para atender a estos inversores de Buffett. Y como comenté en el libro El lemming que salió raro (Ed. Eje Producciones Culturales 2012), Bill Ruane decía que tuvo la visión desenfocada de abrir el fondo en tan mal momento que estuvieron los cuatro primeros años sufriendo la bota malaya de ir por detrás del mercado.

El mercado siguió subiendo hasta 1973 cuando, aprovechando el primer choque petrolífero, se dio el gran sopapo. De Gottesman no tengo los datos, pero sí de Schloss sí y siguieron invirtiendo según el enfoque de Graham-Buffett y aportando valor para sus inversores. ¿Tuvo razón Buffett saliéndose en 1969? ¿La tuvieron Schloss, Gottesman y Ruane manteniéndose o iniciando su andadura en el mismo momento en que Buffett se iba? Las dos opciones eran correctas. Buffett pudo concentrarse en esos años en tratar de arreglar la textil- en mala hora, como ha dicho- y generar liquidez suficiente para ir diversificando la cartera de inversiones de Berkshire Hathaway y poder aprovechar cuando llegó el momento en el que se sentía como “un hambriento de sexo en medio de un harén”.

Schloss y Ruane, tomaron la decisión correcta porque en su forma de operar, siguieron encontrando empresas o bonos que les ofrecían suficiente margen de seguridad, pese al desplome del mercado. La decisión no es correcta por el resultado en sí, sino por el proceso que os lleve a ello. En estos momentos, como saben los argonautas, yo he venido encontrando cada vez menos oportunidades de comprar empresas o bonos que me ofrezcan suficiente margen de seguridad, pero independientemente del mercado, si las encuentro las compraré para el Argos. Acertar con cuándo va a subir el mercado o cuándo va a bajar es extremadamente complicado y, como hemos visto, ni siquiera los mejores inversores aciertan con ello de forma consistente. Quizás sean tan buenos inversores porque tampoco les importa,…(yo en este sentido estoy a medio camino: tampoco me importa,…¡ahora sólo necesito ser un buen inversor!)

El problema es que vuestra cartera debería estar formada por aquellas empresas en las que, en el momento de comprarlas, pensarais que estaban baratas frente a su valor intrínseco y que, como socios accionistas, seáis capaces de manteneros en ella en el largo plazo. Si son buenas empresas que comprasteis baratas, si hay recortes podréis comprar más de algo bueno o simplemente dejaros llevar por sus dividendos o su buen hacer. Repuntarán. Si las vendéis por el temor a que caigan los mercados, a lo mejor éstos no os hacen caso o no tan pronto como pensáis por lo que podéis terminar en liquidez- que es muy cara- más tiempo de lo que pensáis.

En el libro comentaba que yo no invierto por “momentum” , que no hago “market timing”, sino que lo definiría más como “value timing”,…si encuentro mucho margen de seguridad en mis empresas compraré, si no lo encuentro, me quedaré esperando. Pero no venderé algo que vale 10 euros por acción a 6-7, por miedo a que pueda cotizar a 3-4, aunque me costara 5. Si el crash ha de venir, podéis mantener una posición de liquidez amplia, confortable, pero no os deshagáis de vuestras joyas por si pasa algo.

Un abrazo a todos y hasta el próximo artículo.