Robeco mantiene su optimismo respecto al mercado de deuda corporativa

¿Cómo se traduce el panorama macroeconómico actual –caracterizado por una economía mundial débil, pero con algunos destellos de esperanza, así como con tipos de interés en mínimos– en el posicionamiento de asignación de activos? Según Ronald Doeswijk, estratega jefe de Robeco, el escenario elegido por las autoridades políticas y monetarias para salir del paso ha beneficiado a los créditos de grado de inversión y a los bonos de alta rentabilidad, que han experimentado un fuerte repunte en los últimos meses. Dado que se espera que este escenario continúe –supuesto del que parte el equipo de Análisis de Mercados Financieros de la gestora–, Doeswijk se mantiene optimista sobre los bonos corporativos.

Dicho esto, no espera fuertes ganancias adicionales por la caída de los diferenciales. “Al contrario, creemos que los propios diferenciales bastan para apoyar una opinión positiva”, afirma, resaltando que la rentabilidad de la deuda pública es negativa en términos reales. Al mismo tiempo, los fundamentales corporativos son sólidos. Las empresas continúan mostrándose conservadoras, y mantienen elevados balances de efectivo. En su opinión, la perspectiva para los créditos se ha debilitado, pero se ha producido un cambio en el posicionamiento relativo de los dos tipos de bonos corporativos.

Los créditos han sido relativamente los más favorecidos en el último repunte

En consecuencia, las perspectivas se han deteriorado ligeramente y ya no tienen preferencia sobre la alta rentabilidad. “Ahora creemos que las perspectivas para los créditos y la alta rentabilidad son similares”, explica Doeswijk.  Y añade que la deuda de los mercados emergentes también es atractiva. “Creemos que el rendimiento actual favorece a la deuda de los mercados emergentes -principalmente, por la búsqueda de rentabilidad y los buenos fundamentales económicos de estos mercados– y que permanece firmemente anclado”, afirma. Por lo tanto, el equipo valora por igual a las tres formas mas arriesgadas de bonos.

Pesimistas en bonos del Estado

Para Doeswijk, los tres podrían sobrepasar a los bonos del Estado, sobre los que el equipo mantiene una opinión negativa. “Para empezar, el crecimiento económico ha dejado de sorprender a la baja. Además, los tipos de interés a largo plazo son extremadamente bajos. Pero no debería esperarse ninguna liquidación espectacular. Es probable que los tipos de interés a largo plazo permanezcan bajos. El crecimiento económico continúa siendo débil y no hay riesgos inflacionarios en esta fase del ciclo económico. Del mismo modo, los precios de la deuda pública deberían verse favorecidos por la escasez estructural de bonos seguros. La oferta se está reduciendo debido a las degradaciones, mientras que los cambios normativos impulsan la demanda”, asegura.