Replantearse el mercado de bonos

blackRock
Foto cedida

Este año se ha convertido en todo un reto para los inversores en renta fija. Tras los importantes repuntes del mercado vividos en 2012 y a principios de 2013, el panorama ha cambiado en los últimos meses. Los precios han vuelto a caer y los índices se han adentrado de nuevo en terreno negativo con respecto al punto en el que comenzaron el año. Tal y como se van perfilando las cosas, parece probable que  el ejercicio 2013 cierre con una rentabilidad negativa en el mercado de bonos en su conjunto. No nos lo esperábamos en absoluto. Según el índice Barclays US Aggregate Index, que replica el mercado estadounidense de deuda pública, bonos corporativos y titulizaciones de préstamos, este sería sólo el tercer año desde 1980 en que arrojaría un dato negativo.

El desplome de los precios refleja la subida de los tipos de interés de mercado. Esto se explica principalmente por dos motivos. En primer lugar, el entorno económico ha mejorado. En concreto, Estados Unidos ha enviado señales positivas y parece que las aguas vuelven también a su cauce en China y en Europa. En segundo lugar, el mercado ha descontado la reducción gradual que la Fed  acometerá de su programa de compra de bonos.

No existen indicios que nos hagan esperar nuevas caídas en los precios de los bonos de la magnitud registrada en los meses de mayo, junio y agosto. Sin embargo, resulta igualmente improbable que el mercado en su conjunto vaya a adentrarse en terreno positivo de aquí a finales de año. Para que esto sucediera, el tipo de interés de la deuda a diez años tendría que descender 75 puntos básicos con respecto al mercado estadounidense. En vista de la actual situación, no podemos dar por sentado que esto vaya a suceder.

Además de estos cambios en la política económica y monetaria, ahora los inversores en bonos han de tener en cuenta unas circunstancias radicalmente distintas. En los últimos meses se ha echado por tierra la vieja norma de que los precios de los bonos suben cuando bajan las acciones. Esto sucedió cuando la Fed sorprendió a los mercados con el anuncio de que estaba estudiando retirar su programa de compra de bonos. Por ende, los inversores deben contemplar la posibilidad de que la correlación entre los precios de las acciones y los de los bonos siga siendo positiva.

¿A qué otras cosas deberían permanecer atentos? Es posible que, en algunos casos, las estrategias tradicionales —basadas en gran medida en la deuda pública y muy dependientes de los tipos de interés— no estén siendo capaces de marchar a la par de los tiempos que corren. Sin embargo, aquellos que no dejen pasar esta oportunidad de replantearse el mercado de bonos y pongan sus miras en nuevas estrategias de inversión, seguirán pudiendo beneficiarse de diversas y atractivas fuentes de alfa.