Qué son en realidad las estrategias de ‘smart beta’…

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Curtis Gregory Perry, Flickr, Creative Commons

Los productos de ‘smart beta’ o ‘beta inteligente’ están logrando atraer el interés de los inversores. Los flujos del mercado europeo de ETF hacia estos productos siguieron siendo positivos durante el segundo trimestre de 2015, si bien el crecimiento experimentó una desaceleración con respecto al primer trimestre de 2015. Esto se ha producido en consonancia con las tendencias de flujos en el mercado europeo de ETF en general en mayo y junio, al acusar los efectos de una creciente volatilidad en todos los mercados. Los flujos netos de activos en el primer semestre ascendieron a 2.300 millones de euros, lo que equivale al 60% de los flujos netos de activos de 2014 registrados durante el mismo periodo del año anterior. El total de activos gestionados aumentó hasta los 10.900 millones, lo que supone un repunte del 41% con respecto a la cifra de finales de 2014.

En lo que va de año, los flujos en los ETF se han mantenido estables en las tres categorías de beta inteligente, a pesar de la creciente volatilidad de mercado experimentada en el segundo trimestre de 2015. A la hora de clasificar todos los productos que se incluyen en esta categoría se utilizan tres subsegmentos. En primer lugar, las estrategias con base en los riesgos fundamentadas en la volatilidad y otros métodos cuantitativos. En segundo, las estrategias fundamentales basadas en el potencial económico de una empresa (a través de ratios contables), o de un país (a través de medidas macroeconómicas). Y, por último, las estrategias basadas en factores que incluyen rangos homogéneos de productos individuales de factores y productos multifactoriales diseñados deliberadamente para la asignación del factor.

El ‘smart beta’ se refiere a estrategias de inversión basadas en normas que no se rigen por la capitalización de mercado. Según explican en Lyxor, se trata de productos cada vez más empleados por inversores institucionales para realizar apuestas, hasta el punto de que han empezado a reemplazar las estrategias activas con productos de beta estratégica. Es lo que se desprende del último informe de la firma internacional de análisis Cerulli Associates (Exchange-Traded Fund Markets 2015: Opportunities in the Face of Changing Dynamics), que se centra en las tendencias de distribución y desarrollo del mercado estadounidense de ETF. “Uno de los efectos colaterales de la crisis financiera es que muchas instituciones que no estaban satisfechas con los resultados de sus gestores activos empezaron a buscar otras formas de obtener rentabilidades ajustadas al riesgo”, explica Jennifer Muzerall, analista sénior en Cerulli, “y algunas han acabado invirtiendo en ETF de beta estratégica”.

Muzerall señala que, junto con las estrategias activas y pasivas, las estrategias de smart beta se han convertido en el tercer pilar de las carteras de los inversores institucionales, ya que estos productos ofrecen una forma eficiente de diversificar la cartera reduciendo la volatilidad general. “A medida que se van desarrollando los conceptos de beta estratégica y de exposición a factores de inversión, aumenta el número de formas para implementar estas estrategias en las carteras”, indica la experta. En la octava edición del sondeo anual realizado por el EDHEC- Risk Institute, en colaboración con Amundi ETF, la entidad decidió realizar preguntas específicas a 222 actores del mercado con poder de decisión (consejeros delegados, directores de inversión, responsables de asignación de activos…) de 27 países europeos sobre los nuevos productos de smart beta o beta inteligente.

Las respuestas fueron concluyentes. Un 25% de los encuestados declararon que ya establan empleando ETF que replican índices construidos con criterios de beta inteligente, mientras que un 40% afirmaban no invertir en esta clase de productos, aunque estaban considerando hacerlo en el futuro próximo. "El hecho de que haya más encuestados considerando una inversión inicial que encuestados invertidos implica que es probable que se vea un fuerte crecimiento en el uso de ETF de smart beta en el futuro", asevera el estudio. Por otro lado, tres de cada cuatro usuarios de ETF de beta inteligente declaraba su satisfacción con los resultados de esta clase de productos. Además, al preguntarles por sus preferencias en desarrollo de ETF, las grandes prioridades de los inversores estaban relacionadas con nuevos acercamientos al smart beta: renta variable con criterios de smart beta equity (37%), equity factor (31%), equity style (29%) y renta fija smart beta (25%).

A pesar de este dato optimista, lo cierto es que a los inversores todavía les cuesta confiar plenamente en esta clase de productos. El estudio de EDHEC-Risk Institute dectaba que las principales características que se exigen a los ETF de smart beta son facilidad de implementación, baja rotación de activos y bajos costes de transacción (con una puntuación de 3,66 sobre 5), una prima de riesgo racional (3,61 sobre 5) y documentación sobre la prima con literatura empírica (3,61). En general, existe una demanda generalizada de mayor transparencia. Un 88% de los participantes aseguraban que los índices construidos con criterios de smart beta requerían “total transparencia sobre la metodología y el análisis del riesgo”. Conciben la transparencia no sólo como “la mejor protección contra los riesgos procedentes de conflictos de intereses, pero también como un instrumento para mejorar la eficiencia en la información de la industria de indexación”.