¿Qué nos dicen las tendencias de asset allocation de los planes de pensiones de beneficio definido?

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egazelle, Flickr, Creative Commons

La asignación de activos en los planes de pensiones de beneficio definido tiene un impacto considerable en la rentabilidad de las inversiones, el nivel de financiación del plan y la volatilidad de la financiación, así como en el coste de efectivo y los gastos administrativos del promotor del plan. Desde 2009, Towers Watson realiza anualmente un estudio de las tendencias en asignación de activos de estos planes. La última edición, correspondiente al ejercicio fiscal 2014, analiza el asset allocation de 533 de los planes de pensiones estadounidenses de la lista Fortune 1000, que gestionan un patrimonio conjunto cercano a 1,9 billones de dólares, tanto por clase de activos –efectivo, renta variable, deuda y alternativos– como por nivel de valoración.

Una de las principales conclusiones del estudio es que el entorno de bajos tipos de interés y las moderadas rentabilidades de la renta variable lastraron los niveles de financiación (el capital acumulado para hacer frente a sus obligaciones) de los planes de pensiones de beneficio definido en 2014. No obstante, cabe recordar que en 2013 el nivel de financiación aumentó significativamente desde los niveles típicos del 75-80% registrados durante el periodo 2009-2012 gracias a factores como unos tipos de interés más altos, las excelentes rentabilidades de la renta variable y unas elevadas contribuciones en efectivo, que elevaron ese porcentaje hasta el 87% promedio. En 2014, el nivel de financiación medio volvió a caer hasta el 79% y el número de planes con un nivel de financiación del 100% se redujo del 14% al 5,5%.

Además, los autores señalan que “muchos promotores estadounidenses han adoptado nuevos supuestos de mortalidad tras el informe publicado por la Sociedad de Actuarios en 2014 que implican una mayor esperanza de vida para los trabajadores y que, por lo tanto, han incrementado las obligaciones de los planes de pensiones en cuatro puntos porcentuales”.

El colchón de la renta fija

Curiosamente, los planes que más sufrieron fueron los que mantenían asignaciones más altas a renta variable, que tienden a ser aquellos en los que al menos parte de los partícipes continúa acumulando beneficios. Según los datos analizados por Towers Watson, “los planes con las asignaciones más altas a activos de renta fija registraron pérdidas de financiación inferiores o incluso generaron discretas ganancias frente a aquellos más orientados a la renta variable. Los planes que mejoraron su nivel de financiación invertían, en media, más del 50% de sus activos en deuda”. El estudio señala además que el porcentaje asignado a renta variable se redujo en 2014 una media de cuatro puntos porcentuales con respecto a 2013, mientras que las asignaciones a instrumentos de deuda aumentaron en la misma proporción.

“La rotación de renta variable a renta fija ha sido prácticamente simétrica: mientras que un 76% de los promotores reforzó su asignación a deuda, un 81% redujo sus posiciones en acciones”, añaden. Este movimiento marca una diferencia con respecto a años anteriores, cuando la rotación se producía mayoritariamente desde la renta variable hacia activos alternativos –inmobiliario, capital riesgo y hedge funds.

El estudio también confirma que “los planes más grandes continúan manteniendo asignaciones más pequeñas a renta variable y están más diversificados que los planes más pequeños”, como demuestra el hecho de que los planes más grandes inviertan casi el doble que los pequeños en activos alternativos.

Asignación por clase de activo agregada (izqda.) y media (dcha.)

 

Fuente: Towers Watson