Que la falta de liquidez del mercado de bonos no le deje seco

Adrian
Foto cedida

Antes de la crisis financiera de 2007-08, los bancos de inversión podían ampliar la liquidez de los gestores de fondos de bonos prácticamente hasta donde quisieran. Poseer un gran número de títulos en balance no suponía un problema siempre y cuando el banco pudiera sacar un beneficio. Sin embargo, la situación ha cambiado radicalmente desde 2008.

Para empezar, los bancos se vieron obligados a vender los títulos que tenían en balance porque resultaba casi imposible financiarlos. Pero además, y más importante, a lo largo de los últimos seis años los reguladores de todo el mundo han hecho que a los bancos les resulte cada vez menos interesante comprar títulos negociables, ya que los requisitos de capital han aumentado sustancialmente, reduciendo la rentabilidad de esta actividad.

Como consecuencia, la banca de inversión se ha deshecho de gran parte de sus inventarios de bonos, lo que dificulta la negociación de grandes posiciones. Este cambio ha coincidido, además, con una búsqueda de rentabilidad que ha empujado a un número cada vez mayor de inversores hacia la renta fija, en muchos casos a través de fondos cotizados (ETF), que son particularmente vulnerables en periodos de estrés del mercado.

En marzo de este año, el Banco de Inglaterra y la Autoridad de Conducta Financiera británica (FCA, por sus siglas en inglés) anunciaron que se disponían a examinar en detalle la liquidez del mercado de bonos. Ambos organismos se han comunicado con las principales instituciones financieras para analizar cuál es la percepción de los participantes del mercado sobre la liquidez y cómo la gestionan, así como las implicaciones para los inversores y para el sistema financiero.

En Kames Capital llevamos tiempo trabajando para concienciar a la industria de la gestión de activos sobre los problemas potenciales que presenta la liquidez del mercado de deuda corporativa. En nuestra opinión, es importante que los inversores comprendan la importancia de este asunto y el posible impacto en sus carteras. 

Así que, ¿qué pueden hacer los gestores de activos para proteger las carteras de sus clientes cuando escasea la liquidez del mercado?

1. La liquidez debe ser parte fundamental del proceso de inversión

No tiene mucho sentido invertir tiempo y recursos en analizar títulos y emisores si las ideas de inversión no pueden implementarse por falta de liquidez.

En Kames, evaluamos la liquidez al principio de nuestro proceso de inversión y nunca compramos un bono sin tener clara la estrategia de salida. En lo que se refiere a la negociación, tanto nuestros gestores como el equipo de negociación monitorizan la liquidez del mercado en diversas plazas y establecemos relaciones directas y transparentes con las contrapartes para garantizar una ejecución eficiente de las órdenes en las plataformas de negociación. Además, en los últimos cinco años hemos ampliado significativamente nuestra lista de contrapartes, a medida que los bancos iban reduciendo sus carteras de inversión por la reorientación de su negocio. No tenemos ninguna preferencia sobre el lugar de negociación, por lo que nos centramos en garantizar la mejor ejecución posible para nuestros clientes. 

2. Hay que ser disciplinado con la gestión de la capacidad

Existe el riesgo de que los fondos que atraen gran cantidad de activos se vean obligados a comprometer sus estrategias de inversión para mantener la liquidez.

En Kames, llevamos a cabo un análisis detallado de la capacidad para determinar el tamaño óptimo de cualquier estrategia de inversión. Si el tamaño de alguno de nuestros fondos arrojase dudas sobre su liquidez, dejaríamos de aceptar nuevos inversores. Por ejemplo, a principios de 2015 decidimos restringir las entradas de flujos de nuevos inversores en uno de nuestros fondos de rentabilidad absoluta para mitigar el posible impacto de estos activos adicionales en la liquidez y en el comportamiento del fondo, con el fin de proteger los intereses de los inversores existentes. 

3. El valor de mercado garantiza la transparencia sobre los precios 

En periodos de estrés, como los vividos en 2008 y 2009, muchos gestores de fondos se vieron obligados a vender los bonos que podían en vez de lo que querían vender. En algunos casos, esto se debió a que los gestores no estaban preparados para asumir pérdidas pero esta situación puede provocar que se vendan los activos más líquidos y de mayor calidad y que los inversores acaben manteniendo activos menos líquidos con valoraciones poco realistas.

La política de precios forma parte esencial de una gestión eficaz de la liquidez y consideramos fundamental que los activos de un fondo de bonos estén valorados a precio de mercado y no al precio del índice. Solo de esa forma el valor liquidativo reflejará el precio de negociación real que puede obtenerse en la práctica.

4. Debe garantizarse una supervisión independiente del riesgo 

A diario, nuestros gestores de fondos gestionan activamente el riesgo de liquidez. Además de esta gestión interna, la liquidez es uno de los principales riesgos que monitoriza nuestro equipo independiente de riesgo. Sometemos nuestras carteras a controles de liquidez periódicos y analizamos los factores que afectan a la liquidez en nuestras reuniones de control y riesgo. Además, el director de inversiones supervisa la liquidez de las carteras de clientes y remite al consejo ejecutivo cualquier cuestión relativa a un posible problema de liquidez.

El actual entorno de liquidez responde al deseo de los reguladores de ‘descontaminar’ el sistema financiero y rebajar el nivel de riesgo, lo que ha empujado a los bancos a reducir su exposición a títulos negociables. Por otro lado, los programas de expansión cuantitativa de los bancos centrales han llevado las valoraciones de muchos bonos a niveles extremos y los mercados de deuda soberana han registrado elevados niveles de volatilidad, sobre todo en Europa.

En nuestra opinión, la escasez de liquidez en el mercado de bonos está aquí para quedarse. Por eso, los gestores de activos harán bien en aceptar la nueva realidad del mercado y reflejarla en su forma de gestionar las carteras de sus clientes.