¿Qué esperan los inversionistas latinoamericanos para la próxima década?

Los inversores asiáticos y latinoamericanos son los más optimistas respecto a los mercados emergentes, ya que en el caso de los europeos el optimismo por los emergentes se reduce al 53% de los consultados y entre los inversores de EEUU y Canadá, al 37%.

Lo que si queda patente es la preferencia de los más de 13.000 inversores consultados en doce países por la inversión global. El 76% identificaba la inversión en el exterior como una de las mejores oportunidades para los próximos diez años. Este movimiento hacia las inversiones globales es más fuerte en Latinoamérica. Desde el actual 32% de inversionistas con posiciones en el exterior, un 71% espera tener cartera internacional en los diez próximos años. También en Asia, esperan aumentar desde el 36% actual al 73%.

La encuesta revela una clara desconexión entre la percepción de los inversores en relación a la rentabilidad de las acciones y la rentabilidad que realmente ofrecen estos mercados. Por ejemplo, un 70% de los inversores mexicanos creyó el pasado año que la bolsa mexicana tendría rentabilidad negativa en 2010 cuando la rentabilidad final del mercado fue del 20,02%. La percepción sobre la evolución de los mercados y de la economía varía mucho entre países. Así, en las economías con un crecimiento del PIB más fuerte los inversores son más optimistas en relación al crecimiento económico global. Así, mientras en Singapur, India y Brasil, más del 50% de los consultados cree que la economía mundial ha mejorado, en EEUU, Reino Unido e Italia, esta cifra no pasa nunca del 25%.

Los inversores latinoamericanos y asiáticos tienen el horizonte de inversión más corto, con un media de 2,2 años. Esta cifra es casi la mitad que la que presentan los europeos y estadounidenses, con 4,1 y 3,8 años. ¿Por activos? Los inversores brasileños tienen como activos favoritos para los diez próximos años los inmuebles, las acciones y las commodities no metálicas; los inversores chilenos se decantan también por estos tres activos, mientras que los mexicanos prefieren los inmuebles, los metales preciosos y las commodities no metálicas.