¿Qué es una estrategia barbell? ¿Por qué la están adoptando cada vez más inversores españoles?

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Las señales de recuperación económica en Europa son cada vez más fuertes, y están propiciando a su vez un cambio cada vez más evidente en las asignaciones a activos que realizan los inversores en sus carteras. Así lo ha detectado el último Barómetro de Carteras que elabora Natixis Global AM, con datos sobre la evolución de carteras mayoristas de clientes españoles durante el primer trimestre de 2017. En líneas generales, el estudio ha detectado una mayor disposición a incrementar la asignación a renta variable y reducir las duraciones en cartera.  

De hecho, la gran conclusión del estudio es que, como respuesta a la mejoría económica continuada en el Viejo Continente, los inversores desconfían más de las duraciones más largas en renta fija europea y, en contraposición, muestran mayor preferencia por activos de renta variable europea y española. Esta observación viene con una nota a pie de página, ya que, a pesar del buen tono de la economía, el Barómetro constata que “los inversores están cada vez más preocupados por las señales dispares que se observan en los mercados”. Entre esas señales, se citan la persistencia de un alto grado de incertidumbre política, la publicación de datos macro que no baten las expectativas y los bajos niveles que registran los rendimientos de los bonos a largo plazo y las tasas de inflación, especialmente teniendo en cuenta que la Fed prevé que sus tipos de interés podrían alcanzar el 3% en 2019.

¿Cómo se han movido las carteras?

Juan José González de Paz, consultor sénior de inversiones en el Departamento de Consultoría y Análisis de Carteras de Natixis Global AM, destaca como el rasgo diferencial de la evolución de las carteras durante el primer trimestre del año la adopción por parte de los inversores de “una estrategia bipolar o barbell a la hora de gestionar los diferentes perfiles de riesgo”. En concreto, una estrategia barbell se caracteriza por una asignación a activos extremos entre sí, que se utiliza popularmente en carteras de renta fija para construir una exposición compuesta por bonos de larga duración y de muy corta duración, aunque también puede aplicarse en carteras de renta variable o multiactivas (con exposición a valores muy cíclicos y muy defensivos).

González de Paz se refiere en este caso en particular a que los inversores españoles optaron por reducir durante el primer trimestre el peso de la renta variable europea presente en carteras conservadoras, mientras que lo incrementaron en las carteras moderadas y arriesgadas. Desde la gestora explican así este movimiento: “Los gestores consideran más atractiva la renta variable europea que la global o la estadounidense, pero sólo han podido incrementar su peso en los perfiles de riesgo más elevado debido al mayor riesgo relativo de la renta variable europea”. Dentro de esta clase de activo, se ha asignado más peso a los valores europeos de mediana capitalización. En los perfiles moderados y arriesgados, la zona euro incrementó su peso a medida que fue afianzándose la recuperación de esta región.

Paralelamente, los inversores han adoptado un enfoque más global en sus inversiones de renta fija, al reducir la exposición a la renta fija europea a largo plazo “considerablemente” y aumentar el peso de la renta fija global, estadounidense y emergente. Se ha constatado asimismo un incremento de la exposición a fondos flexibles durante el primer trimestre, especialmente en aquellos de renta fija global a corto plazo. Igualmente, los inversores han incluido más fondos diversificados (aquellos que invierten en bonos gubernamentales y corporativos) en sus carteras. El Barómetro aclara que en Europa estos fondos presentaban vencimientos más cortos, “lo que pone de relieve el aumento de la inquietud en torno a las subidas de los rendimientos”.

De esta manera, se constata que “los gestores de carteras invirtieron en fondos diversificados a corto plazo en Europa y vendieron fondos de deuda pública y corporativa a largo plazo” y se sugiere que “parece que los inversores están tratando de delegar la asignación de activos en renta fija”. Finalmente, en la asignación a renta fija emergente se observó un incremento, especialmente en divisa fuerte y prácticamente a partes iguales entre los títulos a largo plazo y corto plazo.

En el apartado de inversiones alternativas se ha observado una tendencia a reducir la direccionalidad, al rotar desde estrategias multialternativos y de deuda long/short a estrategias neutrales al mercado, tanto en renta variable como en renta fija. El estudio indica específicamente que “los inversores están buscando menos direccionalidad en el perfil de riesgo conservador”.

En línea con todas las tendencias ya expuestas anteriormente, se ha observado igualmente la reducción de la exposición a fondos multiactivos globales, “probablemente para reducir el riesgo y rebajar la exposición a la renta variable global”.

La conclusión a la que llega la actualización trimestral del Barómetro es que la diversificación y el control del riesgo siendo aspectos clave para los inversores españoles, especialmente para las carteras conservadoras. González de Paz puntualiza que “las rentabilidades han sido positivas en todos los perfiles de riesgo durante el trimestre, gracias a las ganancias cosechadas en renta variable europea y española”.