¿Qué comportamiento esperar de las distintas clases de activo tras la decisión de la Fed?

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Yohann.aberkane, Flickr, Creative Commons

Una vez despejada la incógnita sobre el nivel al que la Reserva Federal deja los tipos de interés en Estados Unidos, lo que tratan de averiguar los inversores es qué clases de activos se verán más beneficiados por la inacción de la autoridad monetaria americana. Por ahora, la reacción de los mercados ha sido la esperada y lógicamente positiva para los activos de riesgo. “Dado que vamos a permanecer en un entorno de tipos de interés bajos durante un prolongado período de tiempo esto tendrá un impacto positivo en el apetitivo de los inversores por los activos de riesgo, que podrían mostrarse más dispuestos aumentar su exposición a activos como crédito o deuda de alto rendimiento”, afirma. Christian Hantel, gestor de carteras en Vontobel. Es una opinión que comparte Ken Taubes, director de inversiones en Pioneer Investments, quien espera ver una apreciación de los activos de riesgo después de que la Fed haya decidido mantener sin cambios los tipos de interés.

Perspectiva para los distintos segmentos de renta fija…

“En renta fija, esperamos que las rentabilidades vayan a la deriva, con poco cambio en la curva mientras no haya cambios en los datos económicos o en la política de la Fed. Seguimos pensando que la deuda soberana de mercados desarrollados incluida la americana no es atractiva. Los inversores están siendo poco compensados por el riesgo de duración como resultado de rentabilidades nominales y rentabilidades reales negativas. Los bonos corporativos ofrecen más valor que los del Tesoro, pero están por debajo de su valoración media histórica, con un sesgo al alza en el apalancamiento. Los bonos flotantes y estructurados pueden ser atractivos como cobertura del riesgo de tipos de interés. Con las rentabilidades tan bajas y la curva tan plana, las posiciones cortas son menos costosas”, explica el experto de Pioneer Investments. Dentro del mercado de bonos, otro de los segmentos sobre los que se centran todas las miradas es la renta fija emergente, una clase de activo hacia la que muchos inversores han dirigido su mirada.

Aquí habría que diferenciar entre lo que es la deuda emitida en divisa extranjera (hard currency) y en deuda local. Respecto a la primera, Simon Lue-Fong, gestor del Pictet-Global Emerging Debt y del Pictet-Emerging Local Currency Debt, considera que los diferenciales no van a reducirse mucho más. “La renovada búsqueda de rentabilidad adicional ha sido un factor clave del buen comportamiento de la deuda de mercados emergentes con denominaciones en dólares. Las perspectivas a corto plazo son favorables dado el entorno global de expansión monetaria, factores técnicos y rentabilidad a vencimiento de la deuda del Tesoro de Estados Unidos en rango. De hecho, la baja rentabilidad de la deuda pública estadounidense proporciona apoyo, aunque no creemos que los diferenciales vayan a reducirse mucho más a corto plazo. Para ello es necesario que aumenten las exportaciones”, indica el gestor de Pictet AM. ¿Y en cuanto a la deuda en moneda local?

Aunque este segmento se ha recuperado este año, Lue-Fong ve previsible que estos mercados se mantengan planos, entre otros factores porque el tono más pacifista de la Fed genera mini-rallies, seguidos de reenfoque en los fundamentales, que por lo general continúan siendo débiles. “Debe mejorar de manera más significativa el crecimiento y las exportaciones. Además, los emergentes pueden recurrir a instrumentos de política menos ortodoxos para estimular las exportaciones y el crecimiento. En América Latina la política monetaria sigue a la Fed, mientras que en Asia, donde hay mejoras marginales de las exportaciones, los bancos centrales están siendo más acomodaticios. La cotización en rango de la deuda del Tesoro de EE.UU es favorable a corto plazo, pero su comportamiento es impredecible. A pesar de los avances recientes anticipamos más debilidad a corto plazo a la espera de mejores signos de crecimiento global, aunque a largo plazo las perspectivas siguen atractivas en comparación con otras clases de activos de renta fija”, señala.

… y para la renta variable

En renta variable, Julien-Pierre Nouen considera que una tendencia al crecimiento menos fuerte no implica necesariamente una menor rentabilidad en los mercados de acciones. El economista y estratega jefe de Lazard Frères Gestion cree que, a corto plazo, la evolución de la renta variable está más ligada a las evoluciones cíclicas que a la tendencia del nivel de crecimiento. “A pesar de un ciclo favorable en la zona euro, las previsiones de resultados empresariales para el 2016 han sido fuertemente revisadas a la baja a comienzos de año, debido a la caída de las materias primas y la bajada de tipos que ha afectado sobre todo a los valores del sector financiero. Esa tendencia comienza a revertirse y se observa un punto de inflexión al alza de los resultados. Además, mientras que la rentabilidad de los activos de renta fija se mantiene baja, la de la renta variable está en niveles razonables. En comparación con la renta variable estadounidense, la renta variable de la zona euro se está negociando con un descuento históricamente elevado”.

¿De qué hay que estar pendientes en los próximos meses?

En los meses venideros, las reuniones de los grandes bancos centrales del mundo (Reserva Federal, BCE, Banco Central de Japón) y la evolución de las estadísticas económicas más susceptibles de incidir en la balanza serán el centro de atención de los inversores. Las reuniones de septiembre de la Reserva Federal y del Banco de Japón ya se han celebrado. La próxima gran cita tendrá como protagonista a Mario Draghi, el 21 de octubre. La cumbre de la OPEP en Argelia, prevista para mañana, 27 de septiembre, es muy esperada ya que podría desembocar en un acuerdo entre los países miembros para fijar cuotas de producción de petróleo. El riesgo político tiene que ver principalmente con el referéndum constitucional en Italia, el cual no tiene fijada fecha, y las elecciones presidenciales estadounidenses previstas para el 8 de noviembre, las cuales siguen siendo el principal foco de incertidumbre a nivel global.