¿Qué activos han recobrado brillo tras la decisión de la Fed?

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Günter Hentschel, Flickr, Creative Commons

Llueva, truene o mantenga la Reserva Federal los tipos en mínimos históricos, los inversores están al acecho constante de nuevas oportunidades a precios atractivos. La decisión "dovish" de la Fed después de haber preparado a los inversores durante el verano para una subida en septiembre provocó reacciones negativas en la renta variable: en la sesión del viernes, tanto las bolsas europeas como las estadounidenses vieron números rojos; en la parte de renta fija se redujeron los tipos de buena parte de los bonos, entre ellos el bund –que experimentó su mayor caída en un día desde julio-, mientras que el bono español volvió a caer por debajo del 2%. También retrocedió el petróleo, mientras que el oro – conocido como el antidólar- brilló con fuerza ante la caída del “billete verde”. Ahora, la gran pregunta es cómo van a interpretar los mercados financieros el último discurso de Janet Yellen y cómo se ajustarán los precios de los distintos activos.

Ideas en renta fija

Desde Pioneer Investments, Tanguy Le Saout, responsable de renta fija europea, comenta que “generalmente, una decisión de la Fed sobre los tipos de EE.UU. tendrá menos impacto sobre el mercado de renta fija europea que sobre la estadounidense, pero dada la correlación entre los dos mercados, esperamos que la renta fija europea siga el liderazgo de EE.U., pero con menor efecto”. Se declara cautamente optimista con los diferenciales de crédito europeo: “Los diferenciales se han ensanchado en Europa durante el verano, debido a las preocupaciones en torno a Grecia, el miedo a una subida de tipos en EE.UU., la indigestión de oferta y un posicionamiento largo abarrotado de inversores. Pero el ciclo de crédito todavía es de apoyo en Europa, hay menos actividad de M&A que en EE.UU., las valoraciones son más baratas y los inversores todavía están buscando bonos de mayor rentabilidad y buena calidad”. Por todos estos factores, considera que los diferenciales “se estabilizarán en los niveles actuales”. 

“Resulta evidente que, con la decisión de ayer, Janet Yellen dio un paso atrás que podría resultar beneficioso para el mercado de bonos, al menos a corto plazo. Sin embargo, a largo plazo es posible que posponer una subida de tipos ahora implique subidas más bruscas y acusadas en el futuro”, comenta el gestor David Roberts desde Kames Capital. “Como me temía esta decisión, a principios de la semana compré bonos del Tesoro estadounidense a 5 años, que se habían abaratado ante la posible subida de tipos”, añade. Al percibir que las dudas de la Fed sobre si dar más importancia a factores domésticos o externos pueden fomentar la volatilidad, optó por recoger beneficios en esta posición en la mañana del viernes, “con intención de recomprar cuando vuelvan a registrar debilidad”.

Cliff Corso, consejero delegado para Norteamérica de Insight (parte de BNY Mellon IM) comenta que la Fed necesita subir tipos para contar con margen de maniobra ante futuras crisis. Pero considera igual de importante “diseñar una curva de tipos mucho más plana para emprender el camino hacia la normalización”. “La economía está más apalancada en los vencimientos intermedios y de largo plazo, más que en la parte corta, por lo que mantener la parte larga bajo control es crítico en un ciclo de subidas”, añade. Corso comenta que “una curva plana y tipos más altos no son malos para los activos de riesgo”. Aporta evidencias: de los últimos seis ciclos de subidas desde 1988, en cinco de ellos los activos de riesgo se han comportado bien a lo largo del ciclo. “Creemos que mientras que los tipos suban por las razones correctas, el entorno para mercados de riesgo no es malo”, concluye. 

Oportunidades en renta variable

“En muy pocas ocasiones en el pasado se ha prestado tanta atención como ahora a las posibles acciones de la Fed en relación con los tipos a corto. Eso responde a una sensación de vulnerabilidad en las bolsas y a que están más inquietas por el crecimiento económico, especialmente en China y los mercados emergentes” explica Paras Anand, director de renta variable europea de Fidelity Worldwide Investment. Éste aporta razones para no tomar decisiones precipitadas: “Rara vez el mercado se ve tan perturbado por acontecimientos que ha tenido ocasión de analizar durante un periodo prolongado y, en este sentido, hubo un episodio de nerviosismo similar en los mercados en relación con los recortes automáticos del gasto público que amenazaron a EE.UU. en 2013 (el famoso secuestro fiscal)”. 

En segundo lugar, recuerda que “para que una presidenta de la Fed inequívocamente proclive a la expansión monetaria se plantee subir tipos, debe existir la confianza de que la economía ha entrado en un periodo de crecimiento más fuerte y que los riesgos inflacionistas están girando al alza”, por lo que concluye que “desde el punto de vista de las empresas y los inversores bursátiles a largo plazo, resulta difícil no ver esta situación como positiva”. En tercer lugar, considera que “a la vista del efecto desinflacionista de la tecnología en muchos sectores de la economía, una subida de tipos no indica necesariamente el comienzo de un ciclo acelerado”.

Sobre los inversores que prefieren bolsa europea, el experto indica que “el hecho de que la economía estadounidense y el valor relativo del dólar sigan dando muestras de fortaleza sería una evolución positiva”, por la exposición de las empresas europeas a EE.UU. Y el aumento del poder adquisitivo de las empresas de EE.UU., lo que daría pie a una nueva oleada de M&A.

María Municchi, especialista de inversiones adjunta del equipo de Multi-Activos de M&G Investments, recuerda a su vez a los inversores que tratar de adivinar el rumbo futuro de la política monetaria estadounidense "no sólo es fútil, sino que posiblemente peligroso”, en el sentido de que “sobreestimar la fuerza de una relación entre una acción política y condiciones económicas genuinas podría distraernos de los factores fundamentales”. Municchi incide en la importancia de vigilar de cerca “los fundamentales en relación con la volatilidad de las clases de activos”, porque este tipo de volatilidad “suele presentar un entorno de inversión fértil”. 

David Kelly, estratega jefe global de J.P.Morgan AM, señala que “independientemente del impacto económico, el argumento empleado por la Fed para no subir tipos en septiembre nos hace pensar que los tipos de interés aumentarán aún más lentamente, lo que limitará las pérdidas del mercado de bonos e incluso podría generar ganancias en ciertos segmentos”. Asimsimo, piensa que “la decisión también podría resultar positiva para los activos de mercados emergentes si los inversores se ven menos presionados para rotar sus carteras, antes de que el capital fluya de forma generalizada hacia EE.UU.”.

En cambio, cree que “podría limitar los avances de las bolsas estadounidenses”. “Aunque la Fed cita la volatilidad como una de las razones para no aumentar en esta ocasión sus tipos de interés, es probable que la incertidumbre sobre sus próximas acciones incremente la volatilidad, perjudicando la renta variable de EE.UU., mientras la Fed, satisfecha con el progreso de la economía del país, espera a que el mundo cambie”, sentencia.