¿Puede Grecia gripar la recuperación europea?

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J. Griffin Stuart (Creative Commons)

Sí: Grecia vuelve a estar en el ojo del huracán. Y sí: es por una mezcla de motivos económicos y políticos. El país heleno amenaza con volver a ser un foco de tensión e incertidumbre en 2015, ya que el gobierno griego decidió el pasado lunes adelantar las elecciones presidenciales dos meses, para celebrarlas el próximo 17 de diciembre. Los mercados reaccionaron mal a esta noticia, provocando un desplome del 13% de la bolsa de Atenas y una escalada de 94 puntos básicos en la prima de riesgo, todo en una única jornada. La cuestión es si la inestabilidad griega podrá volver a contagiarse por Europa como en episodios anteriores, lo que podría incluso gripar la recuperación de la eurozona en un momento ya delicado de por sí. Los expertos de las gestoras internacionales, sin embargo, no creen que se le deba asignar más importancia de la necesaria.

Es la opinión de Kerry Craig desde J.P.Morgan AM: “A día de hoy, Grecia resulta menos determinante para el sentimiento del mercado europeo que durante los peores momentos de la crisis financiera, por lo que es probable que el impacto sea más localizado que en ocasiones anteriores”, explica en uno de los últimos informes Market Insights de la firma. Sin embargo, la experta puntualiza que “la convocatoria de elecciones abre la posibilidad de que los partidos que se oponen frontalmente a las medidas de austeridad ganen poder en Grecia, lo que podría acabar provocando su salida del euro”, aunque añade que no es el escenario central de la gestora americana, si bien recomienda no descartar por completo esta posibilidad.

Craig recuerda que esta situación no ha explotado de repente, sino que la incertidumbre sobre el futuro del rescate griego se ha dejado sentir en los mercados financieros del país en los últimos meses: el diferencial con el bund a diez años ha escalado 261 puntos básicos desde el mínimo anual que marcó el pasado 8 de septiembre. “Con el adelanto electoral, el gobierno intenta limitar el daño financiero provocado por la ruptura de las negociaciones con la Troika y beneficiar así al primer ministro Antonis Samaras”, opina la experta, que cree que se trataría de un golpe de efecto con el que Samaras quiere afianzarse en el poder y ganar tiempo para que se asienten las reformas. La cuestión es que “pese a que la economía griega vuelve a expandirse y ha registrado crecimiento en los dos últimos trimestres, los ciudadanos aún no perciben esta mejora y Syriza, el partido de la oposición que rechaza las medidas de austeridad, continúa ganando respaldo”.

Claro está que la estrategia de Samaras –que en cierto modo recuerda a la de Shinzo Abe en Japón- pueda volverse en su contra. Kerry Craig se refiere a un sondeo reciente de un diario griego en el que se concluía que Syriza podría quedar ganadora de los comicios con un 28,6% de los votos, seguida por Nueva Democracia con un 25,5%. Además, un 39% de los encuestados estaría dispuesto a votar a Alexis Tsipras, líder de Syriza (partido de izquierdas antieuropeísta), como primer ministro.

Para que el inversor pueda hacerse con una idea más clara del reparto del poder en el parlamento griego, la experta de J.P.Morgan AM recurre a la constitución helena: ésta establece que el presidente de la cámara debe lograr al menos dos tercios de los votos en la primera o la segunda ronda de la votación, que se celebrarán el 17 y el 23 de diciembre. De no conseguirlo, se procedería a una tercera ronda de votación, el 29 de diciembre, en la que el ganador solo necesitaría 180 votos. Si fallase este tercer intento, se disolvería el Parlamento y se convocarían elecciones generales para finales de enero. El cálculo de Craig es que, “teniendo en cuenta que la actual coalición de gobierno (Nueva Democracia y Pasok) suma 155 escaños, es probable que la votación llegue a la tercera ronda pero, aún así, la coalición necesitará que al menos 25 miembros de la oposición voten a su candidato para obtener la victoria”, para lo cual Samaras debería apelar al voto de los diputados independientes.

Todos estos apuntes llevan a concluir a la representante de J.P.Morgan AM que “Grecia vivirá un periodo de incertidumbre hasta que se complete el proceso electoral y que una victoria de Syriza podría generar más preguntas que respuestas”, debido a su intención de renegociar las condiciones del rescate (que se ha ampliado hasta febrero de 2015) y también por la estrategia de salida del euro, algo a lo que probablemente se opondrán los líderes europeos. “A la finalización de otros programas de la troika, los préstamos de urgencia fueron sustituidos por líneas de crédito preventivas que respaldasen las finanzas gubernamentales. La posibilidad que obviamente preocupa a los inversores en activos griegos es que Syriza podría ganar las elecciones sin que se haya puesto en marcha esta garantía”, añade.

Impacto sobre los mercados

¿Cómo puede afectar esta situación a las bolsas? Como se decía al principio, Craig cree que en esta ocasión el repunte de la volatilidad afectará a los mercados europeos, pero “es de esperar que el daño lo sufran principalmente los tenedores de deuda y acciones griegas”. Para ella, la principal lección que debe tener en cuenta el inversor, con independencia del resultado, es que “el factor político sigue ejerciendo su influencia sobre los mercados europeos y, de hecho, se podría argumentar que Europa se verá expuesta a un mayor riesgo político en 2015 que en 2010 y 2011” debido al auge de partidos extremistas y antieuropeístas.

Andrew Belshaw, responsable de inversiones en Londres de Western Asset, filial de Legg Mason Global AM, corrobora que el mercado europeo de bonos no se ha visto afectado en exceso por los últimos acontecimientos, e incluso cree que podría atisbarse en el horizonte una oportunidad de compra. “Nuestra tesis fundamental sigue siendo que Grecia representa un porcentaje muy reducido del PIB de la zona del euro. Podría existir cierta volatilidad en lo referente a la salida de Grecia de la moneda única aunque, mientras el BCE continúe proporcionando garantías, actuará como cortafuegos ante nuevos contagios”, indica. Al igual que Craig, Belshaw advierte que la situación podrá empeorar, y si “empieza a incidir en la confianza en un momento en el que el crecimiento económico muestra claras dificultades, ésta podría tener una repercusión más considerable”.

“Hasta ahora, las preocupaciones no han ejercido una gran influencia en el mercado de renta fija periférica. Las rentabilidades sólo han retrocedido alrededor de 15 ó 16 puntos básicos. Pero, a medida que nos aproximamos al final del año, los mercados pierden profundidad y los inversores podrían empezar a preocuparse y comenzar a fijarse en los niveles de endeudamiento de Italia y España”, añade el responsable de Western Asset.

Para Bart Van Craeynest, economista jefe de Petercam, la principal preocupación es precisamente si Grecia podría desviar la preocupación a otros países periféricos. En opinión del experto, está por ver si Syriza tiene una posibilidad real de ganar y, si lo hace, si sería capaz de disponerlo todo para la salida del euro, lo que considera improbable. “Esto podría ser una muestra temprana de la siguiente fase de la crisis del euro, en la que las políticas nacionales vuelvan a entrar en escena”, aventura el experto, que añade que “sin embargo, los problemas clave están en España (Podemos) y Francia (Frente Nacional), no realmente en Grecia”.