Promesas que son engaños

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Joel Filipe (Unsplash)

Promesas que son engaños

Miguel de Juan Fernández- A bordo del ARGOS 29 Agosto 2014

(Para Debby, mi amiga holandesa y su marido, esperando que este artículo les sea útil en el futuro y a tantos como ellos)

Lo bueno del verano es que uno puede encontrarse, en el entorno más inesperado, con cualquier persona y aprender a apreciarla tras charlar en bañador,…es lo que tiene la playa, el que va de traje es el que da la nota. En bañador todos somos iguales y la gente tiende a comportarse casi como una gran familia, se ve que el ver tu panza reflejada en tantos sitios tiene mucho de consuelo. El caso es que conocí a esta persona y entre charlas de la vida, de cómo había conocido el lugar, cuánto tiempo llevaba viniendo y demás,…terminó surgiendo el tema del trabajo de cada uno. En cuanto salió el tema de las inversiones, ella me comentó apenada su indignación con unos “estafadores” que le habían hecho perder mucho dinero. No son españoles sino suizos dichos “estafadores”, pero todos sabemos que por nuestros lares también existen este tipo de “asesores financieros”.

Tras pasarnos nuestros whatsapp- yo tenía que regresar con la familia en unos minutos- me envió finalmente la documentación donde se recogía lo que le traía preocupada para que se lo revisara y le diera mi parecer. Os cuento en líneas generales. Básicamente esta EAFI de asesoramiento financiero había contactado con mi amiga ofreciéndole los parabienes de su, obviamente, estupenda gestión, ¡qué digo estupenda: genial!. Podéis imaginároslo: fabulosas rentabilidades de doble dígito en tan sólo semanas o pocos meses,…..¿y el riesgo? Ah, no se preocupe señora, el riesgo está limitado- aunque somos tan buenos que no hará falta-, ya que si el patrimonio cae, como mucho un 30% desde lo inicialmente invertido, le llamaremos para concretar si desea mantener la estrategia de inversión ¿? O si desea cortar las pérdidas en ese nivel.

Me los imagino, con traje caro, gemelos, corbata fabulosa y engominados atendiendo a mi amiga y su marido en un despacho en Suiza a la última moda en decoración de interiores…. Estos amigos no son profesionales del sector financiero: Son una familia de empresarios que han ahorrado toda su vida y desconocen los riesgos, el funcionamiento y los productos financieros; son personas normales- además de encantadores- que, como tantos otros, se creyeron lo que les decían estos “asesores financieros”. ¿El producto en el que invertirían? Derivados sobre divisas y otros; ¿el coste de dicho asesoramiento? Nada, sólo un módico 25% de los beneficios ….¡mensuales! Y sin high water marks ni cosas por el estilo, dónde va a parar….

En fin, estos caraduras involucraron el patrimonio de esta pareja de amigos en una pura especulación sobre divisas y ya sabeos todos cómo funcionan estas cosas: te prometen grandes beneficios a corto plazo (¿para qué esperar a hacerse rico en unos años pudiendo serlo en unos días?), te dicen que el riesgo está limitado y te explican de manera que parece convincente que sus comisiones, al ser sobre beneficios, al final son baratas para ti.

Bien, pues Debby- y el resto de personas a las que se acerquen personajes de este estilo-, esto no es así. Los beneficios a corto plazo pueden lograrse especulando durante algún tiempo (y en muchos casos teniendo además la suerte de cara), pero no durarán, al final vendrá la dura realidad y no será nada agradable. El riesgo y su limitación tiene siempre en estos casos, todas las de perder, porque observa el riesgo como la medida estadística de volatilidad, no como el riesgo real de perder hasta la camisa, y aunque en algunas situaciones pueda llegar a limitarse dicha “volatilidad” (que no el riesgo real), el tener la posibilidad de decidir sobre nuestra cartera cuando nos llamen con un -30%, no significa que la cosa pare ahí,…que nadie se extrañe si desde que le llaman con un -30% “qué quiere hacer ahora”, hasta que decidimos si seguimos o si salimos, haya caído otro tanto más o peor,….sobre todo en algo tan peligroso como los derivados. Y el coste, sencillamente es una tomadura de pelo en toda regla. Me molesta por mi amiga en concreto, pero también por las demás personas que se han creído que lo que les han explicado los vendedores de la firma de “asesoramiento financiero” sobre sus conocimientos técnicos y los mejores sistemas informáticos era cierto. No lo es, no puede serlo porque, lo siento si alguien se da por aludido, el mundo no funciona así. Al menos el mundo financiero no funciona como si todo el mundo tuviera derecho a hacerse rico al momento y sólo se necesitara pagar a personas de esa calaña. Esas comisiones son brutales porque en primer lugar se cobran mensualmente- y es muy posible que algún mes la estrategia de especulación en divisas les funcione bien- y en segundo lugar, al no haber water mark, basta con que el mes esté en positivo para que cobren el 25% de lo ganado en ese mes, independientemente de si Debby, mi amiga, está perdiendo una barbaridad respecto al inicio.

Para que os hagáis una idea, Warren Buffett en su partnership cobraba el 25% de todo lo que excediera del primer 6% de rentabilidad- y con water mark obviamente-, un trato mucho mejor para el inversor por supuesto,…sin olvidar que Buffett entiende el riesgo como pérdida real y no como la medida de incertidumbre que es la volatilidad.

Debby y su marido han puesto esta situación en manos de los tribunales, que como son suizos es de esperar que vayan más rápidos que los españoles, y espero y deseo que tengan éxito y a estos “scammers” les hagan un buen escarmiento. Mientras tanto y pese a la fugaz relación que se estableció un día en la playa entre sol y mar, saben que pueden contar con mi apoyo y mi consejo para que no les vuelva a ocurrir algo parecido en el futuro. Espero que este artículo no sólo les sea útil a ellos sino también a otras personas honradas que trabajan en su campo y se han visto deslumbradas por el poder de la imagen que tiene este sector nuestro.

Un abrazo a todos y hasta el próximo artículo.

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