Principales avances que trajeron la introducción de los sistemas de capitalización individual en América Latina

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Foto cedida

(i) Hubo  un  cambio  estructural  a  los  principios  de operación y características y estructura de incentivo de  los  programas  contributivos  de  pensiones, al pasar desde  regímenes de reparto hacia sistemas  de capitalización individual.

(ii) Lo   anterior   tuvo   efectos   muy   importantes   en distintas  áreas  del  desempeño  de  los  programas  de pensiones. Uno de ellos, y parte de las motivaciones principales que llevó a las reformas que se hicieron durante  los  años  80 y  90,  es  la sostenibilidad financiera de  los  programas  contributivos  en  el  largo  plazo  y  que  estaba seriamente  amenazada  en  los  regímenes  de  reparto,  debido  a  los  problemas financieros  que  enfrentan  (causados  por  las  tendencias  demográficas  y  la disminución   en   la   relación   de   activos   a   pasivos).   En   los   sistemas   de capitalización individual el problema de la sostenibilidad financiera se resuelve al  vincular  directamente  los  aportes realizados  con  los  beneficios  que  se entregan, sin perjuicio de que haya otras materias que se plantean como desafío (particularmente referido al tema de la suficiencia de las pensiones).

(iii) La   liberación   de   fondos   que   se   ha   ido   produciendo   en   el   tiempo, del presupuesto público, está permitiendo financiar otros programas sociales, entre ellos, las pensiones no contributivas. La reforma del 2008 que se hizo en Chile, y  que  creó  el  sistema  solidario  de  pensiones,  fue  financiada  en  gran  parte  con recursos provenientes de esta liberación de fondos.

(iv) Mayor   equidad   entre   trabajadores. En   los   programas   de   capitalización individual,  todos  los  trabajadores  tienen  los  mismos  derechos  y  obligaciones, independientemente del sector económico o la empresa en la cual trabajen o en la administradora en la cual estén afiliados. Eso no ocurría según la experiencia en los  regímenes  de  reparto de  la  región, donde  había  grandes  diferencias  en tasas  de  cotización,  en  beneficios  y  en condiciones  de  elegibilidad.  Se  suma  a eso, que en general, los sectores de menores ingresos, los más vulnerables y las mujeres,  eran  los  que  estaban  en peor  condición  relativa.  Una  alta  proporción de  ese  segmento  de  trabajadores  no  alcanzaba  a  recibir  pensiones  porque  no cumplía los requisitos para obtenerla, y por lo tanto perdía total o parcialmente los  aportes  realizados  durante  la  vida  activa.  En  cambio,  los  sectores  de mayores   ingresos   que  tienen   un   mejor   comportamiento   de   pago   en   las cotizaciones   usualmente   en   estos   sistemas,   sí   alcanzaban   a   cumplir   los requisitos que se le exigían y recibían pensiones.

Otro punto relevante respecto a  la  equidad  es  que  hay  un  compromiso  financiero  muy  importante  del presupuesto   público   en   el   financiamiento   de los   regímenes   de   reparto contributivos. Por  ejemplo,  en  el  caso  de Colombia actualmente  se  destina aproximadamente  un  3,8% del  PIB  a  financiar  los regímenes  de  reparto,  en 9 circunstancias  que, por  otro  lado, se  destina  un 0,1%  del  PIB  a  financiar  las pensiones no contributivas focalizadas  en los sectores de menores ingresos, lo cual refleja una  gran inequidad en los  regímenes de reparto, que se  corrige en los sistemas de capitalización individual.

(v) Disminución  de  las  subcobertura  oculta  de  los  regímenes  de  reparto. Muchos trabajadores estaban  cotizando  en  los  regímenes  de  reparto  y  por  lo  tanto engrosaban las cifras de cobertura de dichos regímenes en la etapa activa. Pero finalmente,  llegaban a la  fecha  de  pensión, y  no  recibían  beneficios,  y  por lo tanto no estaban cubiertos realmente con prestaciones del sistema de pensiones, a pesar de que durante la etapa activa aparecían como cubiertos. En Chile, una de  cada  dos  personas  que  llegan a  la  fecha  de  pensión  en  los regímenes  de reparto terminan no recibiendo beneficios por que no cumplen los requisitos (en el caso de Perú, la cifra es 2 de cada 3 personas).

(vi) Se pasó de la opacidad existente en cuanto a información en los regímenes de reparto a  la  transparencia  que  vemos  en  el  funcionamiento  y  gestión  del sistema de AFP  y que  permite  hacer  diagnósticos  y críticas  respecto  a  ciertos aspectos del funcionamiento del sistema y también permite hacer propuestas de perfeccionamiento.

(vii) Ha  habido  buenos  resultados  obtenidos  por  las  administradoras  de fondos  de pensiones de los países de la región.

- Rentabilidad: la   rentabilidad   promedio (sin   descontar   comisiones) fluctúa  entre  6,5%  y  8,6%  promedio  real  anual,  que  es  una  cifra bastante  superior  a  la  que  se  esperaba  inicialmente.  Eso  sin  descontar las comisiones.

- Comisiones: ha habido una tendencia decreciente en las comisiones, sin perjuicio  de  que  pueda  tomarse  medidas  adicionales  que  puedan potenciar  la  competencia  entre  distintas  administradoras  para  mejorar los  diferentes atributos  previsionales. Por  ejemplo,  en  México,  en  17 años,  se  estima  que  las  comisiones  han  bajado  en  torno  al  90%.  Y  en Chile, si tomamos el momento peak más alto de comisiones del año 83 y  lo  comparamos  con  las  comisiones  vigentes  hoy  día,  incluido  la prima  del  seguro  de  invalidez  y  sobrevivencia,  vemos  una  caída  entorno al 50%.

-Calidad del servicio de las administradoras: según distintos indicadores que  están  sacando  las  distintas  instituciones  fiscalizadoras,  la  calidad del servicio ha sido adecuada.

(viii) Han   tenido   positivos   impactos   macroeconómicos: la   creación   de   los sistemas de capitalización individual llevó a un mayor crecimiento anual del PIB, de entre  0,3%  y  0,6%, dependiendo del  país.  Ello,  por  su  efecto  en  el mercado del trabajo, en el mercado del ahorro e inversión, en el mercado de capitales y en el desarrollo financiero y en la productividad de factores.