Primera sesión y primer batacazo bursátil del año: ¿que está sucediendo?

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Artemuestra, Flickr, Creative Commons

El 2016 ha empezado muy mal en los mercados de renta variable. El motivo: otra vez China. El desplome del 6,8% y del 8,1% con el que respectivamente arrancaron el año las bolsas de Shanghai y Shenzhen obligó a las autoridades a suspender automáticamente la cotización 90 minutos antes del cierre. El protocolo de actuación instaurado por las autoridades chinas para evitar desplomes como los acontecidos el pasado mes de agosto no ha servido para contener la hemorragia. A media sesión, el CSI 300, índice compuesto por 300 compañías que cotizan en ambas plazas, sufría un descalabro de más del 5%, declive que se vio interrumpido por el nuevo sistema de cortocircuito puesto en marcha por las autoridades chinas que entraba en vigor ayer y que obliga a suspender la cotización durante 15 minutos. Pero esta medida, lejos de calmar a los inversores, les intranquilizó aún más. Tras el parón, el ritmo de ventas se aceleró aún más y en apenas diez minutos el índice sufrió un descalabro adicional del 2%. Es la mayor caída desde el derrumbe del verano.

¿Qué está pasando? Matthew Sutherland, director de gestión de producto de Fidelity en Asia, atribuye las pérdidas sufridas por el mercado chino a los débiles datos de la encuesta de producción publicada durante el fin de semana, un yuan que se debilita y la posibilidad de que muy pronto se ponga punto y final a la prohibición de que los grandes accionistas vendan sus valores. Hugh Young, director general de Aberdeen en Asia, complementa el listado de razones que explican el hundimiento argumentando unos débiles niveles de cotización, el levantamiento de la prohibición de venta de acciones por parte de grandes inversores y las constantes preocupaciones sobre la economía china. “Es cierto que no es una buena manera de empezar el año, pero existe el riesgo de exagerar la situación. Es bien conocida por todos la transición que está llevando a cabo el país desde ser el productor y exportador del mundo a una economía impulsada por la demanda doméstica. Este será un proceso con ciertos sobresaltos y por ello los datos manufactureros han de ser tomados con cautela”, afirma.

Las perspectivas del director general de Aberdeen en Asia sobre China permanecen intactas. “El crecimiento se está desacelerando, pero no creemos que se vaya a producir un aterrizaje forzoso,  y, en cuanto a las compañías, encontramos fuera del mercado doméstico mejores oportunidades para aprovechar el crecimiento a largo plazo de la economía”. Coincide en este punto con Sutherland, quien considera que “para los inversores en renta variable, la buena noticia es que los mercados chinos son muy amplios, lo cual nos permite encontrar muchas buenas ideas de inversión con independencia del entorno macroeconómico. El crecimiento chino se está ralentizando, pero la calidad de dicho crecimiento (más consumo y menos inversiones basadas en la deuda) es mucho más importante, y las dificultades están más que descontadas en las valoraciones baratas”, asegura.

¿Qué explica la debilidad de los datos económicos en China?

Según apuntan desde Generali Investments, la debilidad de los datos se explica principalmente por la caída de los nuevos pedidos de exportación, que perdieron 3,8 puntos (hasta los 47,8) tras dos meses en terreno expansivo (la lectura de noviembre se situaba en los 51,6 puntos). “Los datos previos parecían artificialmente altos en comparación con los bajísimos niveles que venía registrando el mismo componente en el índice de gestores de compras (PMI) manufacturero del instituto nacional de estadística chino (NBS) y con unas tasas de crecimiento de las exportaciones negativas de facto. Ya habíamos llamado la atención sobre esta incoherencia en ocasiones anteriores, por lo que anticipábamos que el robusto subcomponente de las exportaciones acabaría perdiendo fuerza, presionando a la baja el dato general”.

Por el contrario, desde la entidad puntualizan que las cifras de nuevos pedidos prácticamente no variaron, lo que probablemente se deba al continuo respaldo gubernamental. “Aun así, la producción también respondió negativamente y volvió a dejarse 1,3 puntos, lo que no resulta positivo de cara a los datos de producción industrial que se conocerán el próximo 19 de enero. Pese al deterioro del PMI manufacturero de Caixin, la situación de China ha cambiado poco con respecto al mes anterior. Nuestra previsión sigue siendo que el sector manufacturero se ralentizará (aunque esta tendencia se verá amortiguada por la ayuda gubernamental) y que el crecimiento dependerá en gran medida del sector servicios. Este miércoles se publicará el PMI de servicios de Caixin y se espera que se confirme la tendencia expansiva (la última lectura alcanzó los 51,2 puntos). En general, creemos que el crecimiento seguirá desacelerándose pero no esperamos que se frene en seco”.

¿Qué esperar de cara al corto-medio plazo?

El director de gestión de producto de Fidelity en Asia cree que, probablemente, los mercados de renta variable sean volátiles este año. “Es mejor acostumbrarse y no entrar en pánico en los días débiles, manteniendo un enfoque tranquilo y disciplinado en sus inversiones, algo particularmente importante en el caso de China”, subraya el experto. También en Groupama AM esperan volatilidad a corto plazo. “Como mínimo se espera que el mercado de valores chino sufra altibajos en las próximas semanas. El índice de Shanghai está bastante caro, ya que cotiza a casi 18 veces los beneficios”. Según señalan desde la firma francesa, el PMI confirma que la dicotomía de la industria (PMI oficial a 49,7) frente a servicios (PMI a 54,4) sigue estando de actualidad. “Esto tiene dos consecuencias: como la debilidad de la industria tiene repercusión en el binomio materias primas industriales/divisas emergentes, el yuan se deprecia frente al dólar; y la bolsa cae”.

Desde la gestora estiman que el castigo bursátil evidencia que la industria será débil en el primer trimestre e indica que la dinámica de los beneficios debe permanecer desfavorable, especialmente en la industria de extracción y procesamiento de materias primas.

Efecto contagio

Al igual que lo ocurrido durante el pasado verano, el batacazo de las bolsas chinas ha tenido efectos inmediatos sobre la renta variable europea, cuyos mercados se han visto contagiados. El EuroStoxx 50, índice paneuropeo que reúne a las principales compañías de la eurozona, cerraba la sesión con una abultada caída del 3,1%, con todos los valores en negativo. Las empresas exportadoras a China, principalmente compañías alemanas, han sido las más penalizadas por los inversores. E.On (-6,1%) y BMW (-5,5%) fueron los valores más castigados. Les siguieron Daimler (-5,1%), Siemens (-4,8%), Deutsche Bank (-4,7%) y Allianz (-4,6%). El duro correctivo que se llevaron las empresas alemanas hizo que Frankfurt se convirtiese en el mercado más bajista de Europa, con un retroceso del 4,3%. Tampoco se libraron del varapalo París (con caídas del 2,5% para el CAC 40), Londres (-2,4% para el FTSE 100), Madrid (donde el Ibex 35 sufrió un retroceso del 2,4%) y Milán, donde en el día en el que debutó Ferrari, con fuertes pérdidas, el índice cerró con un castigo en línea con el del resto de Europa.